Arbitro: "Profesión" mal pagada y en renovación

La «revolución» arbitral, puesta en marcha el principio de la pasada temporada por su presidente nacional, José Plaza, está cumpliendo sus etapas previstas. En dos años se habrá llevado a cabo prácticamente una total renovación de la plantilla arbitral. De los 32 árbitros que la próxima temporada actuarán en Primera División, dieciséis no tendrán una antigüedad superior al año en la máxima categoría.

Los árbitros, con esta renovación, en Primera División han mejorado considerablemente y han rebajado la edad media de todos ellos. Cuatro de ellos cuentan con una posición social envidiable...

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La «revolución» arbitral, puesta en marcha el principio de la pasada temporada por su presidente nacional, José Plaza, está cumpliendo sus etapas previstas. En dos años se habrá llevado a cabo prácticamente una total renovación de la plantilla arbitral. De los 32 árbitros que la próxima temporada actuarán en Primera División, dieciséis no tendrán una antigüedad superior al año en la máxima categoría.

Los árbitros, con esta renovación, en Primera División han mejorado considerablemente y han rebajado la edad media de todos ellos. Cuatro de ellos cuentan con una posición social envidiable y numerosos millones en propiedades y en cuentas corrientes. Se trata de Navarrete, propietario de un taller de montaje e instalaciones eléctricas; Urízar, recién ascendido, propietario de una compañía de seguros, con sucursales en la mayoría de las provincias del Norte; Fandós, también recién ascendido, que, junto con un socio, cuenta con una industria de tapicería y al mismo tiempo ejerce su profesión de decorador; y el valenciano García Carrión, propietario de una destacada ferretería.De todos modos, entre las profesiones de los árbitros de fútbol, predominan los cargos importantes de las empresas donde trabajan. Unos son directores, como Lamo Castillo; gerentes, como Orellana; contables, como López Cuadrado; jefes de sus especialidades, como Ausocúa, en sastrería; Borrás del Barrio y Miguel Pérez, en almacenes; Orrantía, en compras de Industrias Químicas de Navarra; administrativo, como Tomeo. Sóto Montesinos es adjunto a la dirección de Hispano Olivetti. Seis colegiados son técnicos; hidráulico, como Crespo; perito, como Forés; de organización, como Saiz Elizondo y Pes Pérez; maestro industrial, como Gallardo; administrador financiero, De Sosa Martín. Uno es comerciante, Jiménez Sánchez. Jaramillo es maquinista de Tabacos de Ceuta y Melilla. Acebal Pezón trabaja como administrativo en el Ayuntamiento de Gijón. Balsa Ron, de mecánico en la Fasa Renault, de Valladolid. Burgos Núñez es inspector de seguros. Guruceta, Soriano Aladrén y Sánchez Arminio, representantes. Tres árbitros trabajan en bancos, de los que uno es apoderado: Franco Martínez. Los otros dos, administrativos: Medina Iglesias y Olavarría. Fernández Quirós es fisioterapeuta y otro militar, brigada, el gallego Carreira Abad.

Todos los árbitros, por tanto, cuentan con una profesión que, mejor o peor, les permitiría vivir sin que para ello necesitasen los ingresos económicos que perciben por sus actuaciones. Esto quiere decir y los propios árbitros lo han repetido en más de una ocasión, que el arbitraje es para ellos un hobby y una afición, aunque posiblemente se trate también de una frustración futbolística.

Cifras

Ciento noventa mil pesetas es la cantidad que ha recibido el árbitro que más actuaciones ha tenido a lo largo de la pasada temporada. Se trata de García Carrión. El colegiado castellano, retirado ya, Melero, fue quien menos percibió, un total de 90.000. Cada partido que dirigen les supone 10.000 pesetas. Por esas cantidades, además, los árbitros no podrían convertirse en profesionales. 19.000 pesetas al mes correspondieron al árbitro que más partidos dirigió y fue quien más suerte tuvo a la hora del sorteo.

Pero en esas cifras, por supuesto, no figuran determinados inconvenientes que estos hombres tienen en sus respectivas profesiones -permisos, muchos de ellos no tienen vacaciones...- y los problemas que se crean, a veces, en su vida privada por sus actuaciones en los terrenos de juego: amenazas de muerte y de cualquier otra clase por a penas 10.000 pesetas. Y es que además, a veces, se les culpa de la suerte de los propios clubs que les pagan.

Al final de la próxima temporada solamente se retirará un árbitro por cumplir la edad reglamentaria de los 47 años. Se trata de Orrantía que, para corresponder a sus servicios, se le ha convertido en internacional, aunque sólo sea de nombre, pues ya se verá con los partidos que este hombre dirige fuera de nuestras fronteras. Orrantía es el árbitro más viejo de Primera División. El más joven es el mismo que la pasada temporada, Burgos Núñez, con veintinueve años. Todos los colegiados que han ascendido a Primera División al final de esta temporada son mayores que él y que otros dos árbitros que ya figuraban en dicha categoría, concretamente Soriano Aladrén y Fernández Quirós.

De los 32 árbitros de Primera División, treinta están casados, y uno de ellos, Borrás del Barrio, por segunda vez, al quedar viudo. Todos ellos cuentan con hijos, con la excepción del internacional Toméu. Los dos árbitros solteros de esta categoría son Guruceta y Fernández Quirós.

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