Zalba puede perder la presidencia

La reacción que se ha producido en el ambiente futbolístico zaragozano por el descenso del Real Zaragoza a Segunda División puede definirse en dos palabras: decepción e irritación. Aunque todos coinciden en afirmar que la campaña realizada por el equipo ha sido pésima, la verdad es que nadie se había planteado en serio la posibilidad de que el equipo descendiera de categoría.

El lunes mismo en algunos medios informativos locales se comenzaron a solicitar dimisiones. Sin embargo, el inmediato anuncio realizado por la directiva zaragocista, convocando con la máxima urgencia -aunque aú...

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La reacción que se ha producido en el ambiente futbolístico zaragozano por el descenso del Real Zaragoza a Segunda División puede definirse en dos palabras: decepción e irritación. Aunque todos coinciden en afirmar que la campaña realizada por el equipo ha sido pésima, la verdad es que nadie se había planteado en serio la posibilidad de que el equipo descendiera de categoría.

El lunes mismo en algunos medios informativos locales se comenzaron a solicitar dimisiones. Sin embargo, el inmediato anuncio realizado por la directiva zaragocista, convocando con la máxima urgencia -aunque aún no se haya decidido la fecha- una junta extraordinaria de socios, parece haber calmado, al menos de momento, la irritación de los aficionados.

Mientras tanto, la oposición ha encontrado su apetecida oportunidad y se ha puesto en marcha, también con la máxima urgencia. Miembros de una supuesta candidatura, aspirante a la directiva, se reunieron nada más acabar el encuentro Zaragoza-Celta, y al parecer decidieron pasar a la acción.

José Angel Zalba, a lo que parece, está dispuesto a defender su sillón presidencial contra quien sea, pero deberá jugar sus bazas con los mejores recursos de su reconocida habilidad.

Muller, en unas inoportunas declaraciones, ha manifestado que le gustaría seguir en el Zaragoza, puesto que si lo ha bajado -dijo- también podría ascenderlo. Pero nadie duda de que la actual directiva hará oídos sordos a tan impopular oferta, ya que el preparador francés es, según las más generalizadas opiniones, uno de los máximos culpables del descenso. En suma, en Zaragoza existe una tensa espera a que se celebre la anunciada junta extraordinaria de socios, en la que se presume una dura lucha entre los que todo lo quieren justificar y los que por fin encontraron su oportunidad. Una lucha con un mismo objetivo: el sillón presidencial.

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