Las bajas restaron efectividad al Rayo

El mal resultado del Rayo frente al Valladolid no lo fue tanto por los resultados de Cádiz y Oviedo. Pese al bache de juego que atraviesan los madrileños, siguen conservando su privilegiada situación. El domingo presentó el Rayo un equipo de circunstancias que no pasó airoso la prueba. Faltó conjunción y sobraron nervios. El Valladolid jugó a la contra y se aprovechó de las debilidades de su contrario.Cinco hombres que no juegan habitualmente en el Rayo lo hicieron el domingo. De todos ellos fue José María el más destacado. Cumplió a la perfección en su rriarcaje a Landáburu y todavía tuvo arr...

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El mal resultado del Rayo frente al Valladolid no lo fue tanto por los resultados de Cádiz y Oviedo. Pese al bache de juego que atraviesan los madrileños, siguen conservando su privilegiada situación. El domingo presentó el Rayo un equipo de circunstancias que no pasó airoso la prueba. Faltó conjunción y sobraron nervios. El Valladolid jugó a la contra y se aprovechó de las debilidades de su contrario.Cinco hombres que no juegan habitualmente en el Rayo lo hicieron el domingo. De todos ellos fue José María el más destacado. Cumplió a la perfección en su rriarcaje a Landáburu y todavía tuvo arrestos para irse al ataque. Las ausencias de Tanco. Francisco y González se dejaron notar y el Rayo perdió un punto merecidamente.

Uno de los factores que han contribuido a elevar al Rayo Vallecano a una de esas posiciones de ascenso ha sido precisamente la repetida alineación de unosjugadores que, sin brillar individualmente, formaron un sólido conjunto. Frente al Valladolid hubo notables bajas, fundamentales por las funciones que desarrollan en el campo, y el equipojugó nervioso e impreciso. De esto se aprovechó el Valladolid, que reforzó su centro del campo y en ningún momento dejó de dar la cara.

Fue Landáburu el jugador que primero protagonizó en Vallecas una situación de peligro. Iban sólo ocho minutos de juego y Alcázar tuvo que estirarse para evitar el gol. El Rayo reaccionó con más fuerza que acierto y el Valladolid, como no se amilanó, supo neutralizar bien cuantas jugadas llegaron a su parcela defensiva. Sólo un error en la cobertura vallisoletana protagonizado por la lentitud del veteranísimo Antón y aprovechada por la velocidad de Rial dejó el balón en los pies de Alvarito, al que en los últimos metros se le fue en beneficio de Llácer.

La salida del Rayo en la segunda parte fue rabiosa. García Verdugo se jugó el todo por el todo realizando los dos cambios reglamentarios, que no arreglaron nada. Manolito pronto comenzó a ser

víctima de frecuentes calambres y tuvo que aguantar todo el partido a base de pundonor. Tras otro susto para, Alcázar, ante quien se plantó solo Toño, eficaz lateral que se incorporó numerosísimas veces al ataque, el Rayo hilvanó diez minutos de buen fútbol. codicioso Y rápido, que cerca estuvieron de llevarle a la victoria. Uceda, Alvarito y Guzmán -el cabezazo de éste tropezó en el larguero- fueron los últirnos protagonistas de tres jugadas que pudieron resultar decisivas para el resultado final.El Valladolid no se asustó de esta situación de acoso y, lejos de encerrarse en su área. persistió en su sistema de cuatro-tres-tres con Landáburu en funciones de media punta y se acercó nuevamente con mucho peligro al meta Alcázar, que de nuevo tuvo que salvar in extremis una colada de Toño.

En el último cuarto de hora, con los dos equipos realizando grandes esfuerzos por lograr algún gol, se registraron dos magníficas ocasiones para obtenerlo. La primera fue merced a un magistral servicio en profundidad de Vicente sobre Palacios y el tiro cruzado de éste lamió el palo. La última oportunidad fue la desperdiciada por Rial, Felines profundizó sobre Guzmán tras arrebatar un balón a un contrarlo a base de coraje, el balón llegó en diagonal al desmarcado Rial y éste tiró alto ante la desesperación de sus compañeros.

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