Athletic de Bilbao, finalista en la Copa de la UEFA

El público de San Mamés no se lo ha pasado ni medio bien hasta el término de los 89 minutos y medio, tiempo que duró el encuentro, ya que el árbitro pitó el final con medio minuto de antelación. Al final, algarabía y gran celebración de que el Athletic llegue a la final de la Copa de la UEFA, pero sólo al final, porque los belgas se lo pusieron harto difícil.La afición, bilbaína acudió a San Mamés guiada un poco por las crónicas recibidas desde Bélgica y en las que se daba a los del Rácing White como un enemigo relativamente fácil. No fue así, pues el equipo de De Visser planteó el encuentro ...

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El público de San Mamés no se lo ha pasado ni medio bien hasta el término de los 89 minutos y medio, tiempo que duró el encuentro, ya que el árbitro pitó el final con medio minuto de antelación. Al final, algarabía y gran celebración de que el Athletic llegue a la final de la Copa de la UEFA, pero sólo al final, porque los belgas se lo pusieron harto difícil.La afición, bilbaína acudió a San Mamés guiada un poco por las crónicas recibidas desde Bélgica y en las que se daba a los del Rácing White como un enemigo relativamente fácil. No fue así, pues el equipo de De Visser planteó el encuentro de forma que contuvo perfectamente a los delanteros bilbaínos y supo maniobrar con ventaja en el centro del campo. Su fallo de la misma forma que ocurrió en el estadio bruselense, estuvo en que los delanteros no atinaron, aunque, si bien es cierto, tampoco se' les ofrecieron demasiadas ocasiones.Jugaron un 4-3-3, perfectamente ordenado con Dumon, Ben Hasse, Desanghere y Olsen en la parte de atrás, aunque éste último lo utilizaban como cabeza de puente entre el centró del campo, la defensa y a veces la delantera. En la zona central evolucionaban Boskamp, y Cordiez, principalmente y en ocasiones ayudados por_Bjerre. Y, en punta, Teugels, Nielssen y Wellens.

Por su parte, el Athletic de Bilbao se preocupó mucho de realizar la misma labor que los belgas, pero los bilbaínos contaban con la ventaja de que si lograban mantener la puerta a cero, como así fue, la eliminatoria se decantaba a su favor.

Hubo ocasiones claras por ambos equipos, quizá más por los bilbaínos, pero tampoco los belgas merecen ser ignorados en dos o tres ocasiones clarísimas, producidas la mayoría de ellas por fallos de la defensa rojiblanca y no por acierto de sus delanteros. Porque cabe destacar que la zaga bilbaína contó con dos hombres que no realizaron, precisamente, un buen encuentro: Lasa y Goicoechea, quienes en ocasiones sembraron « la discordia» entre sus compañeros. Gracias a la buena labor de Guisasola y Escalza, Iríbar pudo mantener su puerta a cero.

Hablando de ocasiones, el Athletic tuvo tres, clarísimas, que fueron resueltas dos de ellas gracias a las acertadas intervenciones de De Bree, y la tercera gracias al puño de Boskamp, que despejó con toda tranquilidad, sin que el árbitro del encuentro se diera por enterado.

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