Baloncesto

Otro título para el Madrid

Buen final de Liga presentó el encuentro disputado por Juventud y Real Madrid. Nervios, tensión, ambiente, garra, lucha y nada de concesiones fueron notas predominantes del choque, que estuvo presidido por la igualdad del principio a fin y que lo mismo que se decantó de un lado pudo hacerlo del otro o terminar con el resultado más justo: un empate.Con los dos equipos en defensa de asignación y coincidencia en los pares (Margall-Ramos, Fernández-Brabender, Costello-Walter, Filbá-Rullán y Santillana-Cristóbal) el Madrid empezó por delante con cuatro puntos, que fueron rápidamente neutralizados p...

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Buen final de Liga presentó el encuentro disputado por Juventud y Real Madrid. Nervios, tensión, ambiente, garra, lucha y nada de concesiones fueron notas predominantes del choque, que estuvo presidido por la igualdad del principio a fin y que lo mismo que se decantó de un lado pudo hacerlo del otro o terminar con el resultado más justo: un empate.Con los dos equipos en defensa de asignación y coincidencia en los pares (Margall-Ramos, Fernández-Brabender, Costello-Walter, Filbá-Rullán y Santillana-Cristóbal) el Madrid empezó por delante con cuatro puntos, que fueron rápidamente neutralizados por la «penya» y desde ese momento se inició la sucesión de empates y ventajas de una canasta a favor de unos u otros, con el solo paréntesis de seis puntos de margen para el Juventud a sólo dos minutos del descanso, que se alcanzó con 50-48. Los badaloneses lo estaban haciendo muy bien y el Madrid parecía. que se dedicaba a mantener el ritmo con el propósito de lanzarse en los últimos veinte minutos.

La segunda parte estuvo marcada por las circunstancias. A los tres minutos Costello -que había cumplido a la perfección- comete su quinta falta y le sustituye Filbá, sentado desde la mitad del primer tiempo, cuatro personales ya en su haber. Dos minutos después es Margall (cuando mejor estaba) el que debe abandonar el juego y entonces empieza Bagué a aliarse con los locales, que con la eliminación de sus hombres estaba en coyuntura de perder algo más que un partido: se sucedieron las personales y las técnicas y el resultado final iba a quedar a expensas de los suplentes. El Madrid, con más oficio y más titulares en el quinteto final, aprovechó su oportunidad y se hizo con un corto triunfo (99-101), que vale otro título liguero: el número diecinueve. Pero no podemos pasar por alto la influencia que en el mismo tuvo Vicente Paniagua. El eterno suplente blanco entró a falta de poco menos de tres minutos y tuvo tiempo para provocar la quinta falta de Fernández y luego, con una tranquilidad pasmosa, transformar dos tiros libres que, prácticamente, sentenciaron el partido.

Decimos que el Juventud perdió más que un partido porque en el ambiente se notó la prima del Barcelona, que, al parecer, ascendía a 100.000 pesetas por persona y porque, además, es muy posible que haya dicho adiós a la Copa. Tras lo que consta en acta sobre Filbá, es más que probable que el pivot sea sancionado, con lo que perdería al enfrentarse al Barcelona en la Copa, y con ello la posibilidad de ser primeros en su grupo para eludir al Madrid en semifinales. Una técnica que puede suponer mucho para su club.

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