El Atlético, bien de juego y de remate

Goleada del Atlético al Elche, en partido cuyo primer tiempo resultó terriblemente aburrido a causa del cerrojo ilicitano, pero cuya segunda mitad, movida y con goles, fue especialmente divertida para el público. El Atlético evidenció mantenerse en buen tono de juego.El Elche presentó en el Manzanares un cerrojo espectacular, de los que se ven pocos. Dejó en punta a Finarolli y a Cristo, en la media a Félix, Gómez Voglino y Trobbiani, y metió al resto de sus hombres en la defensa. Cuando se hacía con el balón intentaba contraatacar con muy pocos hombres; con casi ninguno, podríamos decir. Envi...

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Goleada del Atlético al Elche, en partido cuyo primer tiempo resultó terriblemente aburrido a causa del cerrojo ilicitano, pero cuya segunda mitad, movida y con goles, fue especialmente divertida para el público. El Atlético evidenció mantenerse en buen tono de juego.El Elche presentó en el Manzanares un cerrojo espectacular, de los que se ven pocos. Dejó en punta a Finarolli y a Cristo, en la media a Félix, Gómez Voglino y Trobbiani, y metió al resto de sus hombres en la defensa. Cuando se hacía con el balón intentaba contraatacar con muy pocos hombres; con casi ninguno, podríamos decir. Enviaba largos lanzamientos a sus guerrilleros avanzados, y allá se las entendieran ellos con la defensa atlética. El resto del equipo esperaba, prudente, en su área a que regresaran los rojiblancos con el balón para desbaratar su ataque.Al Atlético, saltar un cerrojo es algo que no se le da muy bien. Su mejor juego está hecho de toque y de rapidez, y es más válido para el contraataque que para saltar una defensa cerrada, y de ahí que se encontrara desconcertado y hasta torpe. Se empujaba mucho y se provocaban corners, pero no se veía claro el camino del gol. Una falta de Serras a Ayala fue el camino que abrió el marcador en cabezazo de Pereira. El brasileño, que para entonces ya había subido varias veces al remate, era en esos momentos -y lo siguió siendo durante. todo el primer tiempo- el único espectáculo sobre el campo. Su exquisita técnica, su habilidad para cortar los escasos contraataques del Elche y el peligro que llevó siempre que subió al área contraria hicieron de él el justo centro de

atención en ese martirizante primer tiempo.

El gol no sirvió para que se abriera el Elche, así que las cosas siguieron igual hasta el descanso, con la única diferencia de que la afición atlética, con eso del gol, se sintió más tranquila, a pesar de que los ataques del Elche comenzaron a hacerse un poco más frecuentes y de que en uno de ellos Pereira tuvo que salvar el gol bajo los palos.

A poco de comenzada la segunda parte llegó un nuevo gol, en centro de Salcedo con rebote de Dominichi. Eso fue lo que arregló definitivamente el partido, porque el Elche vio que ya no tenía objeto seguir arropando a Esteban, y se marchó en busca del ataque. El fino juego de Gómez Voglino y Trobbiani hizo entonces su aparición sobre el campo, y el Elche ofreció una versión mucho mejor de sí mismo. Para su desgracia, había perdido el concurso de Cristo en el primer tiempo, a causa de un tirón, y eso restaba posibilidades a su juego de ataque.

El Atlético, por su parte, encontró, por fin, unos cuantos metros libres para hacer el tipo de fútbol que a él le gusta, y el espectáculo mejoró notablemente. Comenzaron a verse frecuentes jugadas de peligro en las dos puertas, y Leal marcaba al poco rato un precioso gol en galopada de Rubén Cano. El Elche cada vez pensó menos en su área y más en la de Pachecho -que, dicho sea de paso, hizo buenas cosas, y consiguió que la afición le perdonase los fallos de Sofía- y después de varios intentos consiguió, al fin, marcar a través de un justo penalti. El Atlético siguió a su aire, jugando bien, y marcó dos espectaculares tantos más para completar un bonito marcador, entre la diversión de su hinchada, que aplaudió tanto estos nuevos goles como el que marcó el Hércules en Alicante, y que le restaba un punto al Barcelona. El Atlético cuenta ahora con ventaja de tres, más el coeficiente particular. Y cuenta, sobre todo, con su buen momento de juego, confirmado de nuevo el domingo. Sus perspectivas, es indudable, son buenas.

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