El líder se llevó un punto de la Ciudad Deportiva

El líder se llevó un punto de la Ciudad Deportiva cuando, tras un primer tiempo magnífico, pudo sentenciar el encuentro a su favor. El conservadurismo del que hizo gala el conjunto navarro en la segunda mitad propició la reacción del Castilla, que igualó justamente. Quizá la primera parte, de claro color rojillo, hubiese cambiado de signo cuando en el primer minuto de juego García Hernández remató de cabeza un centro de la derecha y un defensor osasunista sacó el balón de la misma raya. No fue así, y los navarros se hicieron pronto con las riendas del partido. Su zaga sujetó por completo a la ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El líder se llevó un punto de la Ciudad Deportiva cuando, tras un primer tiempo magnífico, pudo sentenciar el encuentro a su favor. El conservadurismo del que hizo gala el conjunto navarro en la segunda mitad propició la reacción del Castilla, que igualó justamente. Quizá la primera parte, de claro color rojillo, hubiese cambiado de signo cuando en el primer minuto de juego García Hernández remató de cabeza un centro de la derecha y un defensor osasunista sacó el balón de la misma raya. No fue así, y los navarros se hicieron pronto con las riendas del partido. Su zaga sujetó por completo a la inoperante vanguardia madrileña, mientras adelante los tres hombres punta, Bengoechea, Ostívar y Lizoaín, creaban peligro con relativa facilidad. Fueron 45 minutos en los que el líder demostró su condición e, incluso pudo obtener algún tanto más en el remate de Lizoaín, extremo zurdo a la antigua usanza, al larguero.

Sanchís trató de evitar el claro desbarajuste en sus filas sustituyendo con rapidez a Pérez García, a quien Bengoechea volvió loco con sus fintas, y a Serrano, que se retiró cojeando. Los cambios no arreglarían nada hasta la segunda mitad. Luego el replanteamiento táctico de Sanchos, unido al conservadurismo osasunista, defecto del que adolecen prácticamente todos los equipos hizo que el equipo de Pachín se replegara, no sin antes mostrar su punch en un nuevo remate al poste de Bengoechea. Se creció el Castilla con el repliegue navarro y comenzó a atacar con cierto peligro, ofensiva a la que se sumó el central Sabido, rabioso por enmendar su fallo en el gol visitante. Remates de Roales y G. Hernández se estrellaron con el meta y con los postes, mientras Magdaleno fallaba dos claras ocasiones, una de ellas increíble, con toda la puerta a, su favor. A falta de tres minutos, Sabido lograba el justo empate.

Archivado En