El presidente Suárez pide serenidad y confianza

En una intervención de nueve minutos el presidente del Gobierno ha tratado de infundir confianza a los españoles, y ha asegurado que seguirá adelante el programa democratizador. Sus palabras han, obtenido un eco generalmente favorable en los medios oficiales y en los partidos políticos de signo democrático. El señor Suárez pronunció su alocución con un tono de firmeza y serenidad, sin triunfalismo y con convicción.

En esencia, las palabras del presidente contenían dos mensajes: el terrorismo es la expresión desesperada de grupos marginados sin arraigo en la sociedad; la acción de los t...

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En una intervención de nueve minutos el presidente del Gobierno ha tratado de infundir confianza a los españoles, y ha asegurado que seguirá adelante el programa democratizador. Sus palabras han, obtenido un eco generalmente favorable en los medios oficiales y en los partidos políticos de signo democrático. El señor Suárez pronunció su alocución con un tono de firmeza y serenidad, sin triunfalismo y con convicción.

En esencia, las palabras del presidente contenían dos mensajes: el terrorismo es la expresión desesperada de grupos marginados sin arraigo en la sociedad; la acción de los terroristas no conseguirá cortar el camino a la democracia emprendido por la Monarquía.El presidente insistió, con tono de realismo, en las dificultades para resolver, de modo instantáneo, la acción criminal de los extremistas por medio de la simple utilización de medios represivos.

El señor Suárez negó que existiera crisis de autoridad y aludió a los comunicados conjuntos suscritos ayer por los partidos políticos y los periódicos españoles frente a la agresión que a todos afecta.

Con tono y construcción gramatical más dramatizante, el presidente negó que pudieran darse en el seno del Gobierno actitudes tibias o entreguismo. Y reafirmó la necesidad de diálogo y de atención al hecho regional. En sus afirmaciones hubo algunos reconocimientos implícitos, de interés, como la necesidad de abrir el juego político para normalizar, la vida ciudadana y la trascendencia de unas futuras elecciones, a partir de las cuales el país pueda ser gobernado por sus auténticos representantes.

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