Corto pero merecido triunfo del Torrejón

En un encuentro más emocionante que bueno, el Torrejón se impuso al Mirandés con todo merecimiento. Y fue justa la victoria porque los pupilos de Teodoro Nieto fueron más prácticos, pusieron más ardor, se sacrificaron mucho más y tuvieron fe en la victoria. Tuvo el partido un comienzo prometedor, con un Torrejón que salió empujando mucho y derrohando facultades en defensa y ataque, marcajes férreos, ante un rival superior técnicamente al que no se podía dejar controlar la pelota ni el juego, y fruto de ese constante batallar fue el domino que ejercieron, y consecuencia de éste, el primer gol. ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En un encuentro más emocionante que bueno, el Torrejón se impuso al Mirandés con todo merecimiento. Y fue justa la victoria porque los pupilos de Teodoro Nieto fueron más prácticos, pusieron más ardor, se sacrificaron mucho más y tuvieron fe en la victoria. Tuvo el partido un comienzo prometedor, con un Torrejón que salió empujando mucho y derrohando facultades en defensa y ataque, marcajes férreos, ante un rival superior técnicamente al que no se podía dejar controlar la pelota ni el juego, y fruto de ese constante batallar fue el domino que ejercieron, y consecuencia de éste, el primer gol. Tras éste, se estiró un poco el Mirandés, pero se les notaba incómodos por los marcajes y con poca decisión cara al marco, y si consiguieron irse al descanso con empate a uno fue coto consecuencia de una desafortunada acción de Leal.La segunda mitad tuvo dos partes bien distintas en función lógica del marcador. De salida, acoso y dominio de los locales y conformismo en los visitantes, hasta que Calvo consiguió el segundo tanto. A partir de ahí, un poco inconscientemente y otro poco porque el rival se fue hacia adelante, defensa a ultranza, que no agobiante, porque se estableció en el centro del campo, del resultado que sería definitivo. Muy mejorado está el Torrejón con respecto a anteriores ocasiones; sobre todo se les nota a los jugadores menos agarrotados, continúa siendo el equipo peleón, que no da un balón por perdido, pero muy justo técnicamente en general y falto de mordiente en ataque. El Mirandés vino a San Isidro con la confianza, siempre traicionera, de haber ganado los dos últimos encuentros que enfrentaron a ambos equipos, en la Copa; su lentitud y poca ambición, son factores muy importantes para la derrota.

Archivado En