El Rayo, precavido en exceso

Al Rayo Vallecano le desbordaron los acontecimientos en Huelva García Verdugo dispuso un sistema táctico eminentemente defensivo para aguantar a los onubenses. Pero no dio resultado. A pesar de la tribulación que sufre la plantilla local con los lesionados, supieron imponerse a los vallecanos en el mejor partido que su afición les ha visto en lo que va de temporada.El Rayo montó un 4-4-2 que en la segunda parte tuvo que trocar Por un 4-3-3. Fueron excesivas precauciones defensivas. El Huelva, que mereció llevarse a la caseta algún gol más que el solitario tanto de la primera parte, resolvió en...

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Al Rayo Vallecano le desbordaron los acontecimientos en Huelva García Verdugo dispuso un sistema táctico eminentemente defensivo para aguantar a los onubenses. Pero no dio resultado. A pesar de la tribulación que sufre la plantilla local con los lesionados, supieron imponerse a los vallecanos en el mejor partido que su afición les ha visto en lo que va de temporada.El Rayo montó un 4-4-2 que en la segunda parte tuvo que trocar Por un 4-3-3. Fueron excesivas precauciones defensivas. El Huelva, que mereció llevarse a la caseta algún gol más que el solitario tanto de la primera parte, resolvió en el segundo minuto de la otra mitad del encuentro el partido. A partir de ese momento se acomodó y trató de reservar energías y conservar enteros a todos los jugadores, algunos de los cuales disputaron el encuentro sin encontrarse perfectamente recuperados.

Con la entrada en el Rayo de Alvarito e Iglesias la delantera tomó una consistencia que hizo temer a los propios onubenses por el desenlace final del encuentro. Con el segundo gol en contra, los vallecanos reaccionaron. No obstante, sus ataques se vieron apagados casi siempre en una línea zaguera local que no admitió ninguna concesión al rival.

En las postrimerías del encuentro, con la ausencia de Jerolame y Aramburu, se hizo más intensa la presión del Rayo sobre el marcó de Alonso. El gol vallecano llegó cuando faltaban sólo cinco minutos para que finalizase el partido. El cuadro que dirige García Verdugo ya no tuvo tiempo para empatar, aunque hasta el pitido final lo intentó sin desmayo.

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