Hockey sobre patines

El Alameda de Osuna puede desaparecer

Cuando aún resuenan los ecos del magnífico triunfo obtenido por España en el reciente Campeonato Mundial de Oviedo. la noticia no deja de ser irónica. El Alameda de Osuna, uno de los dos solitarios equipos madrileños que subsisten en la Primera División Nacional —el otro es el Pilaristas— corre peligro de no poder participar en la próxima Liga a causa de sus quebrantos económicos.

Son los con trastes del deporte español. Sí, aunque en Oviedo se ganó un titulo mundial las apariencias engañan y el cuadro triunfador fue una selección catalana, región señera del hockey rodado na...

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Cuando aún resuenan los ecos del magnífico triunfo obtenido por España en el reciente Campeonato Mundial de Oviedo. la noticia no deja de ser irónica. El Alameda de Osuna, uno de los dos solitarios equipos madrileños que subsisten en la Primera División Nacional —el otro es el Pilaristas— corre peligro de no poder participar en la próxima Liga a causa de sus quebrantos económicos.

Son los con trastes del deporte español. Sí, aunque en Oviedo se ganó un titulo mundial las apariencias engañan y el cuadro triunfador fue una selección catalana, región señera del hockey rodado nacional y la única que no ha tenido problemas para subsistir por la afición existente. En otros lugares, como Asturias, precisamente, donde una fábrica de chocolates y otra de ginebra patrocinaron al La Cibeles de Oviedo y al Kiberde Mieres, menos mal que surgieron me cenas para elevar el nivel y el ambiente. En Sevilla ocurrió algo parecido con el Claret y en Alicante con el Montemar. Pero poco más. En Madrid, por ejemplo, luego de unos años con el Femsa en candelero, todo se vino abajo cuando perdió gas y fuerza. Resulta que su labor, encaminada a canalizar prácticamente por sus manos todo el hockey madrileño, lejos de ser beneficiosa, fue nefasta a la postre. Descendió primero desde la División de Honor en la que se encontraba —en la última época con Humberto Ferrer en sus filas— y desde la Primera División no se fue a Segunda la temporada pasada porque se fusionó con el ascendido campeón castellano. Alameda de Osuna. Pero ya estaba desaparecido. Del primer equipo anterior sólo existía el nombre.

Las perspectivas en la actual temporada para el Alameda de Osuna son bastante malas por todo ello. Las dos únicas soluciones para reunir la suficiente subvención y poder jugar la competición son bien simples, pero a la vez complicadas; encontrar una firma comercial patrocinadora o que un ayuntamiento —la sección de deportes— de la provincia madrileña corra con los gastos. El Pilaristas ha encontrado ya, uno, el de Alcobendas. El Alameda de Osuna busca por Alcalá, Coslada y algunos más. Pero hasta ahora no tiene nada.

De todas formas, habría también otra solución al menos transitoria y con ella entraríamos en el eterno problema de la penuria económica federativa. Recordemos que el presidente de la Federación Castellana, señor Setién, ya ha estado a punto de dimitir varias veces porque en la nacional no le daban más dinero y no podía organizar competiciones, bien de hockey de carreras o de patinaje artístico. La subvención federativa, al parecer, es de 300.000 al año para un club castellano que milite en Primera División como el Alameda. Quizá adelantar esa cantidad en su totalidad o una gran parte de ella seria una solución para tapar el apuro momentáneamente. Desde luego, cualquier cosa sería mucho mejor que la desaparición de otro equipo en Madrid, que no está sobrado precisamente de ellos. Y, en cualquier caso, lo lamentable es que seguimos con soluciones nada generales, cuando ya los grandes triunfos no pueden compensar errores de base.

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