El Caralbanchel supo remontar el partido

Carabanchel y Talavera disputaron un bonito encuentro que se caracterizó por la entrega y la buena preparación física de sus jugadores que nunca dieron un balón por perdido.Sorprendió el Talavera en los minutos iniciales con un juego preciso y codicioso que le valió un gol temprano. El Carabanchel, lejos de desconcertarse, se empleó a fondo, puso a Carlos en el centro del campo y lanzó en punta a Víctor y a Silva. Una buena idea, ya que Carlos se mostró inspirado en el centro y potenció rápidos contragolpes que evidenciaron la flojedad de los laterales del Talavera, que estaban muy adelantados...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Carabanchel y Talavera disputaron un bonito encuentro que se caracterizó por la entrega y la buena preparación física de sus jugadores que nunca dieron un balón por perdido.Sorprendió el Talavera en los minutos iniciales con un juego preciso y codicioso que le valió un gol temprano. El Carabanchel, lejos de desconcertarse, se empleó a fondo, puso a Carlos en el centro del campo y lanzó en punta a Víctor y a Silva. Una buena idea, ya que Carlos se mostró inspirado en el centro y potenció rápidos contragolpes que evidenciaron la flojedad de los laterales del Talavera, que estaban muy adelantados y eran superados una y otra vez por los extremos. Sólo el central visitante, Ferrer, sujetó a Silva con conocimiento de su labor, pero nada podía hacer cuando el peligro le venía por la banda.

Victor, el mejor hombre de la delantera local, rubricó este juego con un gol que supuso la definitiva firmeza del juego local y el rotundo hundimiento de la línea defensiva izquierda del Talavera, que se veía obligada continuamente a perseguir por detrás a Carlos y a Víctor, persecución que forzó un claro derribo a Víctor dentro del área y que no pitó el árbitro, y una falta en el borde del área grande que supuso el segundo gol local.

La delantera talaverana por su parte contraatacó con peligrosidad e hizo intervenir a Morata en situaciones apuradas.

La lección de dominar el centro la aprendió bien el visitante, que salió en la segunda mitad a hacer de alumno aventajado ante el mayor sosiego carabanchelista. Colocó a Lelio en el centro del terreno y comenzaron a llover balones peligrosos sobre el área de Morata que eran rechazados por la defensa.

Contraaque local, fallo de la defensa y nuevo gol de Víctor que tampoco hace desfallecer a los delanteros talaveranos empeñados en que lo suyo es hacer goles.

El Carabanchel se repliega ahora en exceso y su defensa comienza a estar imprecisa ante el amontonamiento de jugadores. Una de estas imprecisiones le vale al Talavera su segundo y merecido gol,obra de Espinosa. Cinco minutos finales de apuros defensivos que no desmerecen la justa victoria local.

Archivado En