El "poder" de los controladores aéreos

El poder de los controladores aéreos no es aún bien conocido de la sociedad española. Por sus manos pasa la seguridad de los viajeros de vuelos nacionales e internacionales que despegan y toman tierra en nuestros aeropuertos. De su importancia dio trágica fe el plan Clement-Marot puesto en práctica hace poco menos de dos años por el Gobierno francés para sustituir -en ocasión de una huelga- por controladores militares a los civiles, y que dio origen a una catástrofe aérea protagonizada por dos aviones españoles.Esta imagen de aviones en Barajas esperando la orden de salida es rev...

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El poder de los controladores aéreos no es aún bien conocido de la sociedad española. Por sus manos pasa la seguridad de los viajeros de vuelos nacionales e internacionales que despegan y toman tierra en nuestros aeropuertos. De su importancia dio trágica fe el plan Clement-Marot puesto en práctica hace poco menos de dos años por el Gobierno francés para sustituir -en ocasión de una huelga- por controladores militares a los civiles, y que dio origen a una catástrofe aérea protagonizada por dos aviones españoles.Esta imagen de aviones en Barajas esperando la orden de salida es reveladora de la actual situación en Madrid y Barcelona: la espera provocada por una rigurosa aplicación de las normas internacionales sobre tráfico aéreo.

Esta huelga de celo de los controladores aéreos que trabajan en los aeropuertos más Importantes del país se extendió durante la jornada de ayer, provocando sensibles retrasos en la mayoría de los vuelos previstos. Compañías aéreas consultadas por Logos califican de ridícula la actitud oficial que niega la existencia de la huelga y alega razones técnicas para justificar el retraso de los aviones.

Aunque se han precisado -las razones básicas del conflicto por parte de los controtadores, no se sabe nada de posibles negociaciones para solucionar la situación. Las reivindicaciones de este grupo de trabajadores-funcionarios (dependientes del Ministerio del Aire) se centran en temas profesionales más que en salariales. Plantean la necesidad de un cuerpo de controladores y de una comisión nacional representativa para negociar la organización del mismo. Reclaman la mejora de sus categorías, la ampliación de las plazas y la renovación del material técnico con el que desarrollan su función. Cabe destacar el desgaste psíquico que sufre el controlador, en un trabajo que no admite márgenes de error y sobre el que recae una responsabilidad grande sobre la seguridad de muchas vldas humanas.

La huelga de celo supone cumplir con carácter estricto los reglamentos de control, con lo que el tráfico aéreo, sobrecargado en estos momentos del verano, se ve obligado a sufrir considerables retrasos que, en algunos aeropuertos, han superado la decena de horas.

Como anécdota se ha comentado el hecho de que algunos ministros han sufrido estos días retrasos en sus aterrizajes y largas permanencias en vuelo a causa de esta situación.

lnformación en pág. 25

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