Vela

Gancedo: "Los Juegos son una farsa"

Los Juegos Olímpicos nos han costado una figura: Félix Gancedo. El bicampeón del mundo de la clase snipe, que no es olímpico, participó en Canadá con la clase tempest. Su puesto fue el noveno, impropio de la categoría de Gancedo, y hubo motivos para que no quiera participar más en unos Juegos.En España sólo hay una embarcación de tempest. Sin entrenador, sin rivales, sin un profundo conocimiento de la embarcación, Félix tuvo que marchar a Kingston. "En los Juegos, todos los países tratan de mostrar una cara que no es la suya. Los Juegos son una farsa».

Y Gancedo no ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los Juegos Olímpicos nos han costado una figura: Félix Gancedo. El bicampeón del mundo de la clase snipe, que no es olímpico, participó en Canadá con la clase tempest. Su puesto fue el noveno, impropio de la categoría de Gancedo, y hubo motivos para que no quiera participar más en unos Juegos.En España sólo hay una embarcación de tempest. Sin entrenador, sin rivales, sin un profundo conocimiento de la embarcación, Félix tuvo que marchar a Kingston. "En los Juegos, todos los países tratan de mostrar una cara que no es la suya. Los Juegos son una farsa».

Y Gancedo no quiere ser más una célula de esa careta. No volverá a ser olímpico prácticamente. «Hay un 99 por 100 de posibilidades de que no vea lo que significaría mi cuarta Olimpiada.» Ese uno por ciento es la puerta que queda abierta a la esperanza de que en el período de cuatro años surjan rivales en España.

Para prepararse debidamente, dentro de lo que cabe, para asistir a los Juegos, necesitó tres veces más de tiempo que sus demás compañeros. El estaba solo y sintió la soledad del corredor de fondo. Presionado por sí mismo, como declaró, marchó con el equipo olímpico.

En Canadá se sintió prisionero. Tres y cuatro policías como custodia, máximas medidas de seguridad. «También hay cárceles con televisión y camas confortables.» Ni siquiera las mujeres de los deportistas podían visitarlos.

Son muchas razones de peso las que han obligado a Gancedo a tomar la determinación de navegar por diversión. Las competiciones a nivel olímpico cumplieron su ciclo. «Es necesario cambiar el sistema; olvidarnos de medallas y crear espíritu deportivo en las escuelas. El deporte es fenomenal. Enseña a ganar, a perder y a sufrir.»

Félix Gancedo ha aprendido una lección más. Es la diferencia que existe entre el Gancedo campeón del mundo y el Gancedo, noveno en los Juegos. Por eso no duda al reconocer: «El error sólo fue mío al elegir el tipo de embarcación.»

Archivado En