Cecilia murió ayer en accidente de automóvil

Evangelina Sobredo, conocida en el mundo de la canción por Cecilia, falleció ayer, a las seis y media de la mañana, en un accidente de tráfico en un lugar conocido como la colina de Tres Montes, en la provincia de Zamora.Poco después de las dos de la madrugada, al terminar la que sería su última canción, Cecilia comentaba: «Este ha sido uno de los shows más bonitos de mi vida». Había cantado Dama, dama, Mi querida España y Un millón de muertos, canción que le planteó problemas administrativos.

Durante su estancia en Vigo había encargado al propietario de Nova Olimpia, local donde actuó,...

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Evangelina Sobredo, conocida en el mundo de la canción por Cecilia, falleció ayer, a las seis y media de la mañana, en un accidente de tráfico en un lugar conocido como la colina de Tres Montes, en la provincia de Zamora.Poco después de las dos de la madrugada, al terminar la que sería su última canción, Cecilia comentaba: «Este ha sido uno de los shows más bonitos de mi vida». Había cantado Dama, dama, Mi querida España y Un millón de muertos, canción que le planteó problemas administrativos.

Durante su estancia en Vigo había encargado al propietario de Nova Olimpia, local donde actuó, que buscara un terreno para que sus padres pudieran hacerse una casa. No quiso pernoctar en la ciudad y emprendió viaje, con sus acompañantes, poco después de las tres de la madrugada.

El accidente se produjo cuando la cantante y tres músicos de su conjunto regresaban en un turismo matrícula M-2342-AX, que chocó contra un carro agrícola, resultando heridos en el mismo accidente, el conductor del coche, José Luis González y Carlos Albert, así como el conductor del carro, Argimiro Majado, que se encuentra en grave estado, y su esposa, Regina Alvarez, con heridas leves. Tanto el coche como el carro quedaron totalmente destrozados y las dos vacas que arrastraban este último murieron.

Noticia sobre la muerte de Cecilia en EL PAÍS del 3 de agosto de 1976.

«Vivir es morir cada día», escribía en una canción llena de tristeza, propia de una de las crisis que eran frecuentes en ella. Se declaraba católica a su manera. Un despacho pasado por la agencia Logos, y anulado con posterioridad, le atribuía estas palabras: «Creo que hay un Dios pero no sé lo que es. Leo mucho la Biblia, pero no soy muy rigurosa para seguir con los ojos cerrados ni a los curas ni al Papa».

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