Montreal 76

El deporte español quiere planificar su futuro

La llama olímpica de Kingston comenzó a apagarse tras la entrega de las medallas de vela y con una triste canción interpretada por un gaitero escocés. La llama olímpica del estadio se apagó momentáneamente a causa de la lluvia, pero luce gracias a la intervención de una operaria que la prendió con su mechero sin esperar a que la produjera ritual alguno. Siete nadadores canadienses han sido expulsados de la Villa Olímpica por celebrar con libaciones las medallas conseguidas, y Rodesia y Sudáfrica han sido expulsadas de la Federación Internacional de Natación por practicar la segregación racial....

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La llama olímpica de Kingston comenzó a apagarse tras la entrega de las medallas de vela y con una triste canción interpretada por un gaitero escocés. La llama olímpica del estadio se apagó momentáneamente a causa de la lluvia, pero luce gracias a la intervención de una operaria que la prendió con su mechero sin esperar a que la produjera ritual alguno. Siete nadadores canadienses han sido expulsados de la Villa Olímpica por celebrar con libaciones las medallas conseguidas, y Rodesia y Sudáfrica han sido expulsadas de la Federación Internacional de Natación por practicar la segregación racial. El deporte español, ahora, pretende hacer planes a ocho años vista.Juan Antonio Samaranch no se perdió el acto de clausura de Kingston. Samaranch no se perdió la oportunidad de imponer las medallas de plata a Gorostegui y Millet. A Samaranch sólo le había visto en estos Juegos en la ceremonia protocolaria de las medallas en la natación y, que yo sepa, ha sido el único miembro del COI que ha dado una medalla y un beso a las campeonas de la RD Alemana. Ahora ya se puede ser gentil con las atletas comunistas sin que uno sea acusado de judeo masón o contubernista. En la ceremonia de clausura de Kingston yo diría que Gorostegui fue la sonrisa de los Juegos. El santanderino se ha debido convencer ya de que es un hombre histórico, desgraciadamente, el deporte español todavía puede contar con las manos las medallas que ha conquistado.

Quizá por esta parquedad, Pelayo Ros habla de planes a ocho años vista. El delegado nacional entiende que no se puede trabajar sin perspectivas de futuro, pero tengo la impresión de que sus intenciones no son válidas porque hay razones que obligan a pensar en una remodelación del deporte español que impide en este momento fiar todo a tan largo plazo.

El deporte español debe abandonar la disciplina de la Secretaría General del Movimiento en breve plazo. El deporte debe seguir unos pasos menos políticos. El futuro no es un Ministerio como algunos piensan, por dos razones fundamentales: una, porque el país no está para más burocracia, y otra, porque no se puede tener un ministro bajo el mandato de un presidente de Federación Internacional. Por poner un ejemplo más claro, un ministro no puede estar a las órdenes de un signore Franch.

El deporte español tiene su futuro en una Secretaría de Estado cuya burocracia sustente sus poderes en un conocimiento real y auténtico del deporte y no en los méritos políticos contraídos hace muchos años. La intención de Pelayo Ros es buena, pero habría que preguntarse si él se planteó esta cuestión cuando llegó a la DND o ha llegado al convencimiento al ver nuestra desesperante actuación en determinadas disciplinas.

Hasta el momento presente los dirigentes deportivos no han buscado otra cosa que el éxito inmediato, el florón improvisado. Es lógico que así haya sido porque ha importado más la promoción política urgente que el futuro. El lema habitual ha sido el «después de mí, naide». Claro que aquí, después de nadie, no venía El Guerra.

En los planes de la Delegación, entre otras cosas, debería estar la unificación de las estructuras deportivas para que no se produzcan los contrasentidos tradicionales de jurisdicciones tan dispares y encontradas como la propia DND y sus Federaciones, con la Sección Femenina y Juventudes. Este problema quedará resuelto con la Secretaría de Estado.

Otra cuestión que al delegado nacional de Deportes debería preocupar es el hecho de que no se sigan consignas específicas para casos concretos en los que entra en juego el prestigio internacional. Espero que alguien explicara a los españoles las razones que impulsaron al señor Porta a votar en favor del mantenimiento de Sudáfrica en la FIFA cuando sólo otros cuatro países más estuvieron en la misma línea. España votó en favor de la discriminación racial futbolística, postura que no casa demasiado bien con la actitud de Samaranch, que, como vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, pretende contar siempre con los votos africanos.

Sudáfrica y Rodesia han sido expulsadas también de la Federación de Natación, y también sólo una exigua minoría estuvo en contra de la decisión. Me gustaría saber en este caso qué hizo la representación hispana.

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