Montreal 76

Abascal y Benavides ganaron en "Flyng Dutchman"

Quizá para que todo no fuera tan penoso, los resultados de la vela trajeron desde Kingston un hálito de esperanza. Abascal y Benavides ganaron la regata de la clase Flyng Dutchman y son ahora los terceros de la general con la posibilidad de avanzar si sostienen el tipo, puesto que pueden prescindir del undécimo lugar de la jornada inicial. Gorostegui y Millet fueron novenos pero son quintos en la general. Los demás participantes no ocupan lugares tan brillantes. Gancedo y Turro, en tempest, perdieron puestos ya que solamente pudieron ser undécimos y en la general del octavo lugar han pasado al...

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Quizá para que todo no fuera tan penoso, los resultados de la vela trajeron desde Kingston un hálito de esperanza. Abascal y Benavides ganaron la regata de la clase Flyng Dutchman y son ahora los terceros de la general con la posibilidad de avanzar si sostienen el tipo, puesto que pueden prescindir del undécimo lugar de la jornada inicial. Gorostegui y Millet fueron novenos pero son quintos en la general. Los demás participantes no ocupan lugares tan brillantes. Gancedo y Turro, en tempest, perdieron puestos ya que solamente pudieron ser undécimos y en la general del octavo lugar han pasado al décimo. Undécimos también fueron los hermanos Coast y Anglada, que igualmente son décimos en el total actual.La clase menos esperanzadora es la finn, en la que Doreste, pese a que ayer mejoró, es todavía decimoséptimo en la general.

La piscina de Montreal se ha convertido en la pileta milagro de la natación mundial. Resulta poco menos que imposible presenciar una final sin que se produzca el récord. Ayer, estadounidenses y germanos democráticos volvieron a hacer vibrar al público con proezas insospechadas. Las rebajas en las marcas no son de décimas: en algunos casos son ya de segundos. La marca de los mil quinientos libres, establecida por el norteamericano Goodell, supone un esfuerzo increíble porque implica el nadar quince series seguidas de cien metros a poco más de un minuto. La primera y la última las hizo por debajo de los sesenta segundos, es decir, cerca de lo que es un récord nacional distinguido.

El récord olímpico estaba desde el Iunes en 15'24"74 y el mundial, del propio Goodell, establecido en Lorig Beach este año en 15'06"66. A partir de ahora ambas marcas unificadas tienen este tiempo: 15'01''40. En Munich la marca establecida por Burton fue de 15"52"58.

John Henken rebajó el récord de Taguchi de los cien metros braza establecido en Munich, el pasado lunes y ayer, en la final, lo volvió a superar. Taguchi hizo 1'04"94; la primera mejora de Hencken fue de 1'03"62 y definitivamente lo ha dejado en 1'03"11. Siete de los finalistas han nadado esta prueba por debajo del tiempo de Munich.

El otro estallido de la jornada estuvo en la nadadora de la República Democrática Alemana, Petra Thumer que, además de batir a Shirley Babashoff en la final de los cuatrocientos libres, rompió el récord establecido en las series eliminatorias. En Munich, Shane Gould hizo 4'19"04 y Petra ha pasado de 4'15"71 a 4'09"89. Cuatro nadadoras estuvieron por debajo de la hazaña de la niña de oro de Munich.

La natación española, como decía un periodista brasileño de la de su país, que ha tenido un cuarto lugar, ha tenido suerte: todavía no se ha ahogado nadie.

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