Una etapa en tres sectores, tres veces aburrida

La decimoctava etapa del Tour, dividida en tres sectores independientes, fue la más agotadora y soporífera de toda la carrera. Los corredores tuvieron que estar más de ocho horas en sus bicicletas y tanto ellos como los seguidores, desde las cinco de la mañana hasta las siete de la tarde, en danza dentro de una jornada marathoniana. Todo se resolvió al sprint, y Maertens ganó los dos primeros sectores, mientras Karstens se impuso en el último. En la fiesta nacional francesa, demasiado espectáculo montado alrededor del dinero poco deporte. Así es el Tour, algunas veces.

El primer sector,...

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La decimoctava etapa del Tour, dividida en tres sectores independientes, fue la más agotadora y soporífera de toda la carrera. Los corredores tuvieron que estar más de ocho horas en sus bicicletas y tanto ellos como los seguidores, desde las cinco de la mañana hasta las siete de la tarde, en danza dentro de una jornada marathoniana. Todo se resolvió al sprint, y Maertens ganó los dos primeros sectores, mientras Karstens se impuso en el último. En la fiesta nacional francesa, demasiado espectáculo montado alrededor del dinero poco deporte. Así es el Tour, algunas veces.

El primer sector, que en principio iba a ser el más largo, quedó como tal en segundo lugar al suprimir lo 47 primeros kilómetros. En total tuvo 86 y se corrió, según era de esperar, a un ritmo lentísimo. Sólo en los últimos kilómetros, como también es de rigor, hubo algunos intentos de salir del pelotón, pero sin éxito. Dos hombres de Vélez Martínez Heredia y Perurena, es tuvieron entre los que intentaron saltar, pero los gregarios de Flandria estuvieron muy atentos siempre. Cuando Romero salió a 20 kilómetros de Langon, fue el mismo Pollentier el que se puso a su rueda y cortó en flor la escapada Cuando lo hizo Martínez Heredia al que siguieron al principio Caverzasi y Smet, nada menos que 3 flandrias, Pollentier. Demeyer, y Van VIleberghe, es decir, tantos como rivales saltaron tras ellos Naturalmente velaban por el triunfo de Maertens, que por la derecha, según su costumbre, demarró irresistiblemente a 300 metros de la nieta. Karstens una vez más se debió conformar con seguirle. aunque sus compañeros Intentaron lanzarlo. Pero Maertens es con diferencia el mejor sprinter de este Tour y nadie pudo discutirle el triunfo. El primer español en el sprint inicial de la jornada fue Lasa, que logró la octava plaza. Aparte de su triunfo de etapa es la mejor posición que obtiene en un Tour donde no se ha distinado especialmente en las llegadas en pelotón. El segundo sector, quizá porque fue el tercio más largo. resultó también el más soporífero. Además como se corrió justo después de comer y el sol apretó lo suyo, todo ayudó. Constó de 123 kilómetros, entre Langon y Lacanau Ocean, que es la playa de Burdeos. Nuevamente se llegó con retraso sobre el mínimo horario previsto, y también la media horaria resultó bajísima para un trazado tan llano. Si en el primer sector había sido la ridiculez de 33,373: en el segundo, poco más: 35,652. Y no fue más bajo, porque a poco de comenzar, un ataque del campeón francés, Sibille, desencadenó una batalla durante varios kilómetros. Pese al control de Flandria y del Gitane, el primero para asegurar una llegada en pelotón y el segundo porque a fin de cuentas es el equipo del líder, hubo muchos intentos de escapada, incluidos los de varios españoles. Lazcano, que para tarde ha dejado los ataques, protagonizó uno de ellos, como Lasa y López Carril. otro. El único que duró sin embargo, fue uno de Osler, muy activo todo el día y que también se impuso en el point chaud, tras un sprint cerradísimo con el líder Mintkiewicz. Se adelantó 12 segundos y tras él salieron su compañero Van Der Slagmolen Beon. Tras unirse los tres se quedó solo Van Der Slagmoler pero sólo 1 kilómetro. La calma más absoluta volvió al pelotón y a partir de Saint Magne, kilómetro 45, se empezó a perder todo el tiempo ganado anteriormente. Por la cota de cuarta gategoría para que todo fuera normalísimo, volvió a pasar primero Bellini, que así se acercaba a dos puntos tan sólo de Van Impe. Después, ya en el último sector, al vencer igualmente en la misma cota de Moutchic, que se pasaba al revés, le superaba. El último sector, que se inició con dieciocho minutos de retraso sobre el horario inicial previsto, fue al menos el más rápido. En parte, porque era el de menos kilómetros de los tres, 70,5 en parte, porque quizá los corredores querían terminar de una vez. Tras el paso por la citada cota de Moutchic no hubo nada más que reseñar hasta los últimos kilómetros. Todos los intentos de salir del pelotón fueron neutralizado s por los hombres de Maertens, especialmente por el trabajador Demeyer. En la tercera Y definitiva vuelta al circuito del Laco, Karstens sabiendo que en un sprint cerrado volvería a ser derrotado por Maertens, saltó a 1 kilómetro de la línea. E! juego estaba en marcha para cumplir la tradición de vencer siempre un holandés en Burdeos. Maertens no pudo llegar más que a 10 metros; del veterano Karstens, en la última vuelta, cuando quizá podía habérsele acercado otro hombre de Peter Post, Raas se le puso delante y, frenó para no dejarle pasar. Karstens cortó la racha de dos victorias iniciales de Maertens, aunque fuera en un tercio. y en resunien sin que toda la jornada, agotadora, tuviera ninguna trascendencia. Lamentable. De nuevo hoy se pasará de los 200 kilómetros.

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