El mundo de la moto: el trial

Más o menos todo el mundo sabe lo que es una máquina de las denominadas de «trial», «todo terreno» o «motocros»: esas motos altericonas y robustas con ruedas de gruesa sección y un manillar alto y amplio. Pero en cambio muy poca gente es capaz de distinguir a qué tipo pertenece cada una, y mucho menos aún, en qué consisten exactamente esas tres modalidades del motociclismo deportivo que con ellas se pueden practicar. De las tres especialidades denominadas «fuera de carretera», sin duda el trial es la menos conocida, seguramente por tratarse de un deporte menos espectacular que el motocros y el...

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Más o menos todo el mundo sabe lo que es una máquina de las denominadas de «trial», «todo terreno» o «motocros»: esas motos altericonas y robustas con ruedas de gruesa sección y un manillar alto y amplio. Pero en cambio muy poca gente es capaz de distinguir a qué tipo pertenece cada una, y mucho menos aún, en qué consisten exactamente esas tres modalidades del motociclismo deportivo que con ellas se pueden practicar. De las tres especialidades denominadas «fuera de carretera», sin duda el trial es la menos conocida, seguramente por tratarse de un deporte menos espectacular que el motocros y el todo terreno, además de por las dificultades que encierra presenciar las pruebas (lo que siempre resta un buen número de espectadores).En esencia el trial consiste en mantener el equilibrio sobre una moto a través de tramos escarpados y difíciles, denominados zonas «no stop». Los circuitos donde tienen lugar las pruebas de trial suelen comprender recorridos de 30 a 50 kilómetros a través del campo, con numerosas zonas «no stop» que lo mismo se extienden sobre cauces de riachuelos, empinadísimas cuestas, tramos pedregosos o arenosos, rocas, etc.; zonas en las que está prohibido poner el pie en el suelo o detenerse. La actuación de los participantes es vigilada por los jueces quienes registran los fallos de los pilotos en cada zona «no stop». La mejor clasificación en la prueba la obtiene el piloto que consigue atravesar esas zonas con el mínimo de fallos o penalizaciones.

El trial puede decirse que es la especialidad más tranquila y menos arriesgada del motociclismo, pero, aun así, resulta apasionante para quien se aficiona a practicarlo. Además constituye una magnífica escuela previa para las demás modalidades por el gran dominio de la moto, que con él llega a lograrse.

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