Checoslovaquia batió Alemania en los penalties

Tras un fenomenal partido, jugado con vigor y, con calidad, se consumó la sorpresa de la Eurocopa, y Checoslovaquia, la nación que menos contaba de entre las cuatro seinifinalistas, le hahecho con el título. Hizo falta para ello que se jugara una, prórroga y que se recurriese a los penalties, pues Alemania, acostumbrada al triunfo, no sabe bajar la cabeza. Pero, al final, los checoslovacos recogieron el premio de su buen juego.Checoslovaquia ha sorprendido a los aficionados de toda Europa, con un fútbol magnífico, hecho tanto de excelentes individualidades, como de fuerza fisica y sentido del...

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Tras un fenomenal partido, jugado con vigor y, con calidad, se consumó la sorpresa de la Eurocopa, y Checoslovaquia, la nación que menos contaba de entre las cuatro seinifinalistas, le hahecho con el título. Hizo falta para ello que se jugara una, prórroga y que se recurriese a los penalties, pues Alemania, acostumbrada al triunfo, no sabe bajar la cabeza. Pero, al final, los checoslovacos recogieron el premio de su buen juego.Checoslovaquia ha sorprendido a los aficionados de toda Europa, con un fútbol magnífico, hecho tanto de excelentes individualidades, como de fuerza fisica y sentido del apoyo. Ha forzado tanto la máquina alemana que ha sido capaz de romperla y privara los Beckenbayer y compañía del triunfo,por primera vez en 1 los últimos años. El. fútbol elegante y suficiente que tantas, veces ha exhíbido Alemania se trocó en los últimos minutos del encuentro en un juego desesperado, rápido y tenso, en el que hasta el mismísimo «Kaiser» descomponía la postura, para hacerse con balones, llevarlos hacia adelante e intentar alojarlos en el marco de Viktor. Beckenbauer celebraba en este encuentro su presencia número, 100 con la selección alemana y se entregó acaso más que nadie en busca de ese empate inútil que Regaría justo sobre el minuto noventa para dar paso a una prórroga y unos penalties en los que, por primera vez en los últimos años, la suerte se puso de espaldas a los,hasta ahora campeones de todo.

Se adelantó checoslovaquia

con dos goles en veinticinco minutos. Su magnífico fútbol, que salía desde atrás en las botas de sus laterales Pivarnik y Gogh y del líbero Ondrus, y que contaba con la enorme actividad en él centro del campo de Dobias y Moder y con la habilidad en el ataque de Masny, le hizo merecedor de ello. Alemania ya había visto el dos a coro en el marcador en el partido contra Yugoslavia; en aquella ocasión fue capaz de remontarlo, y el domingo se entrega a la misma empresa. Pero el rival era otro. Checoslovaquia fuerte y con calidad individual, puso a prueba a los campeones del mundo, y lo cierto es que éstos respondieron. Su juego fue bastante mejor que el de los últimos partidos que se le recuerdan. Abandonó su cómoda suficiencia habitual y se entregó a unta lucha intensa por cada balón, pero sin olvidar las virtudes del buen fútbol que siempre practicó. Antes dé la media hora de juego, tres minutos después del segundo gol de sus rivales, ya había acortado distancias. Después, una hora de tremendo acoso sobre ese gran meta que es Viktor, salpicada de peligrosísimos contraataques de los nuevos campeones. Se jugó a un tren impresionante y con calidad a raudales, hasta el punto deque: esta hora: de juego quedará en el recuerdo de los aficionados, que! la vieron como uno de los mejores espectáculos futbolísticos jamás presenciados. Alemania llegaba a puerta, pero no p . odia batir a Viktor, y el aficiónado se prepiintaba. :1 !a suerte habría.abandonado por fin a los campeones. Pero justo sobre la hora reglamentaria, los alemanes,- para los que la derrota aún era algo desconocido, consiguieron el empate. Ello confirmaba tanto la capacidad de recuperación que tienen como su resistencia a la derrota, y daba paso a una prórroga de media hora, en la que lafuerzas comenzaron a fallar, si bien el espectáculo se mantuvo a buena altura. Después, penalties, con fallo decisivo de Hoeness, que se cebó de balón y metió el pie demasiado abajo con lo que lo mandó a la grada. Panenka, quinto lanzador checoslovaco, transformó impecablemente su lanzamiento y consumó la difícil tarea de batir a Alemania en un partido decisivo. La camiseta del Kaiser Beckenbauer, más reacia a la derrota aún que su mismísimo propietario, subió a por la Copa Henry Delauney, pero vestida por Ondrus, el capitán de los nuevos campeones.

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