El Murcia remató mejor que el Rayo

Al Murcia le iba la permanencia en este partido, y puso el máximo empeño en ganarlo. Su fútbol fue rápido y profundo. El Rayo replicó con un fútbol ordenado y de peligrosos contraataques, pero no pudo evitar la victoria del Murcia, más acertado en el remate. Salamanca, el máximo goleador rayista, resultó lesionado con distensión de ligamentos y hubo de ser retirado en camilla.Victoria justa del Murcia en uno de los mejores partidos que ha jugado en La Condomina en toda la temporada. Este equipo ha tenido frecuentes problemas en su campo, donde empató dos veces y perdió seis, y el Rayo acudió ...

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Al Murcia le iba la permanencia en este partido, y puso el máximo empeño en ganarlo. Su fútbol fue rápido y profundo. El Rayo replicó con un fútbol ordenado y de peligrosos contraataques, pero no pudo evitar la victoria del Murcia, más acertado en el remate. Salamanca, el máximo goleador rayista, resultó lesionado con distensión de ligamentos y hubo de ser retirado en camilla.Victoria justa del Murcia en uno de los mejores partidos que ha jugado en La Condomina en toda la temporada. Este equipo ha tenido frecuentes problemas en su campo, donde empató dos veces y perdió seis, y el Rayo acudió a él con la esperanza de obtener un buen resultado. Pero una nueva derrota del Murcia en casa le hubiera hundido de forma irremisible en Tercera División, y el equipo se empleó a fondo, con rapidez y con profundidad. El centro del campo local funcionó perfectamente, muy bien movido por Murciano, al que secundaron Echecopar y Castro. Su buen juego de creación en el centro del campo era aprovechado en la delantera por Añil y Cristo, los dos extremos, que siempre inquietaron mucho.

El Rayo opuso al buen hacer del Murcia un cuatro-cuatro-dos elástico, con orden atrás y con capacidad de despliegue en los contraataques. Los primeros minutos fueron de intenso dominio del Murcia, pero pronto pareció asentarse el Rayo sobre el terreno. No obstante, entre los minutos veinte y veinticinco quedaría poco menos que decidido el partido con dos goles del Murcia, en sendas jugadas rápidas, bien ligadas y sin defensa posible.

No se vino abajo el equipo madrileño, sino que siguió jugando con orden y tranquilidad, y antes del descanso había acortado la ventaja de los locales. Fue a través de un gran disparo cruzado de Salamanca, al que Elting no pudo llegar. El gol, llegado tres minutos antes del descanso, le complicaba las cosas al Murcia, pues le hacía sentir el riesgo del empate. En la segunda mitad, Olmedo dejó fuera del equipo a Fermín, fatigado, y colocó a Marcial, un extremo veloz. Con él, el equipo pasó a jugar un cuatro-tres-tres y a buscar el gol del empate, que pudo llegar de no ser por fallos de última hora de los atacantes rayistas. El Murcia pasó una fase de desconcierto y pareció que el partido se le escaparía de las manos, pero en el minuto setenta se produjo una jugada decisiva: Salamanca, en choque con Murciano, se lesionó y hubo de ser retirado en camilla. Su baja la acusó el Rayo en el ataque, y el Murcia, a favor de ello, se hizo de nuevo con las riendas del partido. Trece minutos antes del final, Cristo sentenciaba el partido con el tercer gol para su equipo, que significaba la tranquilidad. Con este resultado, el Murcia se pone en condiciones de evitar el descenso, si bien tampoco, ha resuelto su situación de forma definitiva.

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