Gauff trunca el feliz momento de Paula Badosa
La estadounidense invierte un duelo que pilotaba con autoridad la española, incompleta en el segundo set, y jugará la final de Pekín (4-6, 6-4 y 6-2, en 2h 19m)
Abandona Paula Badosa este sábado la pista de Pekín con el gesto torcido, mascullando, contrariada y derrotada por Coco Gauff en un duelo (4-6, 6-4 y 6-2, en 2h 19m) que por instantes agarraba con las dos manos pero que, extrañamente, al final se le ha escapado. Lo ha tenido ahí, muy cerca, pero a la hora de la verdad, un lapsus puñetero en el segundo set —break arriba y cuatro opciones al garete para obtener el segundo— le ha jugado una mala pasada que le priva de la final del torneo y que trunca su feliz momento. Motivos para creer: tiene el juego, un plan definido. También para lamentar: se resiste el salto. Posee la española (26 años) saque, golpes y desborde para plantarles cara a las mejores, caso de la norteamericana, pero a esta loable escalada que está protagonizando desde mayo le falta todavía un último aldabonazo que dispare de manera definitiva su confianza. En ello está. No escatimará en el empeño.
Pero inevitable esa rabia de la despedida, porque de haber vencido a Gauff hubiera tenido a tiro su segundo triunfo en un mil, tras el obtenido hace tres años en Indian Wells, y hubiese consolidado el exponencial crecimiento de los últimos tiempos en forma de resultado. Sin embargo, no redondeó en ese delicado instante de la segunda manga y una vez encajado el primer golpe, fue desinflándose anímicamente. A partir de esa rotura concedida, un parcial de 10-2 favorable a su rival, quien tuvo la virtud de no desistir pese a que hasta ese momento competía constantemente a remolque y sin las herramientas necesarias para darle la vuelta a un escenario de lo más adverso para ella. Perdida entre errores con el drive y un servicio muy deficitario, ensuciado por 11 dobles faltas, aprovechó el indulto para levantarse como lo hacen solo las grandes jugadoras, con la coraza de las guerrilleras de fábrica. De ahí al cierre del set, Badosa tan solo sumó uno de los 12 puntos en juego.
Una lástima, teniendo en cuenta que había gobernado el juego con autoridad y que seguía extendiendo la sugerente propuesta exhibida en los días previos, con un tenis armónico y dominador, expresado con criterio y los hachazos característicos. Hasta ahí, un detalle que no apunta tanto a lo técnico como a la expresión, a ese gesto hierático que impide a la de enfrente averiguar qué pasa por esa cabeza. Dada a ofrecer demasiadas pistas por medio de la gestualidad, la catalana ha limado de manera reseñable la tara y se desempeña con mayor templanza. Lo demuestra la respuesta al break encajado en el octavo juego del partido, cuando Gauff empujó y empujó hasta obtener el premio a la octava tentativa, undécima para ella del partido. De inmediato, la estadounidense se encontró con una réplica furibunda. Resuelto ese nudo y atado el primer set, todo apuntaba en una sola dirección, pero Badosa metió el pie en un socavón.
Lo había hecho como los ángeles, perceptible y notable también su mejoría en la movilidad, pero errados esos cuatro intentos para convertir el 4-1 y encajado un inesperado zarpazo, pinchó; insinuó un reenganche en el tercero, devolviendo la rotura inicial, pero ahí se quedó. Desde ese instante, el muro de Gauff; esto es, bolas y más bolas dentro. Y he aquí la gran diferencia: su rival supo navegar todo el rato entre aguas revueltas. Será la seis del mundo, pues, quien se mida este domingo por el título (13.00, Teledeporte) con la checa Karolina Muchova (6-3 y 6-4 a Qinwen Zheng). Entretanto, Badosa enfoca ya hacia Wuhan, siguiente e inmediata estación. Lo hace sobre la optimista ola que cogió a comienzos de agosto, con 28 triunfos en los 36 últimos partidos que ha jugado, y en una situación hasta hace poco insospechada; virtualmente es la 15ª del ranking, cuando hace pocos meses estaba fuera del top-100. Pero sigue sabiéndole a poco.
Así que lamenta: es su cuarta derrota en cinco semifinales de WTA 1000, segunda este año tras la de Cincinnatti. Los indicios son esperanzadores, pero una vez domada la dolencia crónica que sufre en la espalda y que la apartó de la zona dulce hace año y medio, ella misma sigue imponiéndose el plus que aún le falta. El peldaño para rebatir de verdad a las más fuertes.
ALCARAZ, POR LA VÍA RÁPIDA EN SHANGHÁI
Solo tres días después de coronarse por primera vez en Pekín, Carlos Alcaraz comenzó con buen pie su andadura en el Masters 1000 de Shanghái, el penúltimo de la temporada. El español, de 21 años y número dos del mundo, venció por un doble 6-2 (en 1h 16m) al joven local Juncheng Shang. Lo hizo el murciano manteniendo el buen tono de estos días.
“Me siento muy bien, tanto de físico como de tenis. Estoy pegándole a la bola muy bien”, transmitió después de superar a Shang, un prometedor jugador (19 años y 51º del mundo) al que ya había derrotado este año en Australia. Este domingo (no antes de las 12.30, Movistar+) se topará con otro tenista chino, Yibing Wu, de 24 años y 560º del mundo.
El mallorquín Jaume Munar cedió ante Jiri Lehecka (7-6(6) y 6-4) y el número uno de la ATP, el italiano Jannik Sinner, batió (6-1 y 6-4) a Taro Daniel. También se estrenó Novak Djokovic, superior a Alex Michelsen (7-6(3) y 7-6(9).