“Alcaraz ha dado un salto de profesionalidad”

Cascales, gurú del equipo del murciano, analiza su evolución y precisa que “ahora trabaja más días al cien por cien”, a la vez que le exige “más consistencia en todo”

Alcaraz devuelve la pelota durante el partido contra Carabelli en Buenos Aires.Luciano González (EFE)

Ahí está de nuevo, otra vez en acción, con las sienes rasuradas al cero y enseñando dentadura mientras pasea sobre el césped de la histórica Bombonera de Boca y luego se desgañita desde la tribuna en la que cantaba Maradona. Un xeneize más coreando: “¡Xooohh, te quiero daaaaar…!”. Listo para dar otro bocado a esta breve gira latinoamericana sobre arcilla que empieza a convertirse en tradición. Primero Buenos Aires, después Río de Janeiro. “El año pasado vine porque no pude jugar en Australia y necesitaba partidos, pero esta vez vengo por una buena razón: me encantó. Llevaba tiempo queri...

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Ahí está de nuevo, otra vez en acción, con las sienes rasuradas al cero y enseñando dentadura mientras pasea sobre el césped de la histórica Bombonera de Boca y luego se desgañita desde la tribuna en la que cantaba Maradona. Un xeneize más coreando: “¡Xooohh, te quiero daaaaar…!”. Listo para dar otro bocado a esta breve gira latinoamericana sobre arcilla que empieza a convertirse en tradición. Primero Buenos Aires, después Río de Janeiro. “El año pasado vine porque no pude jugar en Australia y necesitaba partidos, pero esta vez vengo por una buena razón: me encantó. Llevaba tiempo queriendo jugar aquí porque Juan Carlos [Ferrero, su entrenador] ganó y porque muchos españoles me habían hablado muy bien del torneo. La gente es maravillosa y las vibras son especiales. Se respira muy buena energía”, dice el murciano, listo para reemprender la marcha e intentar repetir la bonita escalera del curso pasado, febrero, marzo y abril para la gloria: trofeo aquí, final allá, primer Indian Wells y luego el Godó y la Caja Mágica. ¡Póquer!

“El año pasado fue el de la consolidación, y eso suele ser lo más difícil. La gente se preguntaba si podría repetir lo de 2022 [otros cuatro títulos] y lo consiguió. Demostró que no era flor de un día, y que sabía rendir también bajo presión”, apunta al otro lado del teléfono Antonio Martínez Cascales, el orfebre de Ferrero y ahora gurú del equipo de Alcaraz, el tenista de los mil trucos y, también, dice Cascales, el chico de 20 años que empieza a asimilar que con la magia no basta. “Tú puedes confiar en la inspiración, pero si no te pones delante del cuadro y trabajas… Mal asunto. La gente que es muy buena también necesita un trabajo tenaz. Eso sí, su estilo no se le puede quitar, ¿eh?”, prosigue el hombre que levantó la academia de Villena en la que se pule la nueva figura y que dos décadas atrás, cuando dirigía a Juanki, a ese Ferrero ganador, ya vio el florecer de un tal Rafa. Ahora bien, aquel portento desbocado de Manacor iba en sentido contrario, precisa.

“Cuando tenía 20 años, Nadal lo corría todo, incluso las bolas que se iban al pasillo, hasta en los calentamientos. Él tenía esa consistencia de base y a partir de ahí buscaba la evolución, pero con Carlos es al revés, lo contrario; es capaz de hacer cualquier genialidad, pero necesita ganar esa regularidad, más consistencia en todos los campos, no solo en el saque”, sostiene Cascales, quien advierte un cambio significativo en la rutina diaria de Villena. “Desde la pretemporada he percibido que Carlitos ha dado un salto de profesionalidad. Es más maduro, trabaja más días al cien por cien. Antes, si un día no tenía buenas sensaciones… Ahora, de momento, no. Ha vuelto de Australia y sigue con esa dinámica de querer trabajar bien todos los días. Yo, además, le pico, y él entra al trapo porque es muy de retos. En Turín [noviembre, Copa de Maestros] le decía que no hacía ningún saque abierto plano, que tiraba todos con curva, y contra el ruso [Medvedev] se dio la vuelta, me guiñó un ojo y me dijo: este va por ti. Lo clavó”.

Así se las gasta Alcaraz, que tras el paso por Melbourne (derrota en cuartos contra Alexander Zverev) busca los buenos estímulos bonaerenses, tierra de gambetas, potreros y canchera, como a él le gusta. “Me encuentro con mucha confianza. Jugué un buen tenis en Australia y los entrenamientos en tierra han sido muy buenos hasta ahora. Físicamente estoy bien, así que vamos a ver qué tal se nos da aquí”, transmite el de El Palmar, superior de entrada a Ugo Carabelli (6-2 y 7-5, en 1h 45m) y que se define sin reparos: “Chico ambicioso, muy competitivo, que siempre quiere ganar a todo”. No disimula en el mensaje. “Sí, suele arriesgar un poco… Pero también sabe hacer autocrítica y de forma sincera. Él y Rune son así, más lanzados. En cambio, Sinner se expresa de otra forma, aunque estoy seguro de que piensa exactamente lo mismo que ellos”, indica Cascales, que observa con respeto la efervescencia del italiano, campeón del primer grande del año y definitivamente por las nubes.

Carlos Alcaraz, en el estadio de La Bombonera. / BOCA JÚNIORS

“Ha hecho un principio de año inmejorable, pero lógicamente es imposible mantener ese ritmo durante 12 meses. De todos modos, los resultados que está consiguiendo desde octubre también pueden venirle bien a Carlos, quizá le hayan influido positivamente de cara a esa mejora que vemos en el día a día”, asegura el preparador; “seguro que entre ambos se retroalimentarán, pasa siempre. Desde el Big Three [Federer, Djokovic y Nadal] hasta Agassi-Sampras en los noventa, Becker-Edberg-Lendl en los ochenta, y así sucesivamente... Y ojo, no nos olvidemos de Rune, que también tiene 20 años y creo que en un par será un rival superduro. Pero yo confío mucho en Carlitos”.

Sin alcanzar todavía los 21, el español (78,4%) mejora los promedios de victorias de los tres gigantes (77,8% de Nadal, 61,1% de Federer y 70,9% de Djokovic) y no esconde su ambición. “Los récords de Borg están genial, pero yo quiero los de Novak”, decía en Australia. En cualquier caso, lo sucedido en la recta final de los dos últimos ejercicios le obligará a estar alerta de principio a fin del año. “En Turín jugó bien, pero llegó cansado”, recuerda Cascales, mientras el tenista afila los colmillos pensando en lo que está por venir: “Ver a Djokovic [36] ahí arriba y a los jugadores que están ganando títulos también me motiva para intentar estar a la misma altura de ellos. O, hablando del Big Three, intentar ir acercándome. Los cracks son ellos; he conseguido grandes cosas, pero aún me queda mucho para serlo. Soy un chico que sueña a lo grande y que siempre se pone como objetivo a los mejores del mundo y de nuestra historia”.

DE CARABELLI A VAVASSORI

A. C.

Alcaraz abrió con buen pie su andadura en el torneo. Sin la necesidad de subir de marcha, pero sí de trabajar en la segunda manga para cerrar el duelo, el español terminó imponiéndose a Carabelli (134 del mundo) y se enfrentará este viernes en los cuartos de final al italiano Andrea Vavassori (6-4 y 7-5 a Laslo Djere). El de El Palmar repetirá turno, por lo que intervendrá no antes de las 22.30 hora española (Movistar+ Deportes). Otro buena oportunidad para seguir cogiendo tono.

En paralelo, Sinner progresó en Róterdam merced a un exigido triunfo contra el francés Gael Monfils. El italiano cedió su primer set del curso (6-3, 3-6 y 6-3), pero terminó imponiendo su buen momento y se medirá en la siguiente escala con el veterano Milos Raonic. Instalado en el cuarto peldaño del circuito, la renuncia de Daniil Medvedev a competir en Róterdam y Doha (donde ganó hace un año) le garantiza prácticamente el ascenso al podio mundial en las próximas fechas.

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