Djokovic finiquita a una España decaída
El número uno certifica el triunfo de Serbia y los de Ferrer, secos otra vez, se quedan fuera de la fase final de noviembre en Málaga tras encajar otro 0-3
No hay edad para Novak Djokovic. Tampoco distancia, esfuerzo o logro inasumible para el serbio. A sus 36 años, después de haber jugado 13 partidos en un mes, de haber ganado dos trofeos, de haber viajado de un lado a otro –Cincinnati, Nueva York, Belgrado y Valencia– y de haber recuperado el número uno, además de haberse convertido en el tenista más laureado de todos los tiempos junto con la australiana Margaret Court, el balcánico ofreció este viernes un extra para liquidar a Es...
No hay edad para Novak Djokovic. Tampoco distancia, esfuerzo o logro inasumible para el serbio. A sus 36 años, después de haber jugado 13 partidos en un mes, de haber ganado dos trofeos, de haber viajado de un lado a otro –Cincinnati, Nueva York, Belgrado y Valencia– y de haber recuperado el número uno, además de haberse convertido en el tenista más laureado de todos los tiempos junto con la australiana Margaret Court, el balcánico ofreció este viernes un extra para liquidar a España de la Copa Davis. Él (6-3 y 6-4 a Alejandro Davidovich, en 1h 48m) decantó una serie que si ya se antojaba complicada, todavía se inclinó más merced a la derrota en la apertura de Albert Ramos frente a Laslo Djere (doble 6-4, en 1h 26m). El dobles tampoco logró salvar la honrilla entrada la noche. El equipo capitaneado por David Ferrer, pues, no estará en la fase final de la competición, que se disputará en el Martín Carpena de Málaga del 21 al 26 de noviembre.
La contundente derrota del miércoles en el cruce contra la República Checa (0-3) exponía al cuadro español a una situación más que comprometida. Las opciones pasaban por ahí. Sin esos puntos, el compromiso contra los serbios se traducía en un episodio de lo más espinoso que resolvió Djokovic. A su manera, claro. Con grandeza. Quiso levantar la cabeza Davidovich, pero Nole no lo permitió. No hay mejor competidor que el de Belgrado, quien no cede en un compromiso individual de la Davis desde 2011; entonces se retiró ante el argentino Juan Martín del Potro debido a un problema en el hombro y, a partir de ahí, lo de casi siempre: ganar, ganar y ganar. 20 triunfos en cadena. Este último guía a los suyos hacia la resolución de final de año y le redime, puesto que el curso pasado no asistió y, admitía, tenía cierto cargo de conciencia.
Él significó el límite de España, que por segunda vez desde que se inaugurase el nuevo formato, en 2019, queda apeada en la fase de grupos. “Obviamente, se nota la baja de Carlos”, comentaba tras caer en el primer envite del día Ramos, refiriéndose a la ausencia de Alcaraz. El murciano, dos del mundo a sus 20 años, renunció a estar en Valencia por la fatiga y Ferrer, nuevo en el cargo, ha tenido que manejar una nómina de circunstancias. Sin Rafael Nadal, sin el nuevo referente ni dos guerrilleros de enjundia como Pablo Carreño (lesionado) y Roberto Bautista (citado, pero entre algodones), la responsabilidad quedó en manos de jugadores noveles en la competición. Ni Davidovich ni Bernabé Zapata –rendido por el checo Tomas Machac– habían jugando ningún partido individual, y el bagaje de Ramos –no llega a la decena de partidos– es más bien corto.
Como consecuencia, el equipo español no estará en Málaga. “Alcaraz no ha podido venir y a ellos les ha dado mucha confianza poder contar con Djokovic”, analizó Ramos, que sufrió el ritmo de bola impuesto por una superficie más veloz que la del año pasado, así como el buen hacer de un rival, Djere, que venía mucho más rodado. El 37º del mundo desplegó la alfombra ante el catalán (95º), que no gana un duelo en pista rápida desde hace casi un lustro, y Djokovic redondeó en el segundo turno la faena serbia neutralizando a Davidovich pese a que el malagueño le rebatiera; rotura por encima en el segundo parcial, incluso. De poco le sirvió. El rey del circuito corrigió y consolidó el acceso de su equipo a la fase final, en la que también estará la República Checa. El duelo de este sábado entre ambas selecciones decidirá cuál de ellas es primera de grupo; el del domingo entre España y Corea del Sur es intrascendente.
Dos activos de futuro
“Hemos perdido todos los partidos, así que no podemos estar contentos. Pero he aprendido a normalizar las derrotas”, expuso el capitán español. “Ahora duele, sobre todo por los jugadores, pero lo entiendo y lo acepto. Estoy orgulloso de los míos”, continuó Ferrer, de 41 años. “Si volviera atrás no cambiaría nada. Hemos tenido bajas importantes y con Roberto [Bautista] lo hemos intentado hasta el final, pero no estaba en condiciones. Álex y Bernabé han debutado, y no es nada fácil; perdemos una clasificación, pero ganamos a dos jugadores para el futuro”, valoró, rendido también al potencial de Djokovic.
Pulgar abajo, Nole dictó sentencia y empañó un poco más el estreno de Ferrer a los mandos. El alicantino, retirado desde 2019, reemplazó a Sergi Bruguera y a su llegada no ha podido contar con ninguno de los puntales. Echó de menos España a Alcaraz en La Fonteta de San Luis, y mucho. Pero no solo a él, también al oficio de la segunda unidad. Los números son crudos: un solo set a favor –el obtenido por el dúo Granollers-Davidovich en el dobles del primer día– y 12 en contra. En esta ocasión, ambos no pudieron rascar nada ante Kecmanovic y Cacic (6-4 y 7-6(13). Se despidió el anfitrión de las Finales en un día en que el pabellón registró problemas con el aire acondicionado y un par de amagos de apagón. Poco tuvo que ver el ambiente respecto al del gélido estreno del miércoles; esta vez, gradas pobladas y clima Davis. No bastó. Pasaba por ahí un tal Djokovic...
“Sigo disfrutando de competir en esta competición, por mi país. Me inspira”, aseveró el número uno. “La temporada de Grand Slams ha acabado y aquí represento a mi país. Para mí es un placer y un privilegio enorme. Nos hemos clasificado y ahora pienso en mañana; el plan es jugar al menos un partido. Después descansaré un poquito porque he jugado mucho. Veré qué quiero hacer de aquí a final de año, pero sobre todo pienso en Málaga. Es la prioridad junto con la Copa de Maestros de Turín”, confirmó Nole, quien hasta ahora, dice, no había jugado un partido bajo techo con tanta humedad.
FINLANDIA FULMINA A CROACIA
La jornada deparó la eliminación de Croacia, anfitriona en la se de Split y propietaria de dos títulos; el segundo de ellos, logrado en 2018. Dino Prizmic (168º del mundo) cedió por 6-4, 3-6 y 6-3 ante Otto Virtanen (125º), mientras Emil Ruusuvuori (57º) se impuso por 7-6(3) y 6-4 a Borna Gojo (77º). Con Países Bajos clasificada, los nórdicos y Estados Unidos se la jugarán en la última jornada.
En Bolonia, el equipo italiano remontó los dos compromisos individuales, merced al esfuerzo efectuado por Matteo Arnaldi (2-6, 6-4 y 6-3 a Cristian Garín) y Lorenzo Sonego (3-6, 7-5 y 6-4 a Nicolás Jarry). El primero logró su primera victoria en la Copa Davis. Ambas selecciones, no obstante, tienen opciones de acompañar a Canadá en la clasificación.
En el grupo B, en Mánchester, la victoria de Gran Bretaña eliminó a Suiza. El escocés Andy Murray invirtió más de tres horas para doblegar por 6-7(7), 6-4 y 6-4 a Leandro Riedi (152º) y tras el empate logrado por Stanislas Wawrinka ante Cameron Norrie (7-5 y 6-4), decidió el dobles: doble 6-3 de Daniel Evans y Neal Skupski a Dominic Stricker y Wawrinka. Su equipo, por tanto, queda a un palmo de la última fase.
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