Carlos Alcaraz, el murciano ‘americano’: entre NBA, inglés y ‘sneakers’
La agencia que representa al tenista, citado en la 2ª ronda con Harris en su contexto preferido, la noche neoyorquina, lo proyecta hacia el mercado estadounidense
Alcaraz es Nueva York, y Nueva York es Alcaraz. “Yo, en la pista, siempre intento hacer cosas diferentes, dar espectáculo, que la gente se divierta viendo mi tenis. Y aquí, en Estados Unidos, les encanta el show, disfrutar, ver cosas no tan comunes. Aquí he tenido grandes momentos con el público y yo creo que tenemos una buena conexión. Yo me lo paso muy bien con ellos y yo creo que ellos viendo mi tenis también”, contesta el murciano tras resolver el estreno ante Dominik Koepfer, merced a ...
Alcaraz es Nueva York, y Nueva York es Alcaraz. “Yo, en la pista, siempre intento hacer cosas diferentes, dar espectáculo, que la gente se divierta viendo mi tenis. Y aquí, en Estados Unidos, les encanta el show, disfrutar, ver cosas no tan comunes. Aquí he tenido grandes momentos con el público y yo creo que tenemos una buena conexión. Yo me lo paso muy bien con ellos y yo creo que ellos viendo mi tenis también”, contesta el murciano tras resolver el estreno ante Dominik Koepfer, merced a la retirada del alemán con 6-2 y 3-2 en el marcador.
El español, citado esta madrugada (1.00, Movistar) con Lloyd Harris en la segunda ronda, luce unas zapatillas —“sneakers”, precisa él— que en su día llevó John McEnroe y se expresa en inglés con tendencia a emplear el acento y las muletillas estadounidenses. “You know, you know”, suele repetir en las respuestas. Se notan las horas de vídeos de tenis y de la NBA consumidas prácticamente a diario, y su cada vez más cercano vínculo anglosajón. Comparte amistad con el baloncestista Jimmy Butler y disfruta como en ningún lado en las veladas de Nueva York, su marco favorito.
“Es muy bueno volver aquí, a la Arthur Ashe. Esta grada me aporta mucho. Pero no solo a mí, sino al tenis. La sesión nocturna del US Open es lo mejor de nuestro deporte. Espero sentir la misma energía y el mismo amor que el año pasado”, transmite el defensor del título, que estos días luce la atrevida indumentaria que le ha diseñado Nike, la marca que le proporciona todo el material. No solo a él. Sus hermanos y muchos de sus allegados más jóvenes visten de arriba abajo con gorras, calcetines altos y prendas anchas en las que no faltan logos de Michael Jordan o los Chicago Bulls.
“Empecé a seguir la NBA no hace mucho, pero obviamente veo muchos vídeos. Todo el mundo conoce a Michael y lo que hizo por el juego. Era increíble. Soy un gran fan de él, y también de su ropa”, admitía hace unos días mientras se señalaba la silueta voladora de la leyenda. “No voy a decir si es el GOAT o no (Greatest Of All Time, el mejor de todos los tiempos), pero no hay duda de que es uno de ellos”, se extendía el tenista, meticulosamente perfilado por la multinacional que le representa desde 2012, la norteamericana IMG, para que su efervescencia tenga un impacto de pleno en el mercado estadounidense.
La cláusula idiomática
Sin ir más lejos, una de las cláusulas que impuso Nike en el contrato que firmó con el jugador en 2019 —que se prolonga hasta 2025— es que la alianza le exige que se exprese con fluidez en inglés, y la evolución es evidente. Alcaraz cada vez domina mejor el idioma y en apenas un año ha dado un gran salto a la hora de emitir el mensaje. Supervisa cada palabra que dice y cada paso que da su agente, Albert Molina, que a la hora de seleccionar o establecer cualquier lazo comercial prioriza calidad a cantidad. Del mismo modo, los medios elegidos para la concesión de entrevistas también están enfocados claramente hacia el mercado anglosajón.
Más allá de los compromisos oficiales que el deportista debe atender en el circuito, Men’s Health, Vogue o The Wall Street Journal han sido algunas de las escasas publicaciones que han tenido la oportunidad de charlar con él, entusiasmado estos días entre las luces de neón de Times Square y el bullicio de la central de Nueva York, que encuentra en Carlitos, El Americano, su última debilidad. Quedó claro en el reencuentro del martes entre él y el público, que a falta de estrellas propias —ningún hombre ha ganado el torneo desde 2003, entonces Andy Roddick— y de símbolos como Serena Williams, Roger Federer o Rafael Nadal, hace suyo el vuelo del murciano.
“Este chico es gigante, eléctrico”, le elogiaba recientemente el propio McEnroe, que incluso iba más allá: “Es el jugador más completo de 20 años que he visto jamás, y eso incluye a Novak, Roger y Rafa”. Coincide Roddick: “Realmente no tiene puntos débiles”. Y disfruta también otro de los grandes tótems del tenis masculino de los Estados Unidos, un tal Andre Agassi: “Cruzar la línea de meta en uno de los cuatro pilares de nuestro deporte exige algo único dentro de uno mismo. Es un placer verle”.
CAE LA REPRESENTACIÓN FEMENINA
La eliminación del griego Stefanos Tsitsipas ante el suizo Dominic Stricker (7-5, 6-7(2), 6-7(5), 7-6(6) y 6-3) supuso otra buena noticia para Novak Djokovic, que resolvió con rotundidad contra Bernabé Zapata (6-4, 6-1 y 6-1). Su trazado se despeja, dado que a la caída del heleno —superado por el 128º del mundo, derrotado en 10 de sus 17 últimos compromisos— le precedió en la ronda inicial las de Holger Rune y Felix Auger-Aliassime, otros dos adversarios de teórico peso.
No fue un buen día para el tenis español, que perdió toda la representación femenina —Sara Sorribes (5-7, 6-3 y 6-4 para Wang), Rebeka Masarova (7-6(0) y 6-2 con Karolina Schmiedlova)— y también la baza de Roberto Carballés (6-2, 4-6, 6-3 y 7-(4) frente a Aslan Karatsev). Logró avanzar Alejandro Davidovich, superior a Juan Manuel Cerúndolo (6-1, 6-4 y 6-3).
La danesa Caroline Wozniacki, que ha reaparecido tres años después de su retirada, batió a Petra Kvitova (7-5 y 7-6(5) y al cierre de la jornada se despidió uno de los finalistas de la pasada edición, Casper Ruud, superado por Zhang Zhizhen (6-4, 5-7, 6-2, 0-6 y 6-2).
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