El rescate de Marco Asensio

Luis Enrique convocó al atacante mallorquín en junio para la Liga de Naciones como una oportunidad de reengancharse a la selección y le invitó a exprimir su físico para adecuarse a sus exigencias

Marco Asensio, en el medio, durante el entrenamiento de la selección española en la Universidad de Qatar, en Doha, este jueves.Jaime Villanueva

El festival goleador de España ante Costa Rica confirmó el renacimiento de Marco Asensio. Reubicado como falso nueve por Luis Enrique, fue el futbolista encargado de darle continuidad al excelso juego que desplegó Pedri en el arranque de encuentro. Como rematador, al primer balón que le llegó en el área, conectó de primeras y arrinconó un tiro sibilino que desconcertó a Keylor Navas. El tanto ratificó la corazonada que dijo sentir el preparador asturiano c...

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El festival goleador de España ante Costa Rica confirmó el renacimiento de Marco Asensio. Reubicado como falso nueve por Luis Enrique, fue el futbolista encargado de darle continuidad al excelso juego que desplegó Pedri en el arranque de encuentro. Como rematador, al primer balón que le llegó en el área, conectó de primeras y arrinconó un tiro sibilino que desconcertó a Keylor Navas. El tanto ratificó la corazonada que dijo sentir el preparador asturiano con Asensio como falso nueve el día que dio a conocer la relación de los 26 mundialistas. “Aunque es un jugador de banda derecha que luego se mete hacia el centro, en esa posición de nueve nos puede dar mucho”, vaticinó esperanzado Luis Enrique.

La inclusión de Asensio en la convocatoria para Qatar fue el fin de un proceso acelerado por el seleccionador y culminado con el rescate de un futbolista que transitaba mohíno en un momento trascendental de su carrera. El Real Madrid estaba dispuesto a traspasarle en verano si un club hubiera puesto encima de la mesa 50 millones de euros.

La necesidad de Luis Enrique de encontrar soluciones ofensivas fue un factor determinante para la reconstrucción de Asensio. En el mes de junio, a seis meses del Mundial, el preparador gijonés comenzó a dar por perdida la participación en Qatar de Mikel Oyarzabal y Gerard Moreno, dos de sus delanteros de cabecera. Con una maratón de cuatro partidos de la Liga de Naciones por delante, el seleccionador español elaboró una lista para esos encuentros en la que las dos grandes sorpresas fueron los regresos de Ansu Fati y Marco Asensio. No eran dos futbolistas cualquiera. En algún momento, ambos habían estado en el imaginario del seleccionador como piezas clave para el engranaje ofensivo de la selección con vistas a la Copa del Mundo. El azulgrana estaba recién salido de su largo proceso de recuperación y el madridista cerraba el tramo final del curso sin apenas protagonismo en su club.

Esta ha sido la primera vez en sus cuatro años en el cargo que Luis Enrique admitía la concesión de una oportunidad para rehabilitar futbolistas. Fati, solo se entrenó, pero Asensio disputó los cuatro encuentros, los dos últimos como titular. “Lo di todo en esa concentración, aproveché la oportunidad”, asegura el atacante mallorquín. Previamente, había tenido una charla con Luis Enrique en la que este le hizo ver las exigencias del fútbol moderno. El seleccionador le apuntó a la necesidad de exprimirse y le aclaró que el fútbol que se estila no admite jugar al trote o esperar la pelota.

“Tiene razón el míster, jugar de delantero en esta selección es acabar muerto los partidos. Nos pide presionar, correr y estar atentos a la hora de saltar a nuestra marca”, explica el atacante mallorquín. En el entorno del jugador relatan esto: “Ha pasado por momentos duros como la pérdida de su madre o la lesión, pero lo que se ve ahora es lo que es como jugador y fuera del campo”. Cuando se rompió el ligamento cruzado y el menisco interno de la rodilla izquierda, Rafael Nadal se puso de inmediato en contacto con él. Con el tenista y paisano mantiene una estrecha relación. Asensio ha encontrado un apoyo fiable en Nadal ante las complejas situaciones que se plantean en el deporte de élite. “El haber salido adelante después de todo lo que he pasado es una mezcla de muchas cosas. Apoyo de la familia, amigos... Aunque sea joven, llevo mucho como profesional y sé cómo funcionan las cosas. Analizo la situación y me miro a mí mismo para que lo de fuera no me influya. Y seguir el camino que me marco sin que lo de fuera me pueda entorpecer”.

En la concentración española se reconocen los impulsos anímicos que Luis Enrique ha propiciado tanto a Ansu Fati como a Asensio. No ha sido solo una cuestión de citarles, también de mandarles mensajes privados y públicos para reforzar su confianza.

Nada más terminar el amistoso de España ante Jordania en Amán, el técnico se encargó de publicitar el partido de Asensio. “Ha estado soberbio jugando de nueve”, proclamó Luis Enrique. “Desde el primer día me dijo que podía jugar en varias posiciones”, abunda el jugador mallorquín, al que el técnico trata de corregir su tendencia a saltarse las zonas propias que le asigna al delantero centro. “De nueve, cada uno tiene que respetar su espacio. Jugamos de una manera que tenemos que estar muy coordinados, defensiva y ofensivamente, con los interiores y los extremos, y por eso tenemos que estar en nuestra zona”, explica.

Gran disparo

En el seno de la expedición española recuerdan que Marco Asensio tiene un valor añadido en su poderoso disparo. Luis Enrique le invita a probarlo con más asiduidad, consciente de que es un recurso muy válido para cuando los partidos se cierren y España no encuentre la manera de abrirlos.

Como el resto de los internacionales españoles, Asensio está abducido por la capacidad del seleccionador para conquistar sus voluntades. “La clave es que nos transmite muy bien las cosas. Luis Enrique sabe transmitir muy bien el mensaje a todos los jugadores. Nos convence, nos gusta lo que nos dice y eso hace que siempre queramos más y competir al máximo”, argumenta Asensio. Ancelotti, su técnico en el Madrid, también ha sido un elemento estabilizador. En verano le aseguró que si se quedaba sería uno más y como Luis Enrique, le apretó para que elevara la intensidad de su juego. Para el italiano, como para Luis Enrique, esta no es una opción en el fútbol moderno. Es una obligación.

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