Kerr lidera a Australia en casa en busca de la final del Mundial
Las anfitrionas se enfrentan en semifinales a Inglaterra, las campeonas de Europa y una de las pocas favoritas que sigue en pie
En Australia reina el rugby. Y el cricket. Pero algo ha cambiado desde este Mundial. Las Matildas —apodo de la selección australiana femenina— ha dado un golpe sobre la mesa colándose entre las cuatro mejores de la competición. Todo el país se ha volcado con ellas y con su capitana, que ha liderado desde el banquillo gran parte del torneo: Sam Kerr. Faro indudable de las australianas, sufrió una lesión antes del campeonato, y retomó la ilusión de los seguidores al ...
En Australia reina el rugby. Y el cricket. Pero algo ha cambiado desde este Mundial. Las Matildas —apodo de la selección australiana femenina— ha dado un golpe sobre la mesa colándose entre las cuatro mejores de la competición. Todo el país se ha volcado con ellas y con su capitana, que ha liderado desde el banquillo gran parte del torneo: Sam Kerr. Faro indudable de las australianas, sufrió una lesión antes del campeonato, y retomó la ilusión de los seguidores al debutar en los octavos de final contra Dinamarca. Tras la victoria ante la todopoderosa Francia en cuartos, Australia despedazó la maldición de la anfitriona: hacía 20 años que la huésped del Mundial no se colaba en las cuatro mejores. Ahora se enfrentarán a las vigentes campeonas de Europa, Inglaterra, la única gran favorita que queda en pie en la competición.
Las australianas han logrado superar el espacio marginal al que el fútbol se había visto relegado. Til It’s done (hasta que esté hecho) es el lema que predican en este Mundial. Y de momento, lo están logrando. Como, por ejemplo, en esas historias de David contra Goliat, cuando Las Matildas sortearon la presión en la tanda de penaltis ante Francia tras 17 minutos y 10 lanzamientos eternos frente a un estadio lleno de 49.400 feligreses. Fue la primera vez en sus ocho participaciones en el Mundial que superaban la barrera de los cuartos de final. Para el seleccionador, Tony Gustavsson, el camino de su selección “representa mucho más que 90 minutos de fútbol” y recuerda a “todos los niños que inspirarán” las jugadoras.
Nadie tan simbólico como Kerr, la máxima goleadora de Australia, referente total después de hacer historia en las ligas de tres continentes diferentes.
Para Samantha Kerr (29 años) el fútbol ha corrido por sus venas desde niña. Tanto su padre como su tío eran futbolistas profesionales, y sus abuelos también formaban parte de la constelación del deporte: su abuelo era boxeador, y su abuela, jugadora de baloncesto. Ella es veloz y tenaz. Con disciplina y exigencia, se transformó en un referente en precocidad: debutó con 15 años en la absoluta australiana en 2011, y desde entonces ha participado en los cuatro mundiales, además de en tres Copas Asiáticas y en los Juegos Olímpicos de 2020. Es la máxima goleadora de su selección con 62 tantos, y en Francia 2019 se convirtió en la primera futbolista australiana, tanto mujer como hombre, en marcar un triplete en un Mundial.
En Australia logró ser la máxima goleadora en diversas temporadas, una tónica que continuó cuando dio el salto al continente americano. Fue en la liga de Estados Unidos donde alcanzó la fama mundial tras convertirse en la máxima artillera en la historia de la NWSL con 77 goles. Tras su aventura por América y pasar por equipos como el Chicago Red Stars, en 2019 se sumó al Chelsea, con el que ha logrado ocho trofeos. Los hitos de la delantera abarcan también las distinciones individuales. Es la única jugadora en ganar la bota de oro en tres ligas en continentes diferentes: en la W-League (Oceanía), la NWSL (Norteamérica) y la WSL (Europa). Nominada en todas las ediciones del Balón de Oro desde 2018, ha logrado ser finalista en dos ocasiones.
El libro de Sam
El camino para Samantha Kerr no ha sido fácil este Mundial. La delantera publicó un libro —My Jorney to the World Cup— justo antes de participar en su cuarta copa, sin saber que poco después se lesionaría y se perdería las tres primeras citas. Debutó 20 minutos como suplente en el partido de octavos para Dinamarca, mientras lideraba al equipo desde el banquillo. Su reaparición catapultó la ilusión de los seguidores australianos, anfitriones de un Mundial femenino que ven cómo su guía, Kerr, puede estar escribiendo una nueva página para la historia.
La etiqueta de favorito este Mundial ha traído mala suerte. Lo saben Estados Unidos, Noruega, Alemania y Japón. También Brasil y Suecia. Ninguna de las cuatro campeonas ha pasado de cuartos de final. El resto de favoritas se han quedado a medio camino. Ahora la presión recae sobre Inglaterra, la vigente campeona de Europa, que se enfrenta a una crecida y arrasadora Australia este miércoles (12.00h, horario peninsular). La ganadora se enfrentará en la final a España. Sea como sea, el domingo habrá una nueva campeona del mundo.
Inglaterra, la única gran favorita en pie
La etiqueta de favorito este Mundial ha traído mala suerte. Ni Estados Unidos, ni Noruega, ni Alemania, ni Japón. Tampoco Brasil o Suecia. Ninguna de las cuatro campeonas ha pasado de cuartos de final. El resto de favoritas también se han quedado a medio camino. Ahora la presión recae sobre Inglaterra, la vigente campeona de Europa, que se enfrenta a una crecida y arrasadora Australia este miércoles (12.00h, horario peninsular). La selección vencedora se enfrentará en la final a España. Sea como sea, el domingo la Copa del Mundo tendrá una nueva ganadora.
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