Pues esto de los Juegos ya estaría
Los norteamericanos se llevan los dos oros de baloncesto, pero nunca fueron tan contestados. A partir de hoy la atención mediática volverá a ser monopolizada por los futboleros
Enciendo la tele por último día justo para ver que nuestra postrera participante con opciones en estos juegos, Laura Heredia, es eliminada de la final de pentatlón moderno porque su caballo ha hecho tres renuncios en un obstáculo. Corrijo. No era su caballo. Resulta que en la prueba de hípica el equino te toca por sorteo y te lo presentan 20 minutos antes de ponerte a pegar saltos. Entiendo el comportamiento del caballo, maravilloso y noble animal, pero a la vez lógicamente desconfiado con alguien al que no conocen ni de media hora. El caso es que a las primeras de cambio la prueba se ha ido a...
Enciendo la tele por último día justo para ver que nuestra postrera participante con opciones en estos juegos, Laura Heredia, es eliminada de la final de pentatlón moderno porque su caballo ha hecho tres renuncios en un obstáculo. Corrijo. No era su caballo. Resulta que en la prueba de hípica el equino te toca por sorteo y te lo presentan 20 minutos antes de ponerte a pegar saltos. Entiendo el comportamiento del caballo, maravilloso y noble animal, pero a la vez lógicamente desconfiado con alguien al que no conocen ni de media hora. El caso es que a las primeras de cambio la prueba se ha ido al carajo para Heredia.
Hablando de purasangres, ahí tenemos a la selección de balonmano masculino, de la que no deberíamos dudar nunca. No es fácil rearmarte anímicamente cuando te has quedado a un lanzamiento de meterte en toda una final, pero este equipo tiene desde hace mucho tiempo una cultura competitiva irreprochable. A su estilo, o sea, agónicamente, han vuelto a derrotar a Eslovenia, ya les cuelga otra medalla del cuello.
Apuro la competición hasta su última gota con la final femenina de baloncesto. Difícil mejor broche, pues ha sido un partido colosal donde ha estado a punto de saltar la gran sorpresa de los juegos. EE UU en versión femenina mantiene su apabullante racha de 61 partidos sin perder, pero esta vez se necesitó la foto finish para dilucidar el ganador (67-66). Como se esperaba, los norteamericanos se llevan los dos oros, pero nunca fueron tan contestados. Han sufrido como nunca y han necesitado portentosas exhibiciones como la de Curry con esos cuatro triples en dos minutos, cada uno más difícil y decisivo que el anterior y que pasó directamente a la lista de momentos que seguiremos recordando dentro de muchos años.
Terminada la competición ya están llegando análisis más o menos sesudos para adjetivar la actuación española. ¿Hemos cumplido objetivos? ¿Estamos mejor que hace cuatro años? ¿Pecamos de optimistas? Me cuesta entrar en este juego, pues entiendo que para sacar una radiografía precisa se necesitaría más factores a tener en cuenta y tiempo suficiente para analizarlos. Habría que meter en la ecuación no solo medallas, sino diplomas, finalistas, dónde y cómo se han logrado, qué atletas han superado sus marcas personales, la dificultad de cada especialidad, el número de sus practicantes, la evolución histórica... etc. Sospecho que más importante que el balance mediático será el estudio que se haga en cada federación para poder rectificar o insistir en el camino.
Un último aspecto que no tiene que ver con la alta competición y sí con el deporte como herramienta educativa. Si estamos todos de acuerdo que el deporte forma, educa, te enseña unos valores que sirven para toda la vida, te muestra la importancia de saber trabajar en equipo y un montón de cosas positivas más, por qué no se le trata como debería en los planes educativos donde sigue siendo irrelevante en nuestros colegios e institutos. Ahí sí creo que vamos retrasados con respecto a otros países de nuestro entorno.
Termino felicitando a todos los atletas que han participado. A los que les ha ido bien y a los que no han cumplido con sus expectativas. A los que han llorado de alegría y a los que lo han hecho de pura penita. A los que volverán con bríos renovados y a los que en 2028 lo verán por la tele. A los más mediáticos que han peleado por el podio y a aquellos para los que alcanzar una semifinal era un enorme éxito. Disputar unos Juegos está al alcance de muy pocos y solo se consigue con una dosis estratosférica de trabajo y esfuerzo. Una vez metido en competición, pues ya lo dijo Nadal, el que crea que esto es fácil, es que no tiene ni idea.
Pues esto ya estaría. A partir de hoy la atención mediática volverá a ser monopolizada por los futboleros, desaparecerán del radar el 75% de las especialidades, se retirarán unos cuantos atletas veteranos y el resto, después de unas ganadas vacaciones, empezarán a soñar con LA 2028. Por mi parte, aparco este diario hasta nueva orden. Ha sido todo un placer compartirlo.
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