EE UU supera a Francia en la final femenina de baloncesto y a China en el medallero
La selecciona norteamericana consigue su octavo oro olímpico consecutivo tras un ajustadísimo y vibrante partido: 66-67
Parecían intocables, pero no lo eran. Parecía el oro más predecible, pero estuvo lleno de suspense y emoción. Por un punto ganó Estados Unidos a Francia (66-67) la final femenina de baloncesto y gracias a esa mínima distancia igualó el país norteamericano los 40 oros de China en el medallero y superó a la nación asiática en el primer puesto por el número de platas (44-27). El último segundo de competición de los Juegos, la primera vez que la cita ponía el lazo con una prueba femenina, fue un símbolo perfecto del olimpismo por lo incierto del resultado y por la lucha entre los atletas (y los países) hasta cruzar la línea de meta. París se despidió a lo grande en la pista.
Sigue siendo el equipo invencible, aunque por muy poco. La selección estadounidense ató con ese sufrimiento extremo el octavo oro olímpico consecutivo de su historia, todos desde Atlanta 96, y estiró al menos por cuatro años más, hasta jugar en casa Los Ángeles 2028, una racha de otro planeta: son 61 victorias consecutivas en los Juegos, todos los partidos disputados desde que perdiera las semifinales de Barcelona 92 ante el Equipo Unificado por 73-79. Después de aquel patinazo superó a Brasil en el encuentro por el bronce y desde entonces las baloncestistas estadounidenses no han hecho otra cosa que irse al vestuario con la victoria en el bolsillo y dejar los Juegos mordiendo oro. Es la mayor racha de triunfos de cualquier equipo en la historia olímpica, después de empatar ya en Tokio la que sus colegas masculinos de la canasta firmaron entre 1936 y 1968.
Pocas veces estará tan cerca la derrota como este domingo en un encendido Arena Bercy, en la reedición de la final de hombres del día anterior. Estados Unidos arrancó al mando (9-15), aunque sin el mazo de otras noches. Una mochila repleta de pérdidas de balón y la debilidad para cerrar el rebote defensivo abrieron un resquicio por el que se coló rápida y voraz Francia. Un triple desde casi el centro del campo de Marine Fauthoux mandó la pelea al descanso con 25-25. Era el peor cuarto anotador de Estados Unidos en los Juegos (solo 10 puntos) y la primera ocasión en la que no mandaba en la mitad del partido (acabó con 67 puntos cuando su promedio ofensivo era de 90).
Diez puntos seguidos de Francia a la vuelta de la pausa provocaron un terremoto (35-25). Estados Unidos seguía fallando canastas bajo el aro y se enredaba en acciones individuales, hasta que apretó la defensa y en un arreón de furia dio la vuelta a la tortilla (43-45). El desenlace fue un combate que pudo caer de cualquier lado. Gabby Williams anotó en el último segundo, tres abajo Francia, pero pisaba por poco la línea de triple. Esa fue la diferencia, unos centímetros, solo un punto, que salvó a Estados Unidos y prolongó su reinado.
Son ocho Juegos Olímpicos y cuatro Mundiales seguidos, y no conjugan el verbo perder en un gran escenario desde hace 18 años, en las semifinales del Mundial de 2006 contra Rusia (75-68). Sostenida por una cantera inagotable que se nutre del baloncesto universitario, un filón del deporte practicado por mujeres en Estados Unidos, la selección que hoy entrena Cheryl Reeve salta de oro en oro mientras alimenta el relevo generacional. No está en París la legendaria Sue Bird, que realiza una especie de saque de honor de la final golpeando un bastón en el círculo central. Y se despide con honores la mítica escolta Diana Taurasi, a los 42 años la única baloncestista en concursar en seis Juegos (como Rudy Fernández) y única con seis oros. Se corona la pívot Brittney Griner después de su infierno de 10 meses en una cárcel rusa acusada de tráfico de drogas.
El futuro se llama Caitlin Clark, la estrella que viene, la base de 22 años que sorprende por su letal tiro exterior, máxima anotadora en la historia del baloncesto femenino universitario y número uno del draft de la WNBA con Indiana Fever. Clark no fue seleccionada en junio entre las 12 mejores jugadoras que representarían a Estados Unidos en París. En la capital francesa el Dream Team volvió a atrapar el oro. Siguen siendo un equipo invencible, aunque esta vez fue por muy poco.
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