Carolina Marín se reencuentra en París: “Tengo la ilusión de una niña”

La onubense debuta con victoria, afirma que se encuentra muy bien físicamente y que su reto es el podio olímpico

Carolina Marín, en su debut olímpico en París.ALBERT GARCIA

En la grada de La Chapelle Arena, banderas españolas, y las infantas Leonor y Sofía animando a Carolina Marín, que por algo es quien es y tiene reservada la pinta central, la número 1. Antes de su debut olímpico en París, las pantallas del pabellón emiten una explicación de las reglas básicas del bádminton, para los novatos en la materia. Sabe latín Carolina, que vence a la danesa Jenjira Stadelman en 41 minutos, por 21-11 y 21-19, y ya cambia entonces el gesto serio por una sonrisa en su regreso al gran escensario de los Juegos.

La campeona de Río 2016 es a los 31 años la misma competidora de siempre, y su grito de liberación después del primer punto es un aviso a navegantes. En París desemboca un camino con muchas curvas, pero a la hora de situarse ante la red ya no recuerda las lesiones de rodilla, y el cuerpo le responde tan bien que su confianza aumenta, y su juego vuela como el volante que golpea.

“Las sensaciones han ido de menos a más”, reflexiona con la primera victoria en la mochila; “este primer partido de unos Juegos siempre es complicado. Una está con los nervios a flor de piel, quiere hacerlo bien, estar concentrada en lo entrenado, y yo quería además probar el pabellón, saber que hay aire y por lo tanto tengo que controlar muy bien desde ambos lados de la pista y desde el lateral... Hay que tener mucha concentración en el control del volante”, prosigue la onubense.

La noche anterior duerme a pierna suelta. El plan estaba diseñado con su entrenador, Fernando Rivas. Juntos habían trazado una estrategia, conseguir y mantener el ataque, la raqueta arriba, y solo cuando eso falla, en el segundo set, es cuando la rival le come terreno y vuelven los nervios hasta que recobra el mando. Le falta variedad de golpes, admite, pero la victoria le concede el liderato del grupo L, que comparte además con la irlandesa Rachael Darragh. Las 16 campeonas de grupo pasan a octavos.

Durante los Juegos, Carolina Marín ha aparcado las redes sociales y el teléfono móvil. Va a por el podio. “Estar en París significa para mí volver a tener ilusión. Siempre he tenido ganas y motivación, eso nunca nadie me lo ha quitado, pero el volver a tener ilusión es muy importante, y ahora tengo la ilusión de una niña pese a que son mis terceros Juegos. Estoy aquí para luchar por una medalla. Mis opciones están, pero si estoy concentrada en mí y no en las expectativas que hay fuera”, comenta.

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