1 | 2 | 3 | 4 | T | |
---|---|---|---|---|---|
AUS | 31 | 18 | 20 | 23 | 92 |
ESP | 21 | 21 | 18 | 20 | 80 |
Australia derrumba a España en el arranque del baloncesto
La selección masculina, inferior en el rebote, cae en su estreno en Lille (92-80) y se complica el pase a cuartos. El próximo martes se enfrenta a Grecia
España se dejó en el viaje a Lille las buenas sensaciones con las que llegaba a los Juegos y en el arranque de la competición de baloncesto cayó ante Australia por 92-80. La derrota complica su viaje olímpico a la espera de enfrentarse el martes próximo a Grecia y el viernes a Canadá, sus rivales en el grupo (acceden a cuartos los dos primeros y los dos mejores terceros). El histórico registro de seis participaciones de Rudy en los Juegos quedó empañado por un patinazo tan claro como doloroso. Australia acumuló 13 rebotes más (46-33) y frustró la resistencia de Santi Aldama (27 puntos) en el estadio Pierre Mauroy.
Tres tiros libres ganados por Patty Mills y un triple de Landale anticiparon el bombardeo australiano en el primer cuarto. A la selección española le costaba un mundo frenar las penetraciones de Daniels, Giddey y el mismo Mills, Landale podía con Willy en la pintura y el aro escupía los lanzamientos lejanos de Brown, Abrines y Aldama. España no entraba en el partido y Australia aprovechó tanto bostezo para darle un buen bocado al marcador: 18-7 en menos de cinco minutos. Scariolo reunió a sus muchachos en la silla de pensar y agitó el banquillo en busca de soluciones. Entraron los mayores, Llull y el histórico Rudy, y también Alberto Díaz y Garuba para elevar la intensidad en la defensa. El baile no alteró a Giddey, enchufadísimo por dentro y por fuera. España necesitaba construirse desde atrás, pero no era capaz de echar el cerrojo a su canasta. La concesión de puntos en ese primer tramo (31-21) condenó al equipo a remar contra corriente.
Defensa y defensa. Todos a una. En una época sin genios capaces de dar la vuelta al encuentro a base de inspiración divina, la receta no puede ser más estricta. Así construyó España una reacción para volver a la vida. Landale descubrió que Garuba mordía más que Willy y dos triples de Llull, lleno de fe para intentarlo aunque acumule fallos, redondearon un parcial de 0-10 para el 31-27. El encuentro subía de temperatura por los roces y las protestas. Australia recuperó su capacidad de herir por dentro con pases interiores y el conjunto de Scariolo se atascó en la producción ofensiva, de modo que la diferencia volvió a su sitio con otro arreón en sentido contrario (38-27). Regresaron Aldama y Willy, y se estrenó Brizuela. El pívot de los Grizzlies, único nba en la selección, volvió a dar un paso al frente desde el tiro exterior. Willy seguía sin presentarse a pleno rendimiento, y Australia alcanzó el descanso al volante del partido: 49-42.
Lorenzo Brown encontró a Willy, una conexión necesaria para la selección por su capacidad para generar puntos del pívot. Por ahí podía morder España, otra vez impulsada por la muñeca de Aldama y su facilidad y valentía para el tiro lejano. Otro bingo de Abrines apretó la cita y de nuevo Aldama concedió al grupo español la primera ventaja de la mañana: 54-56 mediado el tercer cuarto. Fue una alegría fugaz porque Mills y McVeigh respondieron con la misma medicina del triple, Brown y Llull cayeron en las pérdidas y España pagó la precipitación por querer cerrar el remonte y se relajó en el rebote defensivo. Un parcial de 15-3 volvió a empinar mucho el camino (69-59). Era un día de apretar la mandíbula
Sin rendijas para colarse en la zona, España abusaba del recurso de un tiro a distancia y forzado. Más fresca y ágil se movía Australia, que sí encontraba esos espacios en el armazón español y se crecía para ganarse segundas opciones con el rebote (14 capturas en ataque al final). El balón que atrapó Mills entre Willy y Aldama reflejó ese ímpetu de más que decidía quién se quedaba con la posesión, quién mandaba en el encuentro (73-68). Nunca acabó España de cocinar su recuperación, a remolque durante toda la película, floja sobre todo en la defensa de su tablero y sin la chispa en la dirección de Lorenzo Brown. Los últimos minutos solo condujeron a un desenlace que ya se anticipaba. “No ha faltado esfuerzo, pero en la segunda parte nos ha penalizado muchísimo el rebote. Han tenido muchas posesiones gracias a eso. El rival tiene un nivel físico y atlético extraordinario que influye en nuestra toma de decisiones”, analizó Scariolo. “Tienen ocho jugadores NBA, con físico NBA. Eso les permite defender a un nivel tan alto durante todo el partido. Casi todos los equipos son más atléticos y físicos que nosotros”, añadió. La derrota obliga ahora a redimirse el próximo martes ante la Grecia de Giannis Antetokounmpo.
AUSTRALIA, 92; ESPAÑA, 80
Australia: Mills (19), Daniels (13), Giddey (17), Kay (8) y Landale (20) -quinteto inicial-; Dellavedova (0), Green (0), Ingles (0), Magnay
(2) y McVeigh (13).
España: Brown (7), Abrines (6), López-Arostegui (2), Aldama (27) y Willy Hernangómez (14) -quinteto inicial-; Llull (17), Juancho Hernangómez (2), Brizuela (2), Díaz (0), Garuba (3) y Rudy Fernández (0).
Parciales: 31-21, 18-21, 20-18 y 23-20.
Árbitros: Salins, Bermúdez y Fernández. Eliminaron por faltas a Magnay.
Stade Pierre Mauroy de Lille.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir la newsletter diaria de los Juegos Olímpicos de París.