Jordan Díaz: “Quiero saltar 18 metros donde tiene que ser, en los Juegos Olímpicos. Si sale ahí, sería espectacular”
Entrevista con el saltador de triple salto español, uno de los mejores del mundo y favorito para el oro en París 24: “Bien podría ser tres veces campeón olímpico, que seguiré siendo el mismo tonto de siempre”
Pelo rapadito, los ricitos bien pegados al cráneo, y cuando se quita la gorra, para horror de los cuidadores de imagen de la marca que le patrocina —”nuestro outfit exige que lleve siempre gorra”, advierten—, se preocupa de no haberse despeinado. Cadena de oro al cuello, pesada. Pulsera de oro en la muñeca, diamantes en las orejas y dos caninos forrados de oro que cuando ríe, y se ríe mucho, muchacho alegre, se ven brillando....
Pelo rapadito, los ricitos bien pegados al cráneo, y cuando se quita la gorra, para horror de los cuidadores de imagen de la marca que le patrocina —”nuestro outfit exige que lleve siempre gorra”, advierten—, se preocupa de no haberse despeinado. Cadena de oro al cuello, pesada. Pulsera de oro en la muñeca, diamantes en las orejas y dos caninos forrados de oro que cuando ríe, y se ríe mucho, muchacho alegre, se ven brillando. Jordan Díaz (La Habana, 23 años, 1,92m, 73 kilos) es campeón de España y uno de los mejores saltadores de triple del mundo. Su mejor marca, 17,87m, récord de España desde el verano de 2022, es la 13ª mejor de la historia. Desde 2021 vive en Guadalajara, donde le entrena Iván Pedroso y es español desde febrero de 2022, pero, porque así lo dicen las reglas de World Athletics (federación internacional de atletismo), solo podrá competir con el equipo español a partir del 28 de junio próximo, y como español, nadie lo duda, será uno de los grandes favoritos en el triple salto de los Juegos Olímpicos de París.
Pregunta. Cuando saltó 17,87m no hubo quien no predijera que rápidamente llegaría a saltar 18m, la marca de la superexcelencia en su especialidad, que solo siete atletas han saltado en la historia. ¿Hay una obsesión 18 metros en su cabeza?
Respuesta. Noooo, noooo. ¿Quisiera hacerlo? Sí. Es una meta secundaria que quisiera hacer, pero tampoco me quiero obsesionar. Quiero saltar 18 donde tiene que ser, en los Juegos Olímpicos. Si sale ahí, sería espectacular.
P. Esa calma suena a enseñanza de Iván Pedroso…
R. ¡No!, al contrario. Él me dice que lo tengo que hacer antes de los Juegos y yo le estoy diciendo, no, hay que hacerlo en el momento. Bueno, tenemos ahí esa incertidumbre.
P. ¿Se ha visto, o se ha pensado cómo era hace dos años, recién llegado, un chavalillo que iba andando a la pista despreocupado, silbando y con la camiseta del Barça y lo que es ahora?
R. A ver, sigo siendo la misma persona, el mismo chico que era al principio, simplemente que ahora tengo como un poco más experiencia, y la mentalidad me ha cambiado bastante, pero sí, sigo siendo la misma persona y es bueno que me mantenga.
P. Ya, ya, pero Red Bull, Omega… pocos atletas en España, yo creo que ninguno, tienen ese nivel de patrocinio…
R. Y yo estoy muy contento con todos los patrocinios. Mi mánager lo ha hecho espectacular. Son un plus para la preparación de cualquier competición, para el nivel mental. Me aportan como esa tranquilidad también de que estoy en buena posición.
P. Pero también el ser de los pocos, el único en España, ¿no le hace sentir especial?
R. No, no, es que no me puedo sentir más especial que nadie. Estoy bastante contento con cómo me está yendo la vida de momento. Y no me voy a sentir mejor que nadie por tener unos patrocinios más. La verdad, estoy muy, muy feliz.
P. ¿Atléticamente ha llegado donde quería? En los últimos 19 meses solo ha saltado en cuatro competiciones, todas en pista cubierta. No sé si eso le acongoja o le preocupa…
R. Ojalá hubiera tenido más continuidad, sí. Pero como todos los atletas tienen esa inquietud, que estás bien, pero tienes ese quizás y si te lesionas, ¿qué puede ser?, siempre vas con esa incertidumbre y más en un evento como el triple que es muy lesivo. El año pasado fue muy complicado a nivel mental, pero me he mantenido fuerte. Y pude sobrellevarlo bastante bien.
P. ¿Con su entrenador, Iván Pedroso, qué es lo que más ha trabajado?
R. La técnica y la velocidad. La velocidad me la ha mejorado mucho. Parezco yo velocista… No sé exactamente a qué velocidad entro en la tabla, creo que en Nerja, hace dos años, cuando salté el récord, me midieron a 10,40 metros por segundo. ¿O fueron 10,50?
P. Pero eso son casi 38 kilómetros por hora… Eso es mucho.
R. Sí, sí, bastante rápido. Iván me ha mejorado mucho eso y la capacidad de mantener la velocidad en el tercero. Cuanto más rápido vas es más complicado tener la fuerza mental de despegar con esa velocidad que llevas. Hay personas que no lo pueden hacer. Se dan de boca o frenan porque piensan que el golpe va a ser muy fuerte… y no, no, hay que tratar de combinar la velocidad con el salto.
P. Para que salgan los 18 metros, ¿qué tiene que pasar?
R. Simplemente mejorando el último salto, el tercero, que es en lo que estamos trabajando ahora, puede salir un salto chulo.
P. Pero cuando sale, ¿es todo un automatismo? No perder velocidad en el segundo, no botar mucho…
R. Claro, pero eso ya lo tengo pillado. Lo tengo pillado.
P. Nació con ello casi, ¿no?
R. Literal.
P. El ser español y al mismo tiempo no ser seleccionable, ¿no le hace sentirse como un bicho raro?
R. No, siento ilusión, y mucha más aún sabiendo que el debut en la selección española sea en los Juegos Olímpicos. Estoy muy contento con todo el apoyo que me han dado, me han aportado muchísimo. Y la tranquilidad que me han transmitido.
P. Y quizás el no ser seleccionable le haya venido bien para seguir creciendo sin presión…
R. Claro. Soy un atleta joven y sé que voy a mejorar bastante, y sé que voy a tener competiciones con la selección española a partir de los Juegos Olímpicos a huevo. Si estoy bien físicamente, claro. Pero voy a tener bastantes a huevo, claro, así que tampoco me quiero volver loco.
P. ¿Cómo de importante sería ser campeón olímpico?
R. Me cambiaría la vida completamente.
P. ¿Y quiere que le cambie la vida?
R. Hombre, ¿quién no? Jejejeje. Sí… estoy bien como estoy, pero siempre quiero más. Así me probaría que el sacrificio que hice al quedarme aquí no fue en vano. Sería como dar un puñetazo en la mesa y decir, lo que he hecho, lo he hecho bien. No me equivoqué.
P. ¿No busca también ese placer ególatra de quien se levanta por la mañana, se mira en el espejo y se dice, soy lo más, soy el campeón olímpico?
R. Nooooo… nooooo… eso no es lo mío. Nada, para nada. Mi vida no es así. Posiblemente, pueda ser tres veces campeón olímpico y voy a ser el mismo tonto de siempre. No. No. No me cambiaría en nada. A ver, sí, llegará un momento que las personas te lo hacen creer tanto que, a ver, va a ser muy complicado gestionarlo, pero no creo que cambie. No sé, cuando llegue el momento hablaremos, pero yo digo que no, yo estoy seguro de que no.
P. ¿Y el no conseguirlo no le deprimiría?
R. Por una parte, sí. Todos se preparan para competir en unos Juegos y todo puede pasar. ¿Me deprimiría un poco? Sí, pero sé que tendría un algo en el pecho y diría, pues ahora las competencias que me quedan, es decir, antes de los siguientes Juegos Olímpicos, tengo que machacar. Aunque si fuera campeón olímpico o medallista haría lo mismo, pero ya te queda como algo en el pecho. Y hay atletas que son supertop y no tienen medallas olímpicas. Juegos Olímpicos son algo especial.
P. En la final de longitud de Tokio, el favorito, el cubano Echevarría, se lesionó, y terminó llorando de rodillas ante la tabla. ¿Tiene pesadillas con que le pueda pasar algo así?
R. Ufff. Eso sería un momento muy duro. Sabes que puedes responder o puedes atacar y llevarte la medalla de oro, o por lo menos intentarlo, pero ya cuando te lesionas ya sabes que no puedes ya ni intentarlo, y eso es lo que te mata por dentro. Fue lo que me pasó en la Liga de Diamante, en la final en 2022. En el cuarto salto me lesioné en el cuádriceps y no puedo terminar y estaba a 10 centímetros de ganar. Y piensas, y quizás y si lo intentara y tal, pero no te da margen de intento, porque estás lesionado, no puedes ni caminar, literal. Como Haybert, el jamaicano que se rompió en el triple del Mundial de Budapest siendo el favorito. Son cosas que pueden pasar. No se puede ir diciendo, soy el favorito. ¿Y si te rompes compitiendo o si te pasa algo y ese día no te levantaste bien o te levantaste con gripe? Qué sé yo, pueden pasar muchas cosas. Echevarría no volvió a competir… Es complicado, es complicado [la entrevista tuvo lugar antes de que su compañera de entrenamiento Yulimar Rojas se rompiera el tendón de Aquiles, un hecho aleatorio que da más peso aún al razonamiento de Jordan Díaz].
P. Lleva diamantes en las orejas, cadenas de oro, pulseras, piercings… ¿Algo de eso es un amuleto?
R. No, no… Siempre he sido así, un chaval, un chavalito que tiene que ir a la moooda. Y también las fundas de oro en los dientes… Es brillo. El brillo no se puede perder.
P. ¿Más oro que tatuajes?
R. No, tatuaje no, nunca me haría uno. Bueno, digo nunca me haría uno, pero qué se yo, a lo mejor me entra el loco en los Juegos Olímpicos y me tatúo los aros al volver, pero de entrada no.
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