Disfrutar de la presión
Ana Peleteiro perdió por unos instantes el bronce, y se encontró ante un momento de tensión enorme que ha buscado durante años
Estos días se ha hablado mucho acerca de la fragilidad psicológica de los deportistas de élite. En primer lugar me gustaría comentar que no creo que la prevalencia de depresiones u otras patologías en el deporte de alta competición sea muy superior a la de la sociedad en general, y aún menos si lo comparamos con otros colectivos como médicos, bomberos, enfermeras… En cualquier caso, hay aspectos a considerar sobre el itinerario hasta alcanzar el alto rendimiento....
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Estos días se ha hablado mucho acerca de la fragilidad psicológica de los deportistas de élite. En primer lugar me gustaría comentar que no creo que la prevalencia de depresiones u otras patologías en el deporte de alta competición sea muy superior a la de la sociedad en general, y aún menos si lo comparamos con otros colectivos como médicos, bomberos, enfermeras… En cualquier caso, hay aspectos a considerar sobre el itinerario hasta alcanzar el alto rendimiento.
Estamos en una sociedad en la que el éxito tiene mucho éxito. Perder está mal visto, y sin embargo es algo que todos hemos hecho y es consustancial a competir. Lo mismo pasa con la necesidad de errar para poder aprender. Esta forma de pensar lleva en muchos casos a buscar rápidamente el triunfo intentando evitar en lo posible cualquier revés. Se olvida la tarea diaria y el trabajo pausado en aras de subir al podio lo antes y más arriba posible. Las preguntas del estilo ¿cómo has quedado?, en lugar de ¿cómo has jugado?, o ¿en qué puesto has quedado?, en lugar de ¿has mejorado la forma de saltar?… son cuestiones que se hacen con la mejor de las intenciones pero que van focalizando a los jóvenes a que se les valore solo y únicamente el resultado.
Los que han llegado a Tokio en su día ganaron a todos los de su clase, después fueron el mejor de su colegio, de su ciudad, de su país… siempre con el reconocimiento social de su entorno. A medida que su estatus crece, la responsabilidad aumenta, siempre hay que estar a la altura de las expectativas. Con cada homenaje, con cada entrevista o cada premio, van perdiendo poco a poco el derecho a defraudar. Y hay un momento que, si no se ha trabajado bien, si no se ha construido en torno a unos pilares y valores sólidos, todo se puede romper.
Ayer en el triple, Peleteiro perdió por unos instantes el bronce, pasó a ser cuarta y tuvo que recomponer la situación. Se encontró ante un momento de tensión enorme que ha buscado durante años. Imagino que siendo niña soñaría con estar peleando por una medalla en unos JJ OO. Pues si lo has estado buscando siempre, cuando llega la presión sólo queda disfrutarla. El blog de un buen amigo, Josean, tiene ese título: “Disfruta la presión”.
Ramón Cid, triplista olímpico en Moscú 80 y exdirector técnico de la Federación Española de Atletismo, actualmente entrena a María Vicente y Teresa Errandonea.
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