Los herederos de Nurmi
En cualquier parte del planeta puede surgir un campeón olímpico de atletismo sin importar el nivel económico
En el año 2030 se cumplirán 3.000 desde la primera competición atlética de la que hay constancia escrita: fue en los antiguos JJ OO (770 A.C.). Actualmente son 214 países los afiliados a la WA (federación internacional de atletismo, antigua IAAF), 21 más que la propia ONU. El atletismo, a su larga historia y universalidad, suma otra característica: en cualquier parte del planeta puede surgir un campeón olímpico. Durante años han sido suficientes la tierra y las ganas de correr; ni siquiera tener zapatillas ha sido un factor l...
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En el año 2030 se cumplirán 3.000 desde la primera competición atlética de la que hay constancia escrita: fue en los antiguos JJ OO (770 A.C.). Actualmente son 214 países los afiliados a la WA (federación internacional de atletismo, antigua IAAF), 21 más que la propia ONU. El atletismo, a su larga historia y universalidad, suma otra característica: en cualquier parte del planeta puede surgir un campeón olímpico. Durante años han sido suficientes la tierra y las ganas de correr; ni siquiera tener zapatillas ha sido un factor limitante. Estas circunstancias se dan, sobre todo, en las pruebas de medio fondo y fondo. Los atletas de países con un bajo nivel económico y escasas infraestructuras deportivas, unido esto a sus costumbres de correr y desplazarse a pie a todas partes, han recalado en estas especialidades desde hace unas décadas, copando la mayoría de los récords y títulos.
La primera final de Tokio va a ser la prueba de 10.000 m hombres. Aparece a mediados del siglo XIX en las Islas Británicas y sus participantes son profesionales, las apuestas mueven una gran cantidad de aficionados. Algo similar sucede con los korrikalaris en el País Vasco. Esta distancia, incomprensiblemente, está siendo cuestionada y su futuro es complicado. La irrupción de las carreras en ruta y su no programación en los mítines internacionales, la han debilitado. Por otra parte, la carrera en pista no se presta a especulaciones y pone al atleta ante su realidad: si corres a tres minutos el kilómetro haces 30 minutos, es impepinable. La carretera no es tan cruel, es menos precisa en sus itinerarios y diluye en cierto modo el valor de las marcas.
Es una especialidad que hay que salvar. Adaptarla a los nuevos tiempos, aplicar las nuevas tecnologías y ofrecer un calendario sugerente. Basta repasar los nombres de los campeones olímpicos para saber el inigualable pedigrí deportivo de esta prueba: Paavo Nurmi, Emil Zatopek, Bill Mills (el Indio Sioux), Neftalí Temu (primer y único keniano en lograr el oro), Lasse Viren, Miruts Yyfter, Alberto Cova, Haile Gebrselassie, Kenenisa Bekele, Mo Farah… Y muchos que no ganaron pero que son grandes de nuestra historia: Ron Clarke, Bedford, Mamede, Gamoudi… y entre los que podríamos incluir a Mariano Haro. La lista es elocuente, se trata de auténticas leyendas. En España, encabezada por el irrepetible Mariano Haro, la lista de ilustres también es extensa: Arismendi, Aguilar, Amorós… Hoy, en la primera final del atletismo, debuta Carlos Mayo al que deseamos la mejor de las suertes.
Ramón Cid, triplista olímpico en Moscú 80 y exdirector técnico de la Federación Española de Atletismo, actualmente entrena a María Vicente y Teresa Errandonea.
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