El fuerte ataque del Madrid asusta a la frágil zaga del Barça
Sin Iñigo Martínez ni una buena presión, el equipo azulgrana pierde solidez en defensa
Aunque hay quien asegura en la Ciudad Deportiva del Barcelona que esta temporada Hansi Flick ha comenzado a fruncir el ceño frente a los constantes vaivenes del club, ahora, por ejemplo, el dilatado regreso al Camp Nou, siempre el problema de las inscripciones, el entrenador alemán pasa de los líos en los despachos. Eso es, al menos, lo que subrayan desde la dirección deportiv...
Aunque hay quien asegura en la Ciudad Deportiva del Barcelona que esta temporada Hansi Flick ha comenzado a fruncir el ceño frente a los constantes vaivenes del club, ahora, por ejemplo, el dilatado regreso al Camp Nou, siempre el problema de las inscripciones, el entrenador alemán pasa de los líos en los despachos. Eso es, al menos, lo que subrayan desde la dirección deportiva azulgrana, eterno paraguas del preparador. “No está cabreado con el club, ni tampoco molesto con el tema de los árbitros”, defienden en Sant Joan Despí, después de que Flick fuera sancionado tras sus reiteradas protestas en el último duelo frente al Girona y cediera su protagonismo en la sala de prensa a su mano derecha, Marcus Sorg.
Sí, en cambio, a Flick le inquieta el equipo: las reiteradas lesiones —seis jugadores en la enfermería (Ter Stegen, Joan García, Gavi, Dani Olmo, Lewandowski y Raphinha)—; también los problemas en la zaga, más frágil que la pasada campaña.
Flick se responsabilizó de la recaída de Raphinha. “Echo mucho de menos a Raphinha”, avisó el entrenador la pasada semana. El delantero se lesionó en Oviedo y, cuando se creía que podía reaparecer en el Clásico, se resintió de su problema en el bíceps femoral de la pierna derecha. La ansiedad del alemán por recuperar antes del Clásico a uno de sus jugadores franquicia —el segundo máximo goleador del Barcelona la pasada temporada— terminó por perjudicar al brasileño, y esencialmente al equipo. “Rafa es uno de los mejores socios de Lamine”, advierten desde el entorno del 10 azulgrana.
La ausencia de Raphinha no solo afecta al ataque, sino que condiciona la presión que ejerce el Barcelona en el juego defensivo. Este sábado, en el último entrenamiento antes de viajar a Chamartín, Hansi Flick volvió a insistir en los trabajos de presión. De hecho, hasta realizó un cambio respecto de los últimos partidos. Antes eran los laterales los que saltaban la presión; ahora probó con un sistema diferente: según explican fuentes del cuerpo técnico, Fermín se encargaría de atorar al lateral derecho del Madrid, Ferran y Rashford a los centrales, mientras que Lamine Yamal apretaría a Carreras. “Lamine siempre está motivado. Ganamos los tres partidos contra el Benfica”, explicó Sorg, sobre la pareja de baile del 10, Carreras, hoy en el Madrid, el curso pasado en el Benfica.
El problema de la presión alta condiciona esencialmente a la defensa, una zaga huérfana de liderazgo desde que Iñigo Martínez se marchó a Arabia Saudí. “Cuando no puedes presionar bien, tienes que retrasar las líneas. Las guerras no las ganan los más valientes, sino los más inteligentes”, cuestionan desde el área deportiva la estrategia de Hansi Flick. Entonces no fue casualidad que el segundo ejercicio que ensayó el alemán antes del Clásico, en un entrenamiento fundamentalmente táctico, fuera la salida del balón. “Tenemos que hacer las cosas bien, ejercer presión con y sin balón y subir la línea si es necesario”, destacó Sorg. “Pero”, advirtió, “no cambiaremos nuestra forma de hacer; no nos ayudaría”.
Sin Joan García, el Barcelona sufre para sacar el balón limpio. La respuesta: la pareja de Eric García y Pau Cubarsí, dos especialistas en la salida de la pelota. “En las charlas que tenemos con Hansi, hablamos de que la mejor alternativa era darle continuidad a una pareja de centrales y no cambiar tanto”, destacan desde el área deportiva. Sorg, en cambio, tiene una mirada diferente: “Estaría bien jugar con el mismo once, pero tenemos muchos jugadores, lesiones y partidos. Y a veces hay que cambiar. No es posible jugar con los mismos en 60 partidos”.
Resulta, sin embargo, que el Barcelona se muestra menos fiable en defensa. El curso pasado, por ejemplo, mantuvo la portería a cero en 21 de los 60 partidos (35%); esta campaña, en tres de 12 (25%). El Barça, en cualquier caso, encaja una cifra similar de goles: 1,2 en la última campaña frente a 1,7 en la actual.
El símbolo del contexto azulgrana es Koundé, el curso pasado inamovible, este año preso también de los problemas físicos. “Jules se ha entrenado bien y esperaremos a ver cómo está tras la sesión. Si está, jugará. Tenemos la idea del partido clara”, explicó Sorg. No sería una baja menor la del francés; enfrente se vislumbran Mbappé y Vinicius: “Hemos hablado de los comportamientos de los delanteros rivales; están preparados. Están preparados para Vini y Mbappé”.