

Barça-Olympiacos: El equipo pierde la capacidad para presionar, Flick la compostura
El entrenador alemán fue expulsado por protestar en el último partido del conjunto azulgrana frente al Girona, mientras el equipo pierde la voracidad para recuperar el balón en campo contrario
A Hansi Flick se le conocía como un tipo tranquilo. Y no era una máscara; él mismo se describe como una persona tan exageradamente sosegada que hasta parecía imperturbable. “Cuando entrenaba al Bayern y le ganamos al Barça 8-2”, recordó el preparador alemán, sobre la paliza del gigante de Baviera al equipo de Messi y compañía en los cuartos de final de la Champions League de Lisboa en 2020, “había imágenes mías...
A Hansi Flick se le conocía como un tipo tranquilo. Y no era una máscara; él mismo se describe como una persona tan exageradamente sosegada que hasta parecía imperturbable. “Cuando entrenaba al Bayern y le ganamos al Barça 8-2”, recordó el preparador alemán, sobre la paliza del gigante de Baviera al equipo de Messi y compañía en los cuartos de final de la Champions League de Lisboa en 2020, “había imágenes mías con la misma cara en todos los goles”.
Pero algo cambió desde que se mudó a Barcelona. Un nuevo Flick que desconcierta a Alemania: “Pierde los nervios, protesta con demasiada vehemencia y, en la misma jugada, recibe primero una tarjeta amarilla y luego es expulsado con una doble amarilla”, describió Bild la expulsión del preparador azulgrana frente al Girona el pasado sábado tras protestar y hacer una peineta, no recogida en el acta. A Flick no le mola su nueva piel: “No me gusta verme en la televisión ni que mi nieto me vea haciendo esto; igual debo cambiar mi comportamiento”. Sin embargo, esta renovada personalidad le parece inevitable, espejo, si se quiere, de la turbulenta entidad azulgrana: “No estoy nervioso, pero no tengo las mismas emociones de antes. Ahora tengo otras emociones. Este club me ha cambiado. Me encanta el Barça y Barcelona. Quiero darlo todo. Vivo para el club”.
La pérdida de nervios que describía Bild parte, según él, de su mimetización con el Barcelona y tiene un porqué: la presión de su equipo. La campaña pasada, cuando Flick construyó un equipo tan atractivo como efectivo, campeón de todo en España y semifinalista de la Champions League, los primeros defensores eran sus delanteros. El Barça, por ejemplo, recuperó una media de 10,10 pelotas en zona de ataque en el último año. En este curso esa estadística desciende a 8,10. Es decir, birla una media de dos balones menos por partido. “Es un tema de posicionamiento, de estar bien colocados y de la distancia con el rival...”, razona Hansi Flick. Y añade: “Si estás muy lejos, pierdes porque tienes que correr y le das tiempo al rival, y eso nos mata en defensa. Esto lo tenemos que cambiar”.
Pero la falta de disciplina en la presión no se traduce solamente en la defensa —encaja prácticamente los mismos goles: 1,2 el año pasado, por los 1,18 de este—, sino que especialmente se visualiza en el ataque: el Barça pasa de marcar 2,9 goles por partido a firmar 2,49, y su porcentaje de acierto de cara a portería ha disminuido de 16,8 a 12,2. “La fase defensiva forma parte de todo el equipo. Al final sabemos lo que tenemos que hacer y cuál es el plan del míster. Presionaremos como antes”, avisó Fermín López. Y miró a la enfermería: “Raphinha es muy importante y estamos deseando que vuelva cuanto antes”.
El curso pasado, Raphinha y Lamine, sobre todo el brasileño, saturaban a las zagas rivales, convirtiendo al Barcelona en un equipo tan asfixiante como compacto. “Echo de menos a Raphinha, fue muy importante la temporada pasada. Es fantástico”, insistió Flick. El delantero brasileño se recupera de una lesión muscular y en el Barcelona esperan que pueda recibir el alta médica antes del clásico del domingo. Este martes, sin embargo, frente al Olympiacos en Montjuïc (18.45, Movistar), no estará. Tampoco Ferran Torres. “Sabemos que Lamine va a presionar cada vez menos; por eso es importante que jueguen Rafa y Ferran, que corren a todas”, explica uno de los defensores del Barcelona a este periódico.
Este lunes, mientras Ferran y Raphinha trabajaban en el campo adjunto al Tito Vilanova —centro de entrenamiento del primer equipo en la Ciudad Deportiva Joan Gamper—, Flick mandó a sus colaboradores a hablar con los extremos. Es indispensable para el técnico, según explican desde el área deportiva, que el Barcelona recupere la intensidad por las alas. Una característica que no es precisamente la principal virtud de Rashford, por supuesto también aleccionado por uno de los asistentes del preparador azulgrana durante el último entrenamiento antes de recibir al Olympiacos. “Cuando no tiene el balón, es un drama”, señalan las mismas fuentes de la zaga. Flick, en cambio, valora el esfuerzo del delantero inglés: “Es una buena opción que juegue de 9, pero también lo podemos colocar de 11. Cuando pensamos en él, sabíamos que era polivalente. Ha mejorado mucho. Tiene muchas cosas positivas”.
El Barça pierde la voracidad para presionar; Hansi Flick, su impasible calma. Y el técnico no está a gusto. No parece que sea el Olympiacos el equipo que agudice la turbación del alemán; el problema es que el próximo domingo el Barcelona visita el Santiago Bernabéu.
Clasificación
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
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14
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3 | 2 | 1 | 0 | 1 |
15
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3 | 2 | 1 | 0 | 1 |
16
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3 | 2 | 1 | 0 | 1 |
17
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3 | 2 | 1 | 0 | 1 |
18
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3 | 2 | 1 | 0 | 1 |
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
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27
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1 | 2 | 0 | 1 | 1 |
28
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1 | 2 | 0 | 1 | 1 |
29
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1 | 2 | 0 | 1 | 1 |
30
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1 | 2 | 0 | 1 | 1 |
31
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1 | 2 | 0 | 1 | 1 |