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Flick sobre Lamine Yamal: “No sé si estará para el clásico”

El entrenador del Barcelona mantiene el foco en el 10 e intenta rebajar la tensión con De la Fuente

El protagonismo en el Barcelona hace tiempo que es patrimonio de Lamine Yamal. Y parece que ya no lo es solo en el campo. El nombre del 10 salta de la boca de De la Fuente a la de Flick, pasando por las de Joan Laporta y Rafael Louzán, a veces intentando cuidar las relaciones entre Federación y Barcelona, otras no, ya sin importar si se habla de fútbol, de lesiones o de egos. “Todos hablan de Lamine, pero para defender sus propios intereses. Nadie piensa en el jugador. Y solo tiene 18 años”, analizan desde el entorno de Yamal. Sin paz mediática, Lamine desconoce cuándo podrá volver a jugar.

“No sabemos cuándo volverá... Con esta lesión no es fácil, no es una lesión muscular”, se arrancó Hansi Flick sobre la pubalgia de Yamal. Y continuó: “No sabemos si estará en dos, tres o cuatro semanas. No sé si estará para el clásico [26 de octubre]. Hay que gestionar los minutos. Trabajará con el equipo de recuperación. Irá paso a paso. Ya veremos cómo evoluciona. Hemos hablado con él esta mañana y le decimos cómo podemos ayudarle. Todo el mundo sabe de su calidad, pero es mi responsabilidad darle la carga de minutos cuando vuelva. Si los jugadores no están al cien por cien, se centran en sus puntos fuertes, y con el balón es increíble, pero también hay que estar bien sin balón. Hay que gestionar bien los minutos”.

Después de un verano agitado públicamente, desde sus vacaciones con Neymar hasta su ruidosa fiesta de cumpleaños, Lamine Yamal comenzó la temporada como terminó la anterior: dueño del equipo de Hansi Flick. Con un premio extra: ahora portaba el dorsal 10. La responsabilidad no le pesó; al contrario. Sin embargo, en el primer parón de selecciones saltó una alarma, primero en el Barça, después entre el Barcelona y la Federación.

Antes de marcharse a la fecha FIFA de septiembre, el Barcelona empató en Vallecas. “Los egos matan el éxito”, sentenció Flick. “No creo que tenga que ver con nada de eso; tiene que ver con que no fue nuestro partido”, le contestó Lamine, ya vestido con el chándal de España. Sabía, en cualquier caso, que las palabras del alemán no lo tenían como destinatario, como en cambio sí apuntaban a Raphinha y Dani Olmo. Flick sí tenía unas palabras para Lamine: “Es excepcional, pero hay otros jugadores excepcionales en el equipo. Tiene que centrarse en esforzarse mucho”.

A Flick le preocupa el poder sin techo de Lamine, capaz de decidir cuándo y cuánto juega, no importa si va vestido de azulgrana o de rojo. Y fue, según el alemán, tras una carga de minutos excesiva en aquel parón de selecciones de septiembre cuando el cuerpo de Lamine dijo basta. Flick, entonces, cuestionó a la Federación: “Esto no es cuidar a los jugadores”. Y De la Fuente, a la primera oportunidad que tuvo, se la devolvió: “Es un exseleccionador; me sorprende que no tenga esa empatía”.

En medio, entonces, aparecieron las instituciones. Ni en los despachos del Camp Nou ni en los de Las Rozas les interesa romper relaciones. Pero sí cuidar sus intereses. Así lo demostró este viernes la Federación cuando convocó a Lamine, a la espera de que el Barcelona dijera oficialmente que el jugador estaba lesionado.

“El Barcelona es un gran club y nosotros estamos coordinados con el club, y no hay que darle más bombo a este tipo de polémicas, solo la dimensión justa que tiene. Si hay ese parte médico, hay que valorarlo como merece. Lo importante es que somos número uno del ránking mundial en fútbol masculino y femenino. Me gusta que haya buen ambiente y que haya paz”, expuso Louzán, presidente de la RFEF. Flick, esta vez, intentó seguir los consejos del Barça y apostar por un mensaje conciliador. Y lo hizo, pero a medias.

“No me arrepiento de lo que dije. Quería proteger a mis jugadores; era mi manera de decir que parásemos. Fue mi forma de actuar. Pero es agua pasada. Ahora hay que centrarse en el presente y en el futuro. Pero es algo ya del pasado. Lo importante es gestionar la situación juntos: clubes, selección...”, apuntó el preparador azulgrana antes de viajar al Sánchez Pizjuán (este domingo, 16:15, Movistar), para después mandar un mensaje de advertencia, tras la convocatoria de Bernal con la sub-21: “Es una situación difícil. No está listo como para jugar muchos minutos. Viene de una lesión grave de más de un año. No está al cien por cien. No está al nivel físico de antes de la lesión. La Federación debería tener cuidado y cuidarle”. El jugador fue después desconvocado por “molestias físicas”.

Mientras el Barcelona y la Federación buscan fortalecer las relaciones institucionales, ambos hablan de Lamine Yamal. Lo que no está claro es si buscan cuidarlo o —lo que es más difícil— si él deja que lo hagan.

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