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Xabi Alonso asume el desastre del Real Madrid: “No hay excusas, no hemos competido, hay que ser autocríticos”

El técnico blanco insiste en que su equipo está construcción: “Lo importante es cómo reaccionamos”

Xabi Alonso tuvo prisa por irse del Metropolitano después de una tarde espantosa del Madrid. El técnico, eso sí, no escurrió el bulto, asumió el encuentro desastroso de su equipo y reclamó un ejercicio profundo de autocrítica. Primera cita de colmillo de la temporada para los merengues y un revolcón de los que dejan huella. “No hay excusas, nos ha faltado una marcha. Fue una derrota merecida y hay que ser críticos con nosotros mismos. Nos han penalizado merecidamente”, reconoció el vasco en una comparecencia que trató de ser todo un acto de contrición.

El Madrid había recibió cuatro goles en los siete partidos previos al Metropolitano y se marchó de la guarida atlética con cinco. Un repaso que no fue un alarde de puntería rojiblanca, sino la traducción de un tornado que arrasó a los muchachos de Xabi Alonso. Trece tiros de los locales por seis de los visitantes, cuyo gran mérito fue meter gol en sus dos únicos disparos a portería. Todavía se puso 1-2 al borde del descanso, sin embargo, nada pudo rescatar a una escuadra superada en cada centímetro. Xabi terminó con Rodrygo, Vinicius, Mastantuono, Gonzalo García y Mbappé sobre el campo, pero nadie encontró la manera de penetrar en los muros del ejército de Simeone. El pelotazo final de Mastantuono al público simbolizó la enorme frustración blanca. “Nos viene bien para ver que no todo es de color de rosa”, sentenció Carvajal, que se retiró con molestias en el sóleo derecho.

Hubo mucho, o casi todo, malo en el partido del Madrid, pero para Xabi lo más doloroso resultó la incapacidad de los suyos para competir. “Nos ha faltado esa intensidad. No hemos competido al nivel que requieren estos partidos y estos rivales, y debemos subir el nivel. Es lo que nos toca”, afirmó. “No hemos estado al nivel que podemos estar con y sin balón. Éramos perdedores de los duelos y con la pelota tampoco fluía el juego. Ellos nos atraían y nos jugaban rápido en largo. No hemos ganado ni el primer ni el segundo duelo. Nos faltaba ritmo en todo”, continuó Xabi en su exposición de los abundantes errores que cometió su equipo, que además sufrió la lesión en el tobillo izquierdo de Militão, dañado cuando le sacó una pelota abajo a Sorloth en pleno aluvión de arranque del Atlético.

El colapso alcanzó tal dimensión que al entrenador tolosarra solo le quedó apelar a la necesidad de sacar enseñanzas y al mensaje que no deja de repetir en estos primeros meses: su Madrid está en construcción. “Hay que sacar conclusiones para el futuro porque seguro que nos pueden servir. Igual es un daño positivo para lo que viene. Seguro que vamos a aprender. No olvidaremos esta derrota dura, sacaremos cosas. Esto es un proceso de construcción, nos encontramos en una fase de ir progresando. Y dentro del progreso, hay días duros. Esto es el deporte, esto es fútbol. Cómo reaccionamos va a ser lo importante, en el siguiente partido, cuando tengamos un rival potente como el Atlético. Eso nos va a decir mucho de cómo somos capaces de crecer. No seríamos inteligentes si no somos capaces de sacar lo positivo”, desarrolló Xabi.

De inicio, recurrió a Jude Bellingham, que apenas sumaba 20 minutos contra el Espanyol y Levante cuando ambos encuentros ya estaban decididos, y sentó a Mastantuono. Desde el primer segundo, los males del nuevo Madrid recordaron a los que heredó Alonso en junio. Desbordado en los duelos y nadie al volante en el centro del campo frente a la fogosidad atlética. Ni el inglés ni Tchouameni ni Valverde hilvanaban pases, un asunto que tampoco sorprendió. El único que sacó a los blancos durante un rato del tornado local fue Arda Güler, que partía desde la derecha que había dejado libre el argentino. Todo lo que construyó el conjunto visitante en la primera parte pasó por las botas del turco: pase filtrado a Mbappé para el 1-1, remate al centro de Vinicius para el 1-2 y tiro alto desde la frontal. Una actuación clínica más que desbordante que dejó el único momento de alivio de los blancos. Muy insuficiente en una tarde que dejó una lista de deberes demasiado amplia en Valdebebas.

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