Simeone: “Los goles de ellos son detalles que deciden eliminatorias”
El técnico del Atlético considera que su equipo reaccionó bien al tanto de Rodrygo, pero que estuvo poco contundente para evitar los remates del brasileño y de Brahim


Una genialidad de Julián Alvarez permitió al Atlético salir del Bernabéu con la sensación de que la eliminatoria está en el aire y se decidirá en el Metropolitano. Un tanto de superclase que acompañó los mejores momentos de juego de los rojiblancos. “Fue un partido muy táctico, ellos empezaron mejor, hicieron un gol que nosotros pudimos resolver mejor. El gran mérito fue no bajar los brazos y no entrar en el miedo escénico por haber encajado un gol tan temprano”, analizó Diego Pablo Simeone en los micrófonos de Movistar.
Pasada la efervescencia del madrugador golazo de Rodrygo y el daño psicológico que le causó, el Atlético comenzó a esconderle la pelota al Real Madrid. Cedió campo el equipo de Ancelotti y permitió que los futbolistas de Simeone comenzaran a sentirse cómodos. En la banda, Simeone ordenaba cabeza y toque mientras su equipo comenzaba a sentirse amenazante. El equipo se hizo con la pelota y nos fuimos con un primer tiempo bien entendido. Empezamos igual el segundo tiempo, pero una gran jugada de Brahim fue el segundo gol”, lameó Simeone. Los dos tantos del Madrid fueron evitables, según el preparador rojiblanco. “Los dos goles de ellos fueron detalles importantes que han puesto la eliminatoria a favor de ellos”, se quejó el Cholo. Un pase paralelo a la línea de gol de Giuliano que interceptó Valverde cuando Lino se disponía empujarlo fruestó al preparador argentino. También se frustró Simeone con un disparo franco de Barrios que se fue alto. En ese control del juego y del partido estaba el Atlético cuando Julián Alvarez picó un desmarque al costado izquierdo del área. Allí se midió con Camavinga, al que le rebañó la pelota en el regate que se le quedó a medias y pisó área. Fue el momento que distingue a los buenos de los grandes jugadores. Julián Alvarez hizo lo impensable. Se jugó un golpeo de empeine total que dibujó una violenta curva. La pelota entró tras superar el estético vuelo de Courtois y pegar en el palo por dentro.
Simeone no pudo ocultar la admiración que le produjo el derechazo de su compatriota. Parecía no dar crédito por sus gestos al tanto que se había inventado de la nada su delantero fetiche. Ya había sido el primero en avisar en un pase corrido que le puso De Paul para que corriera la banda.
El tanto de Julián Alvarez culminó la composición de un equipo que había encajado un gol antes de que se cumplieran los primeros cinco minutos de juego. El tanto retrató la debilidad defensiva que padece el Atlético en el flanco izquierdo de su defensa. Galán vio cómo Valverde le buscaba la espalda para poner en velocidad a Rodrygo. El brasileño superó a Galán en velocidad, se saltó a Lenglet echándose la pelota larga y reventó a Oblak con una rosca cruzada.
Los rivales conocen el punto débil de la defensa rojiblanca y lo explotan con descaro. Ahí tiene un problema Simeone. Apuesta por Galán por la profundidad que le da, pero la apuesta es arriesgada cuando enfrente hay jugadores que marcan la diferencia con habilidad y velocidad como Rodrygo. En el partido de Copa ante el Barcelona, Lamine Yamal y Koundé también hicieron mucha pupa al Atlético por el flanco de Galán.
Tardó veinte minutos el equipo de Simeone en agarrar de verdad el partido. “Lo mejor que tuvimos fue la reacción al primer gol”, abundó Simeone Lo hizo cuando De Paul empezó a marcar los tiempos. En ese crecimiento del Atlético sorprendió la aciaga noche de Griezmann. Fue intrascendente entre otros motivos por su empeño en jugar hacia atrás. Le faltó atrevimiento al francés para afilar algún pase interior. Recibió unas cuantas veces detrás de Tchouameni y Camavinga, pero no se decidió a girarse para desesperación de su entrenador.
En general, mientras el partido fue suyo, el Atlético dio la sensación de tener más control que intenciones de finiquitar a su rival. Simeone aplaudía en la banda las largas posesiones de su equipo. El preparador argentino se fue satisfecho al descanso. Había logrado que el Madrid no corriera a la contra, pero también se encontró con que el equipo de Ancelotti tampoco desguarneció sus espaldas y no permitió contragolpes. “Nos faltó sacar más provecho del control del juego que tuvimos. Ellos lo hicieron bien con Vinicius y Mbappé replegando para luego intentar salir a la contra y ahí son peligrosos”, advirtió Simeone.
Con la misma sensación de verse superior con la pelota, el Atlético se plantó en el segundo tiempo. Sucedió que el tanto de Brahim le hizo más daño que el de Rodrygo. “El segundo gol dio paso a otro partido en el que o te arriesgabas a una contra o tratabas de empatar sin descuidar la defensa”, explicó el técnico rojiblanco. Le costó rehacerse a los rojiblancos de ese golpe. Simeone volvía a pedir cabeza mientras elucubraba una batería de cambios que daba a entender que el 2-1 no era un mal resultado. La entrada de Le Normand por el gris Griezmann fue significativa al respecto. Los cambios posteriores, que dieron paso a Sorloth y a Correa esta vez no fueron determinantes como en otras ocasiones. Corría el reloj sobre el minuto 90 y Simeone ya le pedía a Oblak que retrasara el saque largo. Tenía tantas ganas de que acabara el partido el técnico argentino que enfiló el camino del vestuario antes de tiempo creyendo que el colegiado había señalado el final. Tuvo que volver para asistir a una última jugada antes de volver a alcanzar la bocana del túnel con el alivio de que su equipo sigue vivo con vistas al duelo del Metropolitano la próxima semana.