El Valencia asoma fuera del descenso

El Villarreal jugaba con el Valencia. Dominaba el marcador (1-0) y el campo. Lo tenía todo a favor para rematar a un rival que aún habitaba en la zona de descenso. Pero no lo hizo y en la recta final del partido Umar Sadiq marcó el gol del empate y arañó un punto que permite al equipo de Carlos Corberán dormir fuera de los puestos de descenso.

Otro resultado positivo para el nuevo técnico del Valencia, que ya suma tres jornadas invicto, todo un tesoro para el conjunto blanquinegro, que salió a La Cerámica a no arriesgar, con una línea de cinco defensas por detrás de otra de cuatro en el centro del campo, diez jugadores en los últimos 25 metros, y mucha fe en que eso pudiera valerle.

Pero el Villarreal no tardó ni 20 minutos en hacer un diagnóstico certero. Marcelino tenía claro el plan para derribar esa doble muralla: buscar combinaciones en las bandas que le permitieran encontrar ventajas en el área. Era cuestión de paciencia. Mientras tanto, Pape Gueye se iba agigantando. El francés nacionalizado senegalés primero se hizo el dueño del centro del campo y después se lanzó a morder el área del Valencia. Después de una bonita pared, enganchó un disparo seco como un hachazo que Mamardashvili ni olió.

Tras el gol, el Villarreal se replegó para coger algo de aire, pero luego sus jugadores salían como flechas, con sus delanteros atacando de memoria para combinar por las bandas y meter balones envenenados al área. Corberán acabó adelantando a Luis Rioja, su principal argumento defensivo, y ahí el fino Álex Baena se encontró una autopista para hacer sus diabluras. Pero no sentenció el Villarreal y el Valencia se le subió a la chepa. Tanto que incluso logró el empate.

Corberán fue metiendo la calderilla que le ha regalado la dirección deportiva: Umar Sadiq, Iván Jaime y hasta Rafa Mir. El técnico tiene claro que debe jugar con las cartas que tiene. Protestar solo es perder energía y bajo esa premisa va empujando al Valencia hacia arriba. Esta noche dormirá feliz y tranquilo, fuera de los puestos de descenso por primera vez desde el 28 de septiembre, aunque aún queda mucho camino por recorrer.

El Villarreal se marchó con la sensación de haber menospreciado a un Valencia en crecimiento. Un equipo, este de Corberán, que acabó silenciando a una afición que durante algunos minutos le pinchó con una frase: “El año que viene, Valencia-Castellón”.