La pesadilla de Dani Olmo
Después de cuatro meses en los que el Barcelona no cumple con las promesas al jugador para la inscripción de su contrato, Laporta contrataca: “Toda esta situación se podía haber evitado si se hubiera aplicado la normativa correctamente”
Se supone que el olvido es la antítesis del aprendizaje. Y Dani Olmo vive en una contradicción: necesita olvidar, pero también aprender. Tiene que borrar de su memoria las promesas incumplidas de la directiva para poder desplegar su fútbol, pero también recordarlas para no volver a caer en su trampa. La inscripción de su contrato, solucionada con retraso gracias a la medida cautelar d...
Se supone que el olvido es la antítesis del aprendizaje. Y Dani Olmo vive en una contradicción: necesita olvidar, pero también aprender. Tiene que borrar de su memoria las promesas incumplidas de la directiva para poder desplegar su fútbol, pero también recordarlas para no volver a caer en su trampa. La inscripción de su contrato, solucionada con retraso gracias a la medida cautelar del Consejo Superior de Deportes (CSD) el 8 de enero, mientras el Barcelona viajaba en autobús para disputar la semifinal de la Supercopa ante el Athletic, lo había mantenido en vilo desde el 1 de enero. En realidad, su angustia había comenzado mucho antes.
“Si observas los últimos partidos de Olmo, te das cuenta de que no lo estaba pasando bien”, comentó un directivo del Barcelona. En los primeros siete partidos marcó seis goles y dio una asistencia. En los últimos ocho, se quedó mudo: ni dianas ni pases de gol. “No era justo lo que estaba pasando con Dani. Le hicieron eso a él, que era el fichaje estrella del club”, subrayaba un compañero de Olmo en el Barcelona.
Cuando el dorsal 20 firmó su contrato por seis temporadas con la entidad azulgrana, se le aseguró que su inscripción no sería un problema. No era un tema menor para Olmo, quien, después de convivir un mes en Alemania con Iñigo Martínez durante la Eurocopa, conocía de primera mano la incertidumbre que vivió el central vasco con su inscripción en la campaña 2023. Entonces sucedió algo inédito hasta ese momento: LaLiga inscribió solo un año de los dos que tenía su contrato.
“No te preocupes. Lo del fair play se solucionará”, le aseguraban desde el Barça a Olmo. Sin embargo, el día en que el jugador tenía que firmar su contrato, ya con toda su familia en los despachos del Camp Nou y la camiseta con el dorsal número 20 en sus manos, le informaron que no podrían inscribir los seis años pactados, sino solo uno. Una solución calcada a la de Iñigo Martínez: la desprolijidad que Olmo quería evitar.
Los abogados del jugador pactaron una cláusula según la cual quedaría libre si el Barça no lograba inscribirlo en LaLiga. Desde la cúpula insistían: “Tranquilo, se solucionará”. Pero no fue así. El Barça no obtuvo el visto bueno de la patronal, y la inscripción de Olmo se resolvió de manera provisional, hasta el 31 de diciembre, gracias a la lesión de larga duración de Christensen.
“No estamos en la regla del 1:1 porque no queremos”, anunció Laporta pocos días después, mientras al jugador le aseguraban que, con el nuevo contrato de Nike, el Barça regularizaría su situación con LaLiga. Tampoco sucedió. Fue entonces cuando Olmo entró en alerta. Sin respuesta del club, el 20 de diciembre solicitó una reunión con la cúpula. Sin claridad en las explicaciones, nueve días más tarde pidió otra reunión, esta vez con la presencia de Flick y Deco. “No te preocupes”, le dijeron de nuevo.
Llegó el 31 de diciembre y los documentos presentados por el Barça no fueron suficientes para LaLiga. Entonces, las promesas del Barcelona quedaron desnudas, y Olmo, sin licencia. “Ha sido una pesadilla. La comunicación no era clara y la confusión era constante”, resumían desde el entorno del jugador. Un entorno que sufría en silencio, mientras el nombre de Olmo copaba la prensa deportiva. “El caso Olmo por aquí, el caso Olmo por allá”, se quejaban las mismas fuentes.
El vestuario azulgrana no tardó en defender a su compañero: “Viendo la situación de Olmo, si estuviera en otro club me pensaría dos veces antes de fichar por el Barça”, soltó Raphinha, después de que LaLiga y la Federación negaran la licencia al dorsal 20 azulgrana.
El CSD, en su búsqueda de “proteger los derechos de los deportistas”, concedió la cautelar y Olmo recuperó la licencia, junto con su alegría. “Toda esta situación se podía haber evitado si se hubiera aplicado la normativa correctamente”, protestó Laporta este sábado, antes de enfrentarse al Madrid.
Flick, en cualquier caso, mantendría a Gavi en el once. Es decir, que Olmo comenzaría el clásico en el banquillo. “Ahora tengo que coronar esto con un gol el domingo”, celebró el futbolista. Sabe que necesita olvidar “la pesadilla” para recuperar su fútbol, pero también sabe que debe recordarla para protegerse de las promesas incumplidas del Barcelona.