Carlo Ancelotti: “No hay que ocultarlo: es una decepción”

El técnico del Real Madrid resuelve con preocupación su segunda goleada consecutiva ante el Barcelona con un 2-9 global en favor de Hansi Flick que supera el récord azulgrana en los clásicos hasta hoy en poder de Guardiola (2-8)

Ancelotti, junto a Mbappé, tras perder la final de la Supercopa ante el Barcelona.Stringer (REUTERS)
Real Madrid RMA
2
Kylian Mbappe 4', Rodrygo 59'
Barcelona BCN
5
Lamine Yamal 21', Lewandowski 35' (p), Raphinha 38', 47', Alex Balde 54', Szczesny 56'
Finalizado

Carlo Ancelotti acumula 18 clásicos: nueve victorias y nueve derrotas, aunque pocas tan dolorosas como las dos últimas, precisamente las primeras de Hansi Flick en el banquillo del Barcelona: 0-4 en el Bernabéu y 2-5 en la final de la Supercopa. Es la primera vez en la historia que el Barcelona anota, como mínimo, cuatro goles en dos clásicos consecutivos, un registro único para el técnico alemán que supera la marca de Pep Guardiola (un global de 2-8 en sus dos primeros enfrentamientos frente al Madrid como entrenador).

“No hay que ocultarlo: es una decepción. Hemos defendido mal, y eso nos ha perjudicado. Ellos encontraron los goles de manera demasiado sencilla”, declaró el técnico italiano en la flash interview.

En la sala de prensa, su discurso no cambió, al contrario lo profundizó: “No trabajamos bien ni a nivel colectivo ni individual”. A diferencia de la goleada sufrida en el Bernabéu, en la que Ancelotti rescató aspectos positivos de su equipo—”El marcador no refleja lo que ocurrió. La primera parte me gustó, tuvimos intensidad”, había analizado—, de Yeda se marchó sin atenuantes: “No me quedo con nada”, resolvió Ancelotti.

Domingo gris para el Madrid: perdió la Supercopa, también el primer puesto en LaLiga tras la victoria del Atlético sobre Osasuna. “Alguna vez teníamos que perder una final, ¿no?”, le soltó, en broma, Florentino Pérez a Modric, mientras recogían las medallas.

La jornada fue todo lo contrario para el Barcelona. Después de días tan caóticos como tristes para el vestuario, los jugadores encontraron alivio en el primer título de la era Flick: la 15ª Supercopa de España para sus vitrinas y el título número 100 en la historia del club. “El partido que habíamos jugado en Madrid”, recordó Flick, “nos dio confianza para saber que podíamos ganar este tipo de encuentros. Hoy lo volvimos a demostrar, sobre todo por cómo reaccionamos a su primer gol”.

El Madrid y el Barcelona suelen cobrar alrededor de tres millones de euros por sus partidos amistosos de pretemporada, pero por aceptar jugar la Supercopa en Arabia se embolsaron siete y ocho millones, respectivamente, con un millón adicional para el campeón. Ni siquiera el hecho de sentirse visitantes en Yeda —donde las gradas, más allá de las clásicas túnicas blancas de los hombres en Arabia, se vistieron mayoritariamente con los colores del Real — sofocó la energía de los azulgranas. “Hemos aplicado bien el plan de partido, igual que en el Bernabéu. Teníamos que presionar, porque si les das espacio, te hacen daño. Sabíamos que íbamos a ganar”, explicó Koundé.

La seguridad del Barça contrastaba con la del Madrid, ajenos en la primera parte al plan de partido de Ancelotti. “En el entretiempo”, explicó Ancelotti; “les pedí que intentaran jugar al fútbol. En la primera parte, no lo habíamos hecho. Habíamos pegado balones largos y no era la idea. La idea era jugar. Se pueden perder partidos, pero no de esa manera”. Ni la expulsión de Szczęsny le dio alas al Madrid. “Nos quedamos con uno más y no pudimos crear situaciones. Estoy dolido por el partido al completo”, cerró Ancelotti. “Después de la expulsión nos reunimos y dijimos que íbamos a sufrir y nos iba a tocar trabajar”, contó Koundé. Y Flick remató: “Tenemos que jugar como un equipo y hoy lo hemos hecho”.

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