Un Barcelona desbocado en Belgrado golea al Estrella Roja

El líder de la Liga corre disparado hacia la zona noble de la Champions después de una autoritaria victoria en el pequeño Maracaná de Belgrado. Los azulgrana finiquitaron a la salida del descanso un partido que habían dejado en suspenso por una desacostumbrada generosidad en las áreas: no fueron infalibles en la suya a la hora de tirar el fuera de juego y les tembló el pulso en la contraria cuando jugaban para rematar al Estrella Roja. La pelota no paró de girar en la reanudación hacia la meta de Ilic desde la bota de Koundé para deleite de Lewandowski. El ariete firmó dos goles y falló dos más con el 5-1. Ya son 19 en total para el polaco por 55 de un equipo que cuando no marca se sospecha que se ha salido del manual de Flick.

Ningún club se ausculta como el Barça y la última media hora del derbi, un partido resuelto en media hora, fue sorprendente porque los azulgrana se desconectaron en Montjuïc. Aquel equipo intenso y enfocado a la portería contraria desde el inicio hasta el final de cada partido dejó de presionar, perdió el balón y concedió alguna ocasión al Espanyol. Había por tanto expectación por saber cómo reaccionaría en Belgrado. Aunque todavía no se sabe qué se le puede exigir ni a qué puede aspirar, el Barcelona es ya esclavo de resultados como el 4-1 ante el Bayern. Los azulgrana recuperaron la tensión competitiva y la voracidad contra el Estrella Roja y respondieron con un 2-5 con una alineación parecida a la que tumbó al Espanyol.

El reto inmediato de Flick, un entrenador que se esmera en mejorar a titulares y suplentes, es ganar para la causa a De Jong, un futbolista difícil de clasificar en el universo Barça desde su llegada en 2019. El holandés, que se estrenaba como titular, necesita minutos de la misma manera que conviene regular los esfuerzos de Olmo, un centrocampista tan exquisito como delicado, y hay que tener cuidado con Balde, sustituido por Gerard Martín. Únicamente dos cambios respecto a la formación del pasado domingo, la mejor manera de respetar a la competición y al rival, líder indiscutible de su liga y con cero puntos en la Champions.

Los azulgrana tomaron el balón y empezaron a mascar la jugada para encontrar espacios en la defensa de hasta diez futbolistas del Estrella Roja. El equipo de Milojevic aguardaba en su cancha a la espera de armar una transición o conectar con el gigante Ndiaye. El gol, sin embargo, llegó a balón parado, una suerte tan ensayada como solvente en el plantel de Flick. Raphinha botó una falta lateral e Iñigo Martínez cabeceó a la red de Ilic. Los barcelonistas volvían a ser eficaces por un momento en las dos áreas después que la táctica del fuera de juego hubiera servido previamente para invalidar una llegada de Elsnik, que remató a gol ante el jolgorio del Rajko Mitic.

La afición no paraba de cantar en el pequeño Maracaná y se inflamaba cada vez que comparecía Ndiaye. El poderoso ariete braceaba en la frontal del área y descargaba la pelota para sufrimiento del Barça. El senegalés acabó por filtrar una pelota y Silas cogió la espalda de la defensa adelantada de los azulgrana para poner el 1-1. Gerard Martín, el lateral zurdo suplente, quedó enganchado a la hora de tirar la línea y habilitó a Silas. El error descentró a los barcelonistas después de que Raphinha, asistido por Lamine, hubiera perdonado el 0-2. A los muchachos de Flick les fallaba el pulso por un día, imprecisos en el achique y también en el remate, hasta que acertó Lewandowski.

El ariete, torpe ante el portero, cazó después la pelota escupida por el poste a tiro de Raphinha, habilitado por una excelente conducción y asistencia de Pedri. Lewandowski perdonó el 1-3 en un tiro que era gol o gol en el área pequeña de Ilic. El delantero se resarció acto seguido cuando empujó con el muslo un centro de Koundé. El lateral se convirtió en la figura después de facilitar el 1-4 a Raphinha y el 1-5 a Fermín.

La ambición barcelonista arrambló a un Estrella Roja que solo encontró alivio con un segundo gol cuando el Barça actuaba con un equipo plagado de canteranos, sin el central Cubarsí, que se tuvo que retirar con una mandíbula rasgada por una entrada de Spajic. Flick pudo rotar con los cambios y dar descansos a jugadores como Raphinha, omnipresente desde una posición más centrada que de costumbre, rasgador de la zaga del Estrella Roja.

El brasileño sobresale con Flick. El técnico despierta al equipo cuando se distrae como pasó en el derbi y con el 1-1 en Belgrado. Intervino en el descanso y el Barça resolvió la cita con un festival de fútbol y de goles en un estadio de gran recuerdo azulgrana desde la célebre picadita de Maradona el 20 de octubre de 1982. El Pelusa marcó dos goles y el partido acabó: 2-4. El Barcelona ganó ayer por 2-5 con un festival colectivo culminado por Lewandowski, Fermín, Raphinha e Iñigo Martínez.