El Girona afronta un debut histórico en Champions con un equipo que aún busca cohesionarse
Míchel, que cuenta este curso con once jugadores nuevos que tiene que ensamblar, se enfrenta al PSG en el Parque de los Príncipes
Cohesión. Conexión. Construcción. Un sistema nervioso que se vertebra por todo el campo hacia el rival sin compasión. Eso era el Girona la temporada pasada, un modelo que Míchel confía en repetir este curso. En verano, el club no pudo retener a más de una decena de jugadores, en un mercado “complicado” y “largo”, en palabras de Quique Cárcel, con algunas bajas que desmembraron por completo a un equipo que se ha rehecho con jugadores jóvenes de futuro que neces...
Cohesión. Conexión. Construcción. Un sistema nervioso que se vertebra por todo el campo hacia el rival sin compasión. Eso era el Girona la temporada pasada, un modelo que Míchel confía en repetir este curso. En verano, el club no pudo retener a más de una decena de jugadores, en un mercado “complicado” y “largo”, en palabras de Quique Cárcel, con algunas bajas que desmembraron por completo a un equipo que se ha rehecho con jugadores jóvenes de futuro que necesitan tiempo para adaptarse. Al frente, el técnico tiene las ideas claras, con su juego de autor, y deberá encontrar métodos y rutinas para ligar los nuevos fichajes y acostumbrarlos y asentarlos junto a los más veteranos. Encontrar la colectividad mientras disfrutan es el objetivo en su histórico debut en la Champions. Este miércoles aterrizan contra uno de los gigantes de Europa, el PSG, en el Parque de los Príncipes (21.00, Movistar).
“Nuestra idea es la Liga, y luego hacerlo lo mejor posible en Champions. Queremos hacer las cosas bien y lo haremos. Si hay una derrota no tendré una mala sensación, iremos al siguiente partido y dejaremos atrás la Champions”, compartió el entrenador vallecano en la previa, a quien elogió antes Luis Enrique: “Soy fan de Míchel. Es uno de los equipos más divertidos de ver”. El ritmo vertiginoso de la élite, con tres partidos por semana, se mece sobre ellos. No asusta al entrenador: “Estamos preparados para competir cada tres días, sabiendo que la Liga nos tiene que dar equilibrio y seguridad como club, donde tenemos que poner todas las soluciones posibles para crecer”. La afición deberá mantener la calma, y madurar el éxito para no ser víctima de él.
El gran éxodo de jugadores, con algunas bajas muy sensibles como las de Artem Dovbyk, Savinho, Aleix García, Yan Couto o Eric García, obligo al Girona a reforzarse, renovando la plantilla con un grupo más joven, pero que aún tiene que trabajar para encontrar las conexiones del planteamiento de Míchel que los más veteranos ya conocen. Como pasó el domingo contra el Barcelona, con la asistencia de Portu y gol de Stuani, el único para los de Montilivi. “Son dos jugadores que tienen el alma de aquí, y lo tienen interiorizado”, explicó el técnico tras el partido. “Para nosotros es el mejor entrenador que podríamos tener. Llevamos mucho tiempo trabajando juntos. Todo lo que se ha conseguido en este tiempo es porque ha sabido sacar el mejor rendimiento a cada futbolista”, explicó Stuani en la previa.
“Tenemos muchas cosas positivas y de crecimiento. Seguiremos trabajando para que florezcan en el día a día y para que la competición nos dé buenos momentos”, aseguró Míchel antes del encuentro contra el Barcelona. En verano llegaron 11 nuevos jugadores, con una media de edad de 24 años, teniendo en cuenta la cesión de Oriol Romeu, que ya conocía al equipo. Aunque hay otros futbolistas —algunos del filial, pero con minutos en el primer equipo— que ya formaban parte del club y que su edad es inferior: Arnau Martínez (21), Raúl Martínez (22), Antal Yaakobishvili (20), John Solís (19) o Jastin García (20).
“Son jugadores muy jóvenes. Si pudiéramos comprar gente de 60 millones podríamos darles y exigirles rendimiento desde el primer momento. Aquí estamos en crecimiento, y queremos hacerlo con el talento que tenemos. Entiendo que la gente pide resultados, pero sabemos muy bien lo que hacemos. Ellos, acompañados de Stuani, Juanpe, Juan Carlos, Portu… nos van a llevar a que el Girona siga creciendo de verdad”, compartió Míchel. “Uno de los grandes objetivos es reinvertir el dinero en talento joven y asegurar la continuidad de jugadores importantes. Hemos podido crear patrimonio como hace años que estamos haciendo”, compartió Quique Cárcel. Unas piezas que todavía están encajando, pero que desde el club esperan que funcionen. “Hay que conectar y lo haremos”, aseguró el entrenador hace tres semanas tras la derrota contra el Atlético de Madrid.
El club trata de no ser víctima de su éxito la temporada pasada. “Calma. Vivir del recuerdo está muy bien, pero nos toca seguir creciendo”, transmitió Míchel. Este curso, octavos en liga, acumulan ocho goles en contra y a favor en dos partidos ganados, uno empatado y dos perdidos. Registros diferentes a los del año pasado: en la misma jornada tan solo habían empatado un encuentro, y ganado cuatro, con 11 tantos a favor y cuatro en contra. “No hay que comparar nada, sino tener la humildad de empezar de cero, hacer un buen fútbol para que la gente vuelva a disfrutar y que los resultados ayuden a que vuelva a ser un año mágico, pero eso lo dirá el fútbol”, calmó Cárcel.
Este miércoles debutarán en la máxima competición europea ante un gigante en su propia casa, con alrededor 900 aficionados desplazados a París, según ha comunicado el Girona. Saldrán al Parque de los Príncipes a disfrutar, con el objetivo en repetir los logros en Liga, donde han puesto el foco. “La realidad es que el año pasado hicimos las cosas de forma espectacular. Hemos llegado a un lugar que nos lo merecemos. Estamos ilusionados, motivados. Es un sueño y hay que disfrutarlo”, compartió Míchel en la previa. Pero también saldrán a demostrar por qué merecieron ser un equipo merecedor de la Liga de Campeones, recordando que no son los mismos, pero que pueden luchar igual.