Premio con palos y penaltis para el Madrid ante la Real Sociedad
El equipo de Ancelotti se lleva con dos penas máximas la victoria ante un muy buen rival que estrelló tres balones en la madera y vio a Mbappé, más afilado, anotar su tercer gol en el campeonato
El Real Madrid encontró en el punto de penalti la boca del túnel por el que escapó de Anoeta. Desde allí ganó un partido que la Real Sociedad acarició con la brusquedad de tres balonazos a los palos, y desde allí se acercó, al menos unas horas, a un punto del Barça, que visita este domingo al Girona. El Madrid se fue de San Sebastián con el alivio de la victoria, pero con un punto de cierta angustia por la cojera de Militão, que se pasó buena parte del segundo acto palpándose la rodilla izquierda, la misma cuyos ligamentos se destrozó el curso pasado. También por la lesión de Brahim, otra baja a tres días del estreno en la Champions contra el Stuttgart, y justo al comienzo de la montaña de partidos de las tres próximas semanas. Aunque mayor inquietud dejó atrás ante una Real que ha sumado solo cuatro puntos en las cinco primeras jornadas.
Pese a la derrota, despachó un partido notable, atrevido y punzante que Ancelotti no consiguió amarrar con su 4-4-2 de inicio. Había anunciado que dudaba entre Brahim y Güler y salió con los dos. Aunque el plan apenas duró. El malagueño se rompió después de la primera carrera, una arrancada fulgurante que deshizo el equilibrio inicial y permitió a Mbappé estrenar el área y los reflejos de Remiro. Brahim aguantó unos minutos renqueante hasta que estuvo listo Rodrygo, que tenía programado descanso tras sus dos partidos con Brasil. Ahí terminaron el partido del malagueño y la fase de exploración.
Los equipos se desataron como si los hubieran trasladado a los últimos 20 minutos. La Real aprovechó una mala salida del Madrid y Sucic dejó temblando la portería de Courtois con un trallazo a la escuadra. El pelotón de Ancelotti no demoró la respuesta. Rüdiger cabeceó una falta sacada por Modric que despejó Remiro con el brazo derecho como en trance. Más que fruto de los reflejos, el movimiento pareció impulsado por una iluminación.
El Madrid ha abandonado el ritmo cansino de los primeros días y movía la pelota con más brío. Mbappé sigue afilándose, ya con la finura necesaria para trenzar una elástica culminada en otro tiro dentro del área. El francés iba enfocándose mientras Vinicius se agitaba. Lo más limpio que cosechaba eran algunas faltas, que le iban enfadando. Pero su juego era una colección de borrones: regates sin fruto y tiros bloqueados.
En un escenario tan abierto, lucía otra vez Fede Valverde, feliz en el páramo despejado del centro del campo con tanta ida y vuelta. Allí robaba, por allí avanzaba a la carrera y por allí mandaba también con el pase, por una zona en la que Zubimendi y Sucic devolvían los golpes.
La Real producía como no había conseguido producir en lo que va de Liga, aunque Sadiq, una pequeña sorpresa en el once, tenía el filo mellado: las imprecisiones del nigeriano evitaron rasguños serios a Courtois. Aun así, el belga pasó la noche de sobresalto en sobresalto. Becker le movió otra vez el larguero tras otro error en la salida. Y más tarde contempló desde el suelo, con la pierna derecha estirada al límite, cómo Sucic volvía a golpear el palo después de una pared con Sadiq. El equipo de Alguacil recorría todo el camino al gol, salvo el último centímetro.
Al Madrid lo sostenían los palos, las carreras de Mbappé y un córner cabeceado de manera inofensiva por Militão. Se veían más lejos del gol, pero llegaron antes a él por una vía casi casual. Arda Güler sacó un buen disparo que buscaba la escuadra de Remiro, pero por el camino se encontró con el brazo de Sergio Gómez, que traicionado por el reflejo de protegerse concedió un penalti. En la alternancia entre Mbappé y Vinicius, esta vez fue el turno del brasileño, desdibujado. Pero acertó y el Madrid se vio por delante después de las tres ocasiones en que el temblor de la madera le hizo verse fugazmente por detrás.
Alguacil buscó devolver el golpe desde el banquillo. Retiró a Sadiq e introdujo al islandés Óskarsson, pescado en el último tramo del mercado en el Copenhague, donde había tenido tiempo para marcar siete goles en 12 partidos, entre su Liga y los partidos previos de la Conference League. La Real probó el asalto aéreo y por ahí encontró varios remates, que Courtois vio pasar por encima de su larguero o palmeó fuera.
El Madrid volvió a encontrar la respuesta en los once metros. Vinicius llegó a la línea de fondo, puso un centro atrás y al soltar la pelota recibió un pisotón. En su turno, Mbappé también acertó y acumula ya tres goles en cinco partidos de Liga, cuatro en seis en la temporada, con el de la final de la Supercopa de Europa. El francés se afila, Vinicius mantiene su empeño y el Madrid endereza su marcha con la primera victoria liguera lejos del Bernabéu.
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
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14
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5 | 5 | 1 | 2 | 2 |
15
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5 | 5 | 1 | 2 | 2 |
16
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4 | 5 | 1 | 1 | 3 |
17
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4 | 5 | 1 | 1 | 3 |
18
|
3 | 4 | 0 | 3 | 1 |
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
1
|
15 | 5 | 5 | 0 | 0 |
2
|
11 | 5 | 3 | 2 | 0 |
3
|
11 | 5 | 3 | 2 | 0 |
4
|
11 | 5 | 3 | 2 | 0 |
5
|
9 | 5 | 3 | 0 | 2 |