Arranca la Premier League: claves de un campeonato que tiene al City como referente y amenazado por una posible sanción
La liga inglesa empieza este viernes a la espera de una decisión sobre el club de Manchester, que se enfrenta a una multa por supuestas irregularidades financieras
La competición que mueve más dinero avanza perezosa en el mes de agosto hacia un inicio que se produce hoy en Old Trafford, allí recibe el Manchester United al Fulham en un duelo que se presume desigual para dar comienzo a la edición número 33 de la Premier League, el formato nacido en 1992 para que los grandes clubs ingleses pudieran medrar a través de los derechos de televisión de la primera liga que entendió los efectos de la globalización en el fút...
La competición que mueve más dinero avanza perezosa en el mes de agosto hacia un inicio que se produce hoy en Old Trafford, allí recibe el Manchester United al Fulham en un duelo que se presume desigual para dar comienzo a la edición número 33 de la Premier League, el formato nacido en 1992 para que los grandes clubs ingleses pudieran medrar a través de los derechos de televisión de la primera liga que entendió los efectos de la globalización en el fútbol. Nadie como los ingleses ha logrado un envoltorio similar para su competición, cuyos clubes ingresaron en el último año más de 8.000 millones de euros, casi la mitad en derechos de televisión. Aunque una nube se cierne sobre el teatrillo: en la campaña 2022-2023 las pérdidas acumuladas se fueron más allá de los 800 millones de euros y el pasado mes de junio seis clubs (Everton, Nottingham, Chelsea, Newcastle, Aston Villa y Leicester) fueron advertidos de que deberían presentar ingresos por venta de jugadores para que sus balances fuesen sostenibles. Al Nottingham y al Everton ya le descontaron puntos en el pasado campeonato por esa cuestión.
Las alertas han desatado una contención desacostumbrada en un entorno acostumbrado a ser manirroto. En lo que va de verano la principal operación de mercado ha sido la venta de Julián Alvarez, que ha dejado el Manchester City para alistarse en el Atlético por una cifra variable que puede llegar a los 90 millones de euros. El Crystal Palace y el Fulham han recaudado algo más de 50 millones de euros cada uno por las ventas de Olise y Palinha al Bayern. Y el Aston Villa todavía más por traspasar a Douglas Luiz y Moussa Diaby a Juventus y Al-Ittihad, respectivamente. A día de hoy el fichaje más caro en la Premier es el delantero Dominic Solanke, un descarte de Southgate en la selección, por el que el Tottenham ha abonado 65 millones de euros al Bournemouth.
Todo semeja en stand by en una Premier que comienza con un gigantesco asterisco, el que se deduce del proceso en el que está inmerso el Manchester City, el equipo que hizo historia la pasada primavera al ganar la cuarta ligas consecutivas por primera vez en la historia del fútbol inglés. El campeón de seis de las últimas siete competiciones estará pendiente a partir de septiembre de las deliberaciones de una comisión independiente, externa a la Premier, que dilucidará si desde 2009 hasta 2018 cometió hasta 115 infracciones a las reglas financieras de la competición. La previsión es que el fallo se conozca dentro de tres o cuatro meses y podría acarrear desde una absolución con todos los pronunciamientos favorables hasta un descenso de categoría, pasando por un descuento en la puntuación de la clasificación del campeonato que ahora comienza. Así las cosas, la pelota no solo echa a rodar sobre el césped.
En el verde el City parece de nuevo superior. El pasado fin de semana ganó la Supercopa, el decimoctavo título de Pep Guardiola con el equipo en el que inicia su novena temporada y para el que hasta hoy apenas ha incorporado a Savinho, del Girona, tras vender futbolistas por valor de 116 millones de euros, entre ellos el campeón olímpico Sergio Gómez a la Real Sociedad. Es el indiscutible favorito. El resto son aspirantes o en el mejor de los casos outsiders en una liga en la que han medrado Aston Villa y Newcastle para colocarse a la altura de un big six que integraban hasta ahora los dos equipos de Manchester, además de Chelsea, Tottenham, Arsenal y Liverpool. Desde 2009 solo uno de ellos, el Chelsea, y en una ocasión (2023) cayó más abajo del octavo puesto.
Dos técnicos españoles (cinco empiezan el campeonato; copan una cuarta parte de los banquillos de la liga) comandan el desafío de dos clásicos para asentarse entre los grandes. Unai Emery lo consiguió el pasado ejercicio con un Aston Villa de autor que entró en Champions y busca refuerzos. Hasta ahora ha reclutado a jóvenes como el pivote Onana (60 millones de euros pagados al Everton) o el lateral zurdo Maatsen (fichado por 40 millones desde el Chelsea). Su camino marca el que quiere seguir Julen Lopetegui en el pujante West Ham United. Chelsea y Manchester United, ya bajo la batuta de Ineos en Old Trafford, deben profundizar en su reconstrucción. Otros como Arsenal y Liverpool tratarán de recorrer la ruta que les separa del campeón. En Londres, Mikel Arteta enfoca su quinta temporada con un equipo cada vez más maduro al que trata de agregar consistencia en la zaga con el italiano Calafiori y el regreso del holandés Timber, lesionado hace un año. Y aguarda a Mikel Merino. A Anfield llega Arne Slot, un neerlandés dispuesto a negar la leyenda de que el pinturero estilo que promueven los técnicos de su país se estrella en la prosaica Premier League.
Vuelve el fútbol en el país que lo inventó. Transiciones, tacklings, intensidad, conexión con la grada, un crisol en el que se abre paso el estilo asociativo del campeón entre concepciones que admiten menos fruslerías con la pelota. Hay esencia y alma en los campos ingleses. Y por ahora, este año, un asterisco gigantesco.
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