No es inteligente fichar a Mbappé

“No es tan inteligente fichar a Mbappé”, viene de decir el nuevo máximo accionista del Manchester United, el honorabilísimo Sir Jim Ratcliffe, en una entrevista para el GT Cycling Club que, sinceramente, no sé lo que es, pero lo respeto, faltaría más. Digamos que me gustan este tipo de planteamientos arriesgados en origen, por qué no. Las mejores discusiones suelen atraparnos cuando el punto de partida entre las dos o ...

“No es tan inteligente fichar a Mbappé”, viene de decir el nuevo máximo accionista del Manchester United, el honorabilísimo Sir Jim Ratcliffe, en una entrevista para el GT Cycling Club que, sinceramente, no sé lo que es, pero lo respeto, faltaría más. Digamos que me gustan este tipo de planteamientos arriesgados en origen, por qué no. Las mejores discusiones suelen atraparnos cuando el punto de partida entre las dos o más partes presentes en una conversación se nos antojan muy alejadas, casi inalcanzables, y de poder sentarme yo a tomar el té con Mr. Ratcliffe, o a esperar el autobús, a buen seguro que mi primera pregunta tendría que ver, justamente, con la afirmación contraria: ¿acaso le parece más inteligente no ficharlo?

Suele haber algo de pretencioso en estas apariciones empresariales que creen conocer el fútbol de un modo en el que nunca nadie habría reparado. Ni siquiera aquellos que llevan toda una vida dedicada a él. Y de no haberlo enseguida se aprende (o simplemente se acumula, como los peores vicios, o el colesterol), creyendo estar por encima del juego y de su historia, de sus genios y sus funcionarios, de los particulares y sus particularidades, tan solo porque poner el dinero encima de la mesa parece concederte al menos eso: una cierta osadía intelectual que te empuja a decir todo aquello que cualquier otro, sabiamente o no, se callaría.

Es algo a lo que asistimos cada cierto tiempo sin que nadie se sorprenda ya de nada, no al menos desde los tiempos de Berlusconi, por citar a uno de los que creyó reinventar el fútbol. No Arrigo Sacchi, no: él. O desde aquel barbarismo tan español que los compañeros de Movistar + bautizaron como La Liga de los hombres extraordinarios y que, para ser honestos con nuestros propios fantasmas, lo único que tenía de extraordinaria era la paciencia con que los contribuyentes, penitentes, socios, abonados o simples aficionados asistíamos a su despliegue, casi diario, de ungido empresario redentor. “En largo las quiere Dios”, me pareció oír decir a uno de ellos en cierta ocasión.

Dicen de este Sir Jim Ratcliffe, multimillonario con cierto crédito en la gestión deportiva tras su labor en el INEOS ciclista, antes el todopoderoso Sky, que su primera gran apuesta para reanimar a Old Trafford pasa por sentar a Gareth Southgate en el banquillo. “Mi plan consiste en situar a las personas adecuadas en los puestos adecuados”, asegura Ratcliffe en la misma entrevista. Y, por alguna razón que se me escapa, situar a Mbappé en el ala izquierda de una hipotética delantera le parece peor idea que entregar la batuta deportiva al actual seleccionador de Inglaterra, pues así debe funcionar la magia negra cuando te la explican con un Excel.

Que invertir en la máxima estrella futbolística del momento no es un buen planteamiento ya lo escuchamos en Barcelona hace unos años. O algo similar se nos insinuó cuando, tras vender a Neymar Jr. por una millonada, se acabó invirtiendo ese mismo dinero y un poco más en Dembélé y Coutinho, fichajes menos evidentes, más inteligentes, rentables y ecosostenibles que el de Mbappé, en opinión de los promotores de la idea. “El verdadero reto es encontrar al nuevo Bellingham, al nuevo Roy Keane”, termina diciendo Ratcliffe. Menudo chute de optimismo para una afición que lleva años esperando al mesías mientras ve cómo Guardiola siembra de trigo el terreno de al lado. A él tampoco lo ficharía Ratcliffe, supongo: se ve que lo inteligente es buscar al próximo emprendedor de la comarca del Bages.

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