Ancelotti: “No era tan complicado hacerlo mejor que contra el Leipzig”
El italiano pide a sus jugadores “no bajar ahora” y el Madrid ya suma 22 partidos sin perder en Liga
Los dos primeros goles del Madrid fueron ilustrativos del momento sufriente que atraviesa el equipo. Mantuvo la ventaja, arrancó otra hoja del calendario e incluso se apuntó una goleada, pero le cuesta. Los dos cabezazos rotundos de Rüdiger desencadenantes de los tantos iniciales no entraron directos, como en las mejores rachas de los blancos, sino que necesitaron de dos intentos posteriores de Vinicius en el 1-0 y de que el balón rebotara...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Los dos primeros goles del Madrid fueron ilustrativos del momento sufriente que atraviesa el equipo. Mantuvo la ventaja, arrancó otra hoja del calendario e incluso se apuntó una goleada, pero le cuesta. Los dos cabezazos rotundos de Rüdiger desencadenantes de los tantos iniciales no entraron directos, como en las mejores rachas de los blancos, sino que necesitaron de dos intentos posteriores de Vinicius en el 1-0 y de que el balón rebotara en la espalda del portero Vicente Guaita para el 2-0. “Hemos cumplido. A 10 partidos del final, no podemos bajar ahora”, pidió Carlo Ancelotti, que venía de dos empates. “Aquí el empate es la antesala de la crisis”, avisó.
La tarde tuvo todo el aire de otra jornada liguera descontada para el Madrid, que conserva los siete puntos de ventaja sobre el Girona y los ocho respecto al Barcelona. “No era tan complicado hacerlo mejor que el miércoles. Mejoramos en actitud, intensidad, circulación de balón y en la presión”, comentó el italiano, al que todavía le escuece el mal rato en Champions.
Veinticinco tiros del Madrid, 13 de ellos a puerta (récord de esta Liga), 11 paradas de Guaita (su mejor registro en la Liga), el estreno anotador de Arda Güler, otra aclamación de la grada a Modric y un resultado aparatoso que, sin embargo, escondió una tarde con mucho que remar para los blancos. “Cuando no llega el segundo, siempre hay preocupación”, admitió Ancelotti. El Madrid acumula 22 partidos sin perder en Liga, la mejor cifra desde los 23 que sumó en la 2011-12, con José Mourinho. Aunque todavía a ocho de su marca histórica, en 1989.
Ancelotti había recordado en la previa la famosa declaración de John Benjamin Toshack, cuando el galés (después de un mal resultado) dijo aquello de que al principio de semana pensaba en cambiar a todos, y luego llegaba el viernes y jugaba “con los mismos cabrones de la semana pasada”. No fue el caso del italiano, que rotó respecto al horrible partido ante el Leipzig, pero sin ninguna revolución. Tres cambios técnicos que entraban en lo previsible (Lucas Vázquez por Carvajal, Modric por Kroos y Rodrygo por Tchouameni) más el obligado por la sanción de dos encuentros a Bellingham (le sustituyó Brahim).
Vini, otro gol y otro empujón
Pero llegados a los últimos 10 minutos, lo único que valía era la diana de Vinicius, de nuevo bajo la lupa. Con ese tanto, los últimos cuatro del Madrid habían sido suyos. Y tres de ellos en posiciones de delantero centro puro, como cazagoles. También hubo otra ración del otro Vini, el que soltó otro empujón, esta vez a Mingueza al comienzo de la segunda parte. El jugador del Celta lo agarró de la camiseta en una clara acción de amarilla, y el madridista se revolvió y lo empujó. Otra amarilla. “Lo que hablamos con Vinicius se queda entre nosotros. Lo hemos hablado y lo seguiremos haciendo, no solo con él”, señaló Carletto, que en la previa había realizado una defensa sin paliativos del brasileño (“no he encontrado un jugador perseguido como Vinicius”, proclamó) y que en el post evitó detenerse en el episodio del empujón.
De momento, en un tramo de ralentización anotadora de Bellingham y parón de Rodrygo, él sigue sumando. Desde su explosión en la 2021-22, ningún jugador de la Liga ha participado en tantos goles teniendo en cuenta todas las competiciones: 102 (61 tantos y 41 asistencias), según Opta. “Es el mejor’, le he dicho al oído”, comentó Ancelotti. “Luego he ido a Rüdiger y también le he dicho que es el mejor”, añadió distendido.
Todo lo contario que el gesto revirado de Rafa Benítez, recibido con indiferencia por el Bernabéu en su primer encuentro allí al frente de un equipo visitante desde que lo hiciera con el Liverpool en 2009. El técnico del Celta se repitió de forma machacona. Casi a cada pregunta, la misma respuesta: “Si en el minuto 79 vamos 1-0, sea justo o no, en el 90 no deberíamos perder 4-0 con tres goles evitables. Es lo que tenemos que aprender y nos cuesta”, insistió Benítez, que sale de esta jornada con el panorama más sombrío después de la victoria del Cádiz, al que solo aventaja en dos puntos.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.