Marcelino regresa al avispero marsellés
El técnico del Villarreal vuelve a la escena de la que salió entre amenazas ultras para buscar el pase a cuartos de final de la Europa League con el Villarreal
“No jugamos contra Marcelino, jugamos contra el Villarreal”, advierte Quentin Merlin, joven lateral izquierdo fichado por el Olympique de Marsella hace apenas poco más de un mes procedente del Nantes. A él lo sucedido entre agosto y septiembre pasado le quedaba lejos, pero el duelo de Europa League (21 horas, Movistar Liga de Campeones) en el magno S...
“No jugamos contra Marcelino, jugamos contra el Villarreal”, advierte Quentin Merlin, joven lateral izquierdo fichado por el Olympique de Marsella hace apenas poco más de un mes procedente del Nantes. A él lo sucedido entre agosto y septiembre pasado le quedaba lejos, pero el duelo de Europa League (21 horas, Movistar Liga de Campeones) en el magno Stade Vélodrome de la ciudad mediterránea se tiñe por la presencia del entrenador, que llega con el cuadro amarillo tras haber iniciado la temporada en Marsella. Siete partidos cumplió allí antes de un abrupto final entre amenazas ultras y un asalto a la ciudad deportiva.
Unas declaraciones posteriores publicadas en L’Équipe avivaron aún más un volcán al que el destino reservaba un tempranero regreso. “Nunca había visto nada igual en mi vida y creo que no lo veré”, refirió Marcelino García Toral en el diario parisino sobre su paso por el volcánico OM. “La manera de proceder de los ultras está lejos de lo que es la realidad de un país civilizado. El club no es tan grande como le gustaría porque ciertos hinchas radicales quieren influir permanentemente en sus decisiones y dirigirlo”, señaló tras aquel adiós. Ayer volvió a pisar Marsella entre fuerte medidas de seguridad y, buen asturiano de Villaviciosa, templó gaitas en la sala de prensa del que fue su estadio: “Estoy feliz de jugar este partido en un estadio maravilloso. El tiempo vuela, parece que estuve aquí ayer”.
Marcelino se marchó y su reemplazo, Gennaro Gattuso también se fue. Ahora manda en el OM el veterano de 70 años Jean-Louis Gasset, que fue despedido por Costa de Marfil en medio de la Copa de África cuando la anfitriona se daba por eliminada en la fase de grupos. Luego una carambola le dio la clasificación y acabó por llevarse el torneo. Todos ganaron porque Gasset encontró un buen trabajo y tras su llegada el Olympique logró el pase a octavos de final de la Europa League tras derrotar al Shakhtar y en la Ligue 1 suma dos victorias ante Montpellier y Clermont con nueve goles a favor y dos en contra. “Nunca hablé con Marcelino. Yo no estaba en Francia cuando él estuvo en el OM. Merece todo mi respeto”, zanja Gasset. Tampoco al Villarreal le va mal: llega a la eliminatoria en el mejor momento, siete jornadas sin perder.
“No he pensado en lo que me espera. No me siento protagonista de este partido. En el fútbol los actores son siempre los jugadores y los entrenadores estamos en un segundo plano”, rebaja Marcelino. En teoría, la presencia ultra en el Vélodrome estará minimizada porque el OM debe cumplir sanción por el empleo en la grada de botes de humo durante el partido contra el Shakhtar. Esa noche el club acumuló multas porque se reportó también el uso de fuegos artificiales y punteros láser. Así que la Comisión de Control, Ética y Disciplina de la UEFA decidió clausurar la monumental tribuna del fondo norte con capacidad para 13.000 aficionados. Una gestión del club, que preside el asturiano Pablo Longoria, ante el organismo europeo propiciará que en ese espacio se ubiquen al final 5.000 niñas y niños. “Enhorabuena por la iniciativa. El fútbol es una fiesta y cerrar una tribuna es una aberración”, resuelve Gasset.
Fue en la víspera del estreno de la Europa League, con el horizonte de un duelo ante el Ajax en Ámsterdam cuando Marcelino hizo las maletas. Ahora trata de prosperar en ese torneo con el Villarreal. Apenas pasó 90 días en Marsella, un avispero que en esta visita se cuida de agitar. “Me hubiera gustado acabar mi trabajo. Fue una experiencia muy educativa y formativa a nivel profesional y personal. No me arrepiento de lo que pasó y tengo la conciencia muy tranquila”, zanja. Ahora sólo queda que ruede la pelota.
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