El Sevilla acaba con una Real que pensó demasiado en el PSG
El conjunto vasco, plagado de suplentes, culmina una semana desgraciada abatido por la vitalidad de Issac Romero y En-Nesyri
En el fútbol no conviene pensar mucho más allá del próximo partido. La Real cayó ante un buen Sevilla con la mente puesta en el PSG y tocado tras la eliminación copera frente al Mallorca. Un once lleno de suplentes y canteranos ordenado por Imanol Alguacil fue derrotado con toda justicia por un Sevilla que confirma su buena tendencia al obtener 11 de los últimos 18 puntos en juego. Un equipo andaluz con Sergio Ramos de líder y dos delanteros a ...
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En el fútbol no conviene pensar mucho más allá del próximo partido. La Real cayó ante un buen Sevilla con la mente puesta en el PSG y tocado tras la eliminación copera frente al Mallorca. Un once lleno de suplentes y canteranos ordenado por Imanol Alguacil fue derrotado con toda justicia por un Sevilla que confirma su buena tendencia al obtener 11 de los últimos 18 puntos en juego. Un equipo andaluz con Sergio Ramos de líder y dos delanteros a tener en cuenta, En-Nesyri e Isaac Romero. La vitalidad de estos dos últimos supuso un obstáculo insuperable para el tierno equipo realista, donde gente como Le Normand, Kubo, Oyarzabal o Merino no jugaron ni un solo minuto en el Pizjuán. La Real solo le dio algo de emoción al choque en el tiempo de alargue, cuando Nyland se tragó una falta de Brais Méndez que resultó el 3-2 definitivo de un choque de dominio andaluz. La diferencia, claramente, estuvo en el ataque. Mientras En-Nesyri e Isaac cuajaron un partido de alto nivel, Sadiq y André Silva, éste último a pesar de su gol de penalti, fueron dos sombras. La Real, por lo tanto, culminó una semana muy negativa mientras que el Sevilla se aleja casi de forma definitiva de la amenaza del descenso. A los vascos les queda la ilusión de remontar un 2-0 frente al PSG el próximo martes. Una empresa muy complicada a la que llega la Real bastante tocada. Es la peor Real desde 2020 y solo ha logrado un triunfo en sus nueve últimos encuentros (cuatro empates y cuatro derrotas).
El conjunto donostiarra se ha batido en tantos frentes que puede perder su guerra principal, que es la de regresar a Europa por quinta vez consecutiva. Una misión que, sin duda, no es menor, y que requiere mucho esfuerzo. Pero claro, con el PSG en el horizonte y después de una dolorosa eliminación copera, parecía normal que Imanol dejara en el banquillo a Le Normand, Javi Galán, Merino, Brais, Kubo y Oyarzabal. Un mensaje evidente que el Sevilla aprovechó de maravillas. Sobre todo, la gran sociedad en ataque que conforman el canterano Isaac Romero y En-Nesyri. El club andaluz está en horas bajas, pero Quique lo está rehabilitando. Y sus dos delanteros son sinónimo de peligro. En un cuarto de hora, la pareja había fabricado dos goles, ambos de En-Nesyri, y todavía dos ocasiones más muy claras. Imanol no se lo creía en la banda. La mala racha de la Real parecía no tener fondo.
Con el 2-0, el Sevilla optó por un repliegue demasiado intensivo, que, además, agrandaba su inferioridad numérica en el centro del campo. La Real, repleta de canteranos y suplentes, se hizo con el balón. Los vascos tocaban y tocaban ante un rival que huyó de la posesión. En esas circunstancias, tarde o temprano, llega un error o una desconexión que se paga cara. Y apareció para desgracia del Sevilla. Tierney vio, por primera vez en más de 45 minutos, el desmarque de André Silva al hueco. Sergio Ramos salió al cruce de forma atropellada e hizo penalti al darle al balón con la mano. Marcó el propio André Silva. Primer gol del delantero portugués en la Liga, a su ex equipo, donde militó en el curso 2018-19.
La Real no tuvo fuelle para someter al conjunto andaluz en la segunda parte. Jamás ejerció autoridad en su juego, centrado en un excesivo sobeo del balón sin rendimiento práctico. El Sevilla tuvo opciones para cerrar el partido al contragolpe, algo que, sin embargo, hizo Sergio Ramos en un remate inverosímil de cabeza. Un centro de Óliver Torres fue rematado por el central para ponerla imposible a Remiro. Es el sexto tanto del camero en la temporada. Y todavía se piensa seguir un año más en su Sevilla.
Con Nervión convertido en una fiesta, Nyland se tragó una falta de Brais en el minuto 92. Hubo cierta emoción en el tramo final del choque, pero tampoco estaba la Real para ejercer de héroe. Es un equipo sumido en un trance negativo, con las ideas poco frescas y sin una plantilla tan amplia como para afrontar tantos desafíos. El del martes, en la Champions, es de categoría especial. Lejos de eso está ahora el Sevilla, al que Quique repara con mano de orfebre, poco a poco, lentamente.
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